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Paraguay Los campesinos paraguayos lograron una importante victoria al sancionarse la expropiación de 52 mil hectáreas en poder de una secta fascista coreana. Presentamos la noticia de la Agencia Púlsar y un reportaje de la Agencia Periodística del Mercosur sobre los antecedentes de este caso. ¡Ni un centímetro a los extranjeros mientras exista un latinoamericano sin tierra! [Nota de Prensa Rural] Festeja Puerto Casado por Agencia Informativa Púlsar
Los pobladores de Puerto Casado confluyeron en la plaza frente a la parroquia luego de recibir la noticia de que la ley de expropiación de sus tierras ya tiene media sanción. Banderas y cantos a favor de la tierra, el trabajo y en contra del diario ABC Color, colmaron las calles del pueblo que días antes había sido víctima de un atentado cuando una bomba de fabricación casera provocó un incendio a la única radio de la zona: la radio comunitaria Quebracho Poty. Por otra parte cerca de 100 trabajadores de las instalaciones fabriles de la empresa Victoria SA también se movilizaron, ya que temen por la pérdida de su puesto laboral. Mientras tanto, la fiscala Dora Irrazábal junto al perito de Concepción Marino Echeverría ingresaron a las instalaciones de la radio comunitaria Quebracho Poty donde constató la destrucción de los costosos equipos de la emisora, que se consumieron por las llamas en la madrugada del miércoles, como consecuencia del atentado. Desde el viernes comenzarán a prestar declaraciones los testigos en la comisaría de Puerto Casado. Se presentarán: el operador de la radio Cecilio Colarte, quien fue el primero en ingresar a la cabina y corroborar el incendio y el religioso salesiano Domingo Bulfe, quien se encontraba como responsable del templo parroquial y la emisora. Asimismo, la fiscala anunció que investigará a cuatro personas sospechosas de provocar el incendio de la radio. Antecedentes: Los Sin Tierra paraguayos Pobladores de Puerto Casado, comunidad a orillas del río Paraguay, exigen las tierras que la Secta Moon compró a mediados de los 90. Entre el conflicto social y los intereses político-financieros. por Pamela Damia Nos encontramos frente a un esbozo de pequeña victoria dentro de la vasta lucha contra un sistema casi feudal que se mantiene en Paraguay y que está instalado desde hace más de 100 años, más precisamente terminada la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870). En Paraguay, el conflicto de la propiedad de la tierra por parte de los campesinos e indígenas y el interés en conservar los latifundios, por parte del Gobierno y el sector empresarial, se inscribe en la lucha por la soberanía nacional y por subsistencia la población. El presidente paraguayo, Nicanor Duarte Frutos, supuestamente, atendió el miércoles el reclamo de los pobladores de Puerto Casado, un pueblo del Departamento del Alto Paraguay en la región del Chaco, la cual configura el 65% de la superficie del país y tiene el 2% de la población. El titular del Indert (Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra), Erico Ibáñez, dijo que Duarte Frutos aprobó la expropiación de 52 mil hectáreas de tierras pertenecientes a la Secta Moon (organización de origen coreano y de ultraderecha), aunque no lo anunció el propio presidente. Lo que sí dijo es que no vetará el proyecto si es sancionado por el Congreso. La presión ejercida por los campesinos tuvo resultados hasta el momento favorables, a pesar de la postura oscilante del Poder Ejecutivo, que está presionado por el Legislativo, quien tiene la decisión final de la expropiación y donde se intenta comprar a diputados y senadores. Según el concepto general de la opinión pública, entre los parlamentarios se encuentra una grupo muy corrupto y otro, aunque minoritario, que se maneja por principios. Todavía no se tratará en el Congreso, faltan los pasos burocráticos para que esto suceda, puesto que no existe una fecha exacta en la que se tratará el tema de la ley de expropiación. El día jueves los dirigentes casadeños estuvieron reunidos con la Corte Suprema de Justicia y al parecer hay voluntad política por parte de ellos inclusive para crear una fiscalía en Puerto Casados. Duarte Frutos, en su campaña presidencial del 2003, les dijo a los casadeños en un discurso público que los apoyaría para que ellos tengan sus tierras para producir; pero hace 15 días, cuando fue visitado por el embajador de Corea, quien le advirtió que una expropiación implicaría inseguridad para los inversores extranjeros, Nicanor dio señales de que no apoyaría la expropiación. El pasado martes, más de 350 casadeños llegaron en una peregrinación "Ñande Yvyrekávo" (en busca de nuestra tierra, en guaraní) con la que recorrieron casi 700 kilómetros desde Puerto Casado hasta Asunción, 156 kilómetros en seis días a pie y los demás en camión. Los lugareños dicen que es la más larga de la lucha social en el país. Casi 400 pobladores fueron recibidos por unas 100 personas (dirigentes sociales, sindicales y algunas figuras políticas que apoyan el proyecto de expropiación), entre ellos Juan Torales, en representación del Frente Nacional de Lucha por la Vida y la Soberanía.
