El 17 de julio, en el marco de una reunión de Juntas de Acción Comunal convocada por el alcalde del municipio de Tibú Gustavo León Becerra en el Colegio Francisco José de Caldas (sede de las negociaciones entre el campesinado y el gobierno nacional) fue retenido, amenazado y empadronado el señor Jesús Emel Bautista Torres, identificado con cédula 1.004.822.587.

En esta reunión se estaban analizando por parte de la comunidad, opciones de movilización para exigir al gobierno nacional una solución pronta y pacífica, a las exigencias del campesinado movilizado en el Catatumbo; así como también se estudiaba la posibilidad de coadyuvar la solicitud hecha por el campesinado al presidente Santos, en el sentido de que se declarase el estado de emergencia económica y social en la región del Catatumbo.

Allí, siendo las 2 p.m el señor Bautista se dirigió momentáneamente a las afueras del recinto, donde fue abordado por cuatro uniformados de la Policía Nacional que se movilizaban en dos motocicletas. Los policiales le solicitaron una inspección corporal sin presentar la debida orden judicial, al tiempo que exigieron entregar su documento de identidad, el cuál fue retenido por más de 6 horas de manera irregular. En medio de este procedimiento, al sitio llegaron cuatro sujetos, aparentemente miembros de cuerpos de inteligencia del Estado colombiano (SIJIN); estos sujetos, mientras intimidaban y acusaban al líder comunal, lo capturaron, lo subieron a una patrulla y lo condujeron hasta el comando de policía del municipio de Tibú.

Una vez se hallaron en las instalaciones del comando de policía, a cargo del teniente Andrés Urrego, varios uniformados condujeron al líder comunal hasta una oficina que exhibía un aviso de la SIJIN. Allí el líder fue sometido a interrogatorios donde se le acusaba de ser guerrillero y se le preguntó por su presunta cercanía con César Jeréz, arguyendo que ésta era prueba de su pertenencia a grupos ilegales.

El líder comunal, alcanzó a poner la situación en conocimiento de su abogado de confianza, tras su intervención y después de 6 horas de interrogatorios, amenazas y un empadronamiento que incluyó fotografías y huellas dactilares; el señor Bautista fue puesto nuevamente en libertad.

Este tipo de intimidaciones directas a los líderes comunales del municipio de Tibú, representan un claro sabotaje a la unidad de las luchas del campesinado y de los pobladores del casco urbano; así los grupos armados al servicio del Estado garantizan que el terror, la estigmatización y en general la falta de garantías propias de un Estado democrático se constituyan en la respuesta del gobierno Santos a las movilizaciones populares que cuestionan su mandato.

Del mismo modo, es preciso denunciar cómo este incidente se constituye en una forma más de persecución en contra del líder campesino César Jerez, por ende solicitamos a las autoridades del orden nacional e internacional que con el concurso de sus esfuerzos impidamos que la victimización en contra de líderes populares se repita impunemente.