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Cubrimiento especial de Prensa Rural desde Venezuela
Venezuela: entre la alegría y la violencia
Agencia Prensa Rural / Viernes 19 de abril de 2013
 

Después de que el pasado 14 de abril se eligiera democráticamente al candidato oficialista Nicolás Maduro, los hechos que representa el candidato de oposición Henrique Capriles bajo la idea de no reconocer los resultados emitidos por el CNE (Consejo Nacional Electoral), han puesto al pueblo en una disputa casi que directa en las calles de Caracas y de los demás Estados en el hermano país.

Llamados descarados a la violencia de manera “diplomática” con pretextos de pelear por Venezuela y por el respeto a la decisión del pueblo soberano bajo supuestos de fraude orquestados por el gobierno nacional para no reconocer la derrota, han traído consigo la muerte ya de 7 personas y 61 más heridas.

A su vez, decenas de ataques contra la red de salud y contra instalaciones de los CDI (Centros de Diagnóstico Integral), acompañadas del incendio de dos casas del PSUV y el amedrentamiento contra médicos cubanos y dirigentes chavistas, se convierten en acciones típicas de un plan desestabilizador dirigido por la oposición que pueden derivar en un golpe de estado, como el que se intentó dar en el 2002.

Mientras que el líder de la oposición llama a diario a que la gente salga a las calles y se puedan generar confrontaciones y casi que ordena cacerolazos diarios a las 8 de la noche, los chavistas responden con música y bailes en las calles. Una Caracas de contrastes, por un lado, risas y alegría se ven en las caras de los venezolanos que creyeron y creen en el proyecto político que les dejo su Comandante, y del cual tienen como tarea defenderlo y profundizarlo. Por el otro, sentimientos de rabia, seriedad y mucho odio se logran percibir de los venezolanos que sienten que la opción desestabilizadora de Capriles les permitirá un cambio de rumbo, desconociendo el mañana que pueden tener con él y la oligarquía recalcitrante en el poder.

Es muy tensa la situación que se vive en Venezuela, mientras en el día se vive en una muy inquieta calma, en la noche el ambiente se transforma y casi que se enciende. Las camisetas rojas y azules, los motorizados de lado y lado se empiezan a asomar a las calles, las cacerolas suenan en medio de pólvora y música y las consignas se convierten en casi gritos de batalla que son respuesta a lo que la derecha del país género, sin pensar en lo que se podría desatar en el país.

Por lo pronto, el presidente llama a la calma y la paz entre venezolanos y se trata de menguar el ambiente conflictivo, esto sin dar el brazo a torcer y tomando la postura de mano dura que tanto le pide el pueblo ante la situación del país.