Después de realizar una misa en la catedral azucense, frente al Parlamento plantaron un tronco de quebracho de 80 años, como símbolo de la economía del Chaco; una placa recordatoria como testimonio de la marcha patriótica escrita sobre acero inoxidable, símbolo de la artesanía casadeña y una cruz sobre rieles que simboliza, además del signo religioso de la comunidad, los ferrocarriles, por donde pasaron las 30 mil almas paraguayas que murieron en defensa de la soberanía nacional en la Guerra del Chaco. Se realizó un festival en solidaridad cuando bajaba el sol, el día del arribo a la capital. En esa noche raramente fría en Asunción participó la cantautora paraguaya Claudia Miranda y otros cantantes populares en el antiguo Seminario Metropolitano, institución de la Iglesia Católica, que apoya a los casadeños como una lucha religiosa contra la Secta Moon. Allí, frazadas tiradas en los rincones para que los niños o las personas mayores puedan descansar revestían el escenario del populoso encuentro del que participaron organizaciones sociales, partidos políticos (tanto el Colorado --oficialista-- como los de izquierda), ONG y organizaciones estudiantiles. En el marco de este festival, el presidente de la comisión por la lucha de la tierra de Puerto Casado (Coordinadora Pro Tierra), Francisco Disk, quien se proclama socialista "de centro social", un hombre con 40 años de militancia al que sus sandalias permitían ver los dedos vendados, conversó con APM: "un latifundio improductivo no se justifica en pleno siglo XXI. Para nosotros la tierra es patria o muerte, llegamos con convicción y vocación a golpear las puertas de la presidencia y no vamos a claudicar nuestra lucha porque somos pobres, no nos vamos a mover de Asunción hasta que no tengamos nuestra ley de expropiación". El padre Zíslao Ksiasek, sacerdote polaco que vive hace 29 años en Paraguay, otro de quienes encabezan la lucha de los casadeños, señaló a APM el por qué de su adhesión y apoyo rotundo a la problemática de Puerto Casado: "somos testigos de la reacción del pueblo, nos solidarizamos con ellos por sentirse ignorados y marginados. Además, la Iglesia también tiene su institución histórica y sus bienes (infraestructura, escuela parroquial y polideportivo) dentro del paquete de venta". En principio, los casadeños pidieron 152 mil hectáreas, pero a partir del proyecto de ley de expropiación que presentaron los senadores Bader Rachid (Partido Colorado) y José Morínigo (Partido País Solidario) por 52 mil hectáreas, sólo reclaman esta cantidad. Mientras algunos dicen que es un planteo racional, dado que esa tierra es suficiente para desarrollar su producción alternativa, otros presentan posturas más radicales, como Malena Bareiro, del Partido Convergencia Popular Socialista, quien dijo a APM que "nosotros estamos donde haya lucha, y apoyamos a este pueblo que se levantó, pero creo que deberían pedir toda la tierra para acelerar la lucha teniendo en cuenta que son los latifundios los que empobrecen a los paraguayos que vivimos con menos de un dólar al día con un promedio de cinco hijos por familia". Como en todos los países latinoamericanos, los medios de comunicación manejados por dos o tres grupos económicos son los que canalizan la opinión pública gracias a su gran influencia, sobre todo la televisión. Al respecto, José Morínigo, dijo: "hubo una campaña muy fuerte del diario de mayor venta, ABC Color, a favor de la Secta Moon; esta permanente desinformación estaba generando en la opinión pública una cierta apatía ante el proyecto, por eso fue necesaria la caminata". A partir de ella, el tema se instaló en todos los medios de comunicación como el central. El origen de esta problemática se encuentra en que este pueblo nació dentro del mayor latifundio de Paraguay, cuyo propietario era el empresario argentino Carlos Casados del Alisal, quien había comprado a fines del s. XIX más de cinco millones y medio de hectáreas, lo cual constituye el 23% del Chaco paraguayo y el 14 por ciento del territorio nacional. En aquel entonces, se deforestaron los bosques de quebracho y se explotó el tanino para luego sustituirlo por otros productos de uso industrial; el pueblo, como tantos otros de las orillas del río Paraguay, quedó olvidado y en manos ajenas. La compra además fue ilegal, dado que según el Decreto Reglamentario de la Ley de Venta de Tierras Públicas, la extensión máxima que podía transferirse