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Se cumplen 30 años de la "primera" desaparición de Jorge Julio López
Era uno de los principales testigos en la causa por genocidio y debía presentarse a declarar en el juicio oral al día siguinete de su desaparición.
María de Estrada / Jueves 2 de noviembre de 2006
 

Jorge Julio López, víctima sobreviviente de la última dictadura militar en Argentina, fue desaparecido tras declarar en el juicio que se le estaba llevando a cabo a su torturador, el ’Tigre’ Estchecolatz.

Se cumplen 30 años de la primera vez que fue desaparecido Julio López en manos del terror militar y 40 días de su segunda desaparición… ¿Qué nombre le vamos a dar a esto? ¿Cómo elaborar lo que pasó hace algo más de un mes en Argentina? ¿Cómo elaboramos lo que pasó hace 30 años en el país? ¿Cómo unir estas dos cosas?

Todos, o por lo menos gran parte de nosotros, sabíamos que la dictadura militar, ese período tan siniestro de nuestra historia, había logrado trascender más allá de 1983; que logró instaurar el miedo en muchos de los que la sufrieron, que supo instaurar muchas lógicas de pensamiento que hoy vemos reencarnadas, por ejemplo, en el discurso de Blumberg y sus seguidores, que permitió instaurar otra dictadura, la dictadura del capital… un modelo económico asesino, que destruyó gran parte del aparato industrial existente mediante mecanismos como la apertura externa o desregulación financiera.

Pero lo sucedido con Julio López fue más allá de lo que se podía esperar de estas redes que aún siguen vigentes... Mientras el gobierno de Kirchner toma como uno de los ejes de su política de “derechos humanos”, la reivindicación de los desaparecidos en la última dictadura tiene que afrontar el costo político que implica un suceso de este porte en democracia. Marco Teruggi, hijo de desaparecidos, y miembro del Frente Popular Darío Santillán, declaró en un acto reciente «Para el gobierno, el tema es costo político. Dentro de un año hay elecciones y Kirchner basó gran parte de su hegemonía sobre el tema de los derechos humanos. Ahora, hay una persona que sufrió una desaparición forzosa, y esto el gobierno no lo va solucionar gritando: “ayúdenme, ayúdenme, busque por ahí a ver si Julio López está dando vuelta”».Por primera vez en la historia del país, se había logrado sentenciar a uno de los responsables, el ’Tigre’ Miguel Estchecolatz, por la causa que correspondía: genocidio. Ese, y no otros (como se tuvo que hacer durantes estos años debido a las leyes de impunidad) era la sentencia que le correspondía, pero la alegría no pudo ser… Una vez más, demostrando que sus redes siguen operando de la misma forma, que el aparato de represión orquestado en la dictadura sigue en pie e impune, desaparecen a Julio López.

No nos tenemos que confundir, Julio López no es el primer desaparecido en democracia, la represión a los sectores populares, por los que luchaban muchos de nuestros 30 mil desaparecidos, no se ha detenido. La brecha entre los que más tienen y los que menos poseen es aun más grande que durante el gobierno de Menem. Hoy 12,1 millones, uno de cada tres argentinos, sigue viviendo en la miseria y de los 12,1 millones, nada menos que 4,3 millones, son indigentes.

Los militares dejaron una herencia muy pesada que es contra la que tenemos que seguir luchando. Nuestros 30 mil compañeros son 30 mil banderas de lucha, no sólo de lo que pasó hace 30 años, sino de lo que pasa cada día en los barrios, en las calles, en las rutas, en el campo… El grito de “Nunca Más” tiene que escucharse en todos lados, tiene que contagiarse, pero tiene también que renovarse y acompañar las luchas actuales de nuestra gente.