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Carta abierta
IV Foro Internacional de la Hoja de Coca pide a Evo Morales promover el arbusto milenario como solución sanitaria para el mundo
Agencia Prensa Rural / Lunes 19 de agosto de 2013
 

Los académicos, emprendedores y activistas del movimiento cocalero continental reunidos en La Paz los días 14 al 16 de agosto del 2013, conscientes que estamos en un coyuntura histórica, para la revisión y el cambio de paradigmas estratégicos, como consecuencia del triunfo obtenido a inicios de este año por Bolivia, con la despenalización del acullico (de la Convención de 1961), entendido como hito en la evolución del sistema internacional de control de drogas; lo que evidencia que la voluntad, perseverancia, coherencia y fuerza, que suman a los resultados y metas.

Aplaudimos los éxitos y apoyamos los esfuerzos, del Estado plurinacional de Bolivia, a nivel interno con la nacionalización de la lucha contra el narcotráfico, con los procesos de control social, o concertación con los productores de coca. Una voluntad política de su Gobierno, traducida en las estrategias contra el narcotráfico y revaloración de la hoja de coca, demuestra que cuando se dialoga y se garantiza la participación de las organizaciones de productores, se obtienen mejores resultados.
La consolidación de este proceso, debe considerar la priorización de los derechos humanos, y la defensa de la coca como patrimonio natural, cultural, económico y social que garantiza el derecho a la salud, a la seguridad alimentaria, y al comercio internacional justo de la planta y sus derivados.

La autonomía de una política sobre drogas, que siga una vía propia, debe incluir la observación basada en evidencia científica, no solo aquellos resultados de las medidas de control, sino datos de producción / productividad, e impactos sociales en agricultores y usuarios, y sus implicaciones en salud, accidentes, violencia, ausencia laboral, pero también las implicaciones presupuestales.

Asimismo, estimular la industrialización de derivados alimenticios y medicinales de la hoja de coca, y su incorporación en las políticas públicas de salud y educación.

En el foro hemos evidenciado que la hoja de coca no genera dependencia, tiene un valor ancestral, nutricional y que ha generado el avance más importante de la medicina moderna al aportar al alivio del dolor, solución a muchas enfermedades consideradas incurables.

Para dar paso a esta posibilidad, es necesario ir al origen de su condena, consignada en el informe del Comité de Toxicomanía de la Organización Mundial de la Salud de 1952, basado en fuentes parciales, tendenciosas y acientíficas.

Recuperar la dignidad de la hoja de coca, y posibilitar su desenvolvimiento como solución sanitaria para la humanidad, amerita una estrategia similar a la ejecutada por su gobierno, ante la Comisión de Estupefacientes desde el 2009. Lo que implica solicitar a Naciones Unidas la reclasificación de la hoja de coca y así corregir el error histórico y facilitar la exportación y comercio internacional.
También hemos documentado el rol histórico de la coca, como garante de la seguridad alimentaria, para lo cual es imprescindible el reconocimiento global de la hoja de coca en su condición de alimento.

Creemos que con su liderazgo, la comunidad internacional puede llegar a reconocer esta condición, de donde le proponemos también esta tarea a su gobierno y a su diplomacia.

Compañero, hermano Presidente, a nivel interno sería trascendente que el programa Desnutrición Cero incorpore la harina de coca en sus menús, no hay mejor manera de demostrar las bondades de la coca como alimento.
El éxito de una agricultura integral, en zonas de producción de cultivos declarados de uso ilícito, debe partir por la revisión de los términos de intercambio comercial entre países del norte y sur, porque es ilógico que al lado de los impactos negativos del libre comercio, se afecte la supervivencia de los productores de coca.

Entonces la concertación con los productores debe venir acompañada de un alcance global al comercio internacional justo, el que internamente necesita de la eliminación de trabas administrativas, aduaneras y de transporte, de la aceleración de la industrialización y exportación, todo esto porque el mejor desarrollo alternativo es el que brinda la coca misma.

Señor Presidente, le solicitamos que lidere ante la comunidad internacional el respeto a los derechos humanos, incluyendo el derecho internacional indígena, el derecho de los productores de coca a su sobrevivencia, el derecho a la alimentación y a la salud que le brinda la coca no sólo a las pueblos originarios bolivianas y de las comunidades transfronterizas y migrantes, sino también a toda la humanidad.

Para que sus iniciativas en torno a la coca y su comercio tengan garantía de éxito, es necesaria la continuidad de alianzas diplomáticas firmes de la diplomacia de los pueblos, que Bolivia teja en el proceso de cambios sobre políticas de drogas que se vive en América Latina, en el plano bilateral, regional, hemisférico y global (ALBA, MERCOSUR, CAN, UNASUR, CELAC, Movimiento de Países No Alineados, OEA y ONU).

Firmantes

Argentina: Benito Espíndola, Cristina Perez, Ricardo Abduca

Bolivia: Alvaro Diez, Jorge Hurtado, Jose Jordán, Roberto Calzadilla

Brasil: Anthony Henman

Colombia: David Curtidