Asociación Campesina del Catatumbo
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Catatumbo resiste (Segunda Entrega)
Oficina de prensa de Marcha Patriótica / Martes 18 de junio de 2013
 

Muchos de los y las campesinas no pudieron conciliar el sueño. Algunos a causa de las magulladuras que, sobre el inclemente piso que les sirvió de colchón, no dieron tregua. Otros por culpa de la pensadera que produce el saber que en cualquier momento el ESMAD (Escuadrón Móvil Antidisturbios) vuelva a intentar desalojarlos para habilitar la vía que conecta el municipio de Tibú con Cúcuta y otros municipios.
Los pocos que dormimos, a las 5am ya estábamos haciendo parte del ritual bello de la cordialidad.

El saludo, acompañado de una invitación a tomar tinto mientras el sol va despertando y la gente pasa de lado a lado, como hormigas, sin parar salvo para preguntar qué tal la noche, es un asunto difícil de describir para quienes nos acostumbramos a la pesadez de la ciudad.

Inicia el sexto día de protesta en el Catatumbo.

Cerca de 300 campesinos siguen bloqueando la vía en el lugar conocido como “La Cuatro”, pragmático nombre para un lugar que queda a cuatro kilómetros del casco urbano de Tibú (Norte de Santander). “tenemos todo dispuesto y la realidad de que nuestras exigencias son justas y necesarias. De aquí no nos sacan, si ellos vienen –la fuerza pública- no nos vamos a dejar sacar, estamos cansados de que nos tengan en cuenta sólo cuando nos quieren desplazar para meter alguna empresa multinacional” dice con fuerza un campesino que oculta su rostro, otros campesinos le siguen en arengas y aplausos.

Hacia el medio día llega al lugar una comisión de verificación compuesta por representantes de organizaciones defensoras de DDHH y de la iglesia, representantes de ONGs internacionales y algunos periodistas en búsqueda de “conocer de manera directa y con quienes fueron testigos presenciales lo que ha venido pasando desde que se inició esta acción de hecho, en especial lo sucedido ayer sábado”.

Casquetes de gases, de bombas aturdidoras, de granadas de fragmentación y vainillas de armas de fuego empiezan a salir de bolsillos y mochilas de los campesinos, los muestran con animosidad mientras se escuchan relatos desgarrados de los excesos del ESMAD. Las vainillas de armas de fuego son una sorpresa, la comunidad denuncia que el ESMAD no fue el único que los atacó de sorpresa ayer sábado a las 6am, aseguran que el ejército y la policía antinarcóticos venían con ellos y accionó sus armas contra la población en protesta.

Varios vehículos destruidos, enseres y alimentos pisoteados, una casa quemada, varios detenidos y otros tantos heridos son las pruebas que se lleva la comisión de verificación que decide quedarse un tiempo más al sentir la tensión producida por el sobrevuelo de una avión y un helicóptero que prende las alarmas nuevamente.

Diálogo de sordos

“Nosotros acá no nos metemos con nadie, sólo hacemos nuestro trabajo que es cuidar esta subestación, esa gente –campesinos- ni son de por acá, solo destruyen y dañan” es la respuesta de uno de los soldados que nos dice que es ilegal (sic) que nosotros –periodistas- tomemos fotos de ellos y de la subestación que se encuentra a menos de un minuto del lugar donde se preparan barricadas para la posible llegada del ESMAD.

Argumentan que la casa quemada y los vehículos dañados fueron hechos de los campesinos. Callan frente a la pregunta de si ellos dispararon y responden que el Escuadrón Móvil Antidisturbios sólo hace su trabajo cuando se les dice que hay varios miembros de la comunidad heridos a causa de sus armas no letales que han demostrado serlo mucho.

Periodismo popular

La implantación de las denuncias que hacen los campesinos y la falsedad de algunas de las respuestas que nos dieron los soldados sólo son posibles por un fenómeno que ha sido poco documentado y mucho menos analizado: el uso de aparatos tecnológicos, en este caso los teléfonos celulares, como ojos que no callan ante los desmanes de la injusticia.

En algún momento de la tarde nos dedicamos a recorrer vivencias a través del lente de campesinos que hacen documentación periodística sin siquiera saber qué es eso. Uno de estos periodistas populares me dice “ellos tienen fusiles, nosotros tenemos piedras. Ellos tienen empresas de noticieros, nosotros tenemos celulares y camaritas que cuentan la verdad”. ¿Hasta qué punto este tipo de afirmaciones le marca nuevos caminos al periodismo?

De nuevo en La Cuatro

El sobrevuelo del avión y del helicóptero no resulta en una nueva acción de la fuerza pública pero sí en un desembarco de más de sus efectivos en la base militar de Tibú.

El municipio continúa con ley seca, el comercio cierra temprano y reina la tensión. Acciones como el paso de un grupo de militares por el exacto lugar en donde se encuentra el bloqueo de La Cuatro hacen que las tensiones se exacerben.

Cae la noche. Las guardias se montan, la vía sigue bloqueada, los fogones persisten en su llama y la comunidad sigue con su pliego de peticiones listo para abrir la Mesa de Interlocución y Acuerdo –MIA- donde esperan que los alcaldes de los 7 municipios de El Catatumbo, el Gobernador de Norte de Santander, los Ministros de Agricultura, Interior, Minas, Defensa y Ambiente, la gerente general del INCODER, la Defensoría del Pueblo y la Iglesia escuchen y resuelvan de una vez por todas la crisis humanitaria y de derechos humanos que vive la región.