a una persona era de 220 leguas cuadradas, mientras que Casados adquirió tres mil. A mediados de los 90, parte del latifundio se ofertaba en la Bolsa de Valores de Buenos Aires, y a mediados del 2002 la Secta Moon compra 600 mil hectáreas con toda la gente adentro, y la empresa de Carlos Casados le donó al municipio del pueblo 260 hectáreas. A partir de allí comienza la lucha del pueblo casadeño, siempre muy combativo dentro de la lucha social del Paraguay, sobre todo el sector hachero. Los conflictos sociales de los trabajadores, o mejor dicho, los que quieren serlo, no implican solamente a los casadeños sino que involucran a todo el pueblo paraguayo, si entendemos que la riqueza del país se acuña entre 10 familias. En medio de los efectos sociales, la trama de intereses políticos y económicos resulta escalofriante. La Secta Moon es una mafia financiero-teológica fundada a mediados del s. XX por alguien que se hace llamar Reverendo Moon (en realidad Young Myung Mun), un monje coreano (del Sur), radicado en Estados Unidos a partir de 1971 y con un historial muy oscuro, acusado y procesado por violación, bigamia, adulterio y evasión tributaria. La Secta posee más de 100 empresas en todo el mundo, dueño del Wahington Times y de News World y Tiempos del Mundo, diario que se distribuye en 17 países de América Latina. Entre otras cosas, sostuvo a la mayoría de las dictaduras latinoamericanas y en Paraguay, muy cercano al dictador Strossner, financió al GAA (Grupo de Acción Anticomunista), equivalente a la Triple A en Argentina. La Secta además está haciendo fuertes inversiones en Uruguay, Brasil y Argentina en todo lo que tiene que ver con bancos, universidades y por supuesto, en la compra y explotación de tierras productivas. Está muy interesada en el Acuífero Guaraní (la cuenca subterránea de agua dulce más grande del planeta), los proyectos de la Hidrovía (que conectaría los ríos Paraguay, Paraná y Río de La Plata) y la ruta Bioceánica. Precisamente, Puerto Casado se encuentra en el empalme entre la ruta brasilera que cruzaría el río Paraguay y atravesaría Bolivia para llegar hasta el Pacífico. Además, éste sería un proyecto decisivo en cuanto al envío de soya al Pacífico, teniendo en cuenta que Paraguay se está transformando en uno de los principales productores de soya. Según el periodista Andrés Colman, del diario asunceno Última Hora, quien realizó una investigación sobre Puerto Casado, "es mucho más poderosa que el Opus Dei porque éste no se mete en tráfico de armas o en la industria farmacéutica como la Secta, además tiene un poder económico impresionante". Ahora bien, las circunstancias de lucha social son complicadas, sin minimizar la importancia de este conflicto. Andrés Colman señaló que los luchadores sociales están muy golpeados, los dirigentes son muy corruptos, sobre todo los sindicalistas, y hay poca participación; antes, las marchas campesinas eran recibidas por toda la ciudadanía. Por otra parte, los casadeños están polarizados, dado que una parte de ellos son empleados de la firma Victoria SA (de la Secta Moon, supuestamente una empresa fantasma junto con Asociación del Espíritu Santo). Un grupo de empleados de Victoria SA se reunió con Ibáñez para tratar de frenar el proyecto de ley. Pero muchos aseguran que lo que ellos reclaman no es seguir manteniendo el trabajo porque no lo es realmente: no cobran un sueldo sino un jornal mínimo de 25 mil guaraníes por día (poco más de dos dólares) y además trabajan una semana y descansan dos. Para sorpresa de quienes defienden la propiedad privada y creen vivir en el Primer Mundo, sólo los guardias de seguridad de la empresa cobran un sueldo fijo. Eso es lo que contó a APM un trabajador que vino con la marcha, Guido Quintana, de 39 años, que vive con su padre y dice no tener hijos porque no tiene casa: "yo trabajo... hago changas. Últimamente estoy como contratista en la ANDE, una entidad pública de electricidad; pero ahora que alambraron parte de las tierras ya no tenemos salida, no podemos cazar, ni pescar, ni traer leña". "Todavía el pueblo se tiene que concientizar de quién es el enemigo", dijo Malena Bareiro. Saber de qué está disfrazado el poder para que los paraguayos puedan dar la lucha definitiva contra su pobreza y su exclusión. Hasta que esto no se transforme en una convicción popular fuerte y sólida, los intereses político-financieros seguirán ganando la pulseada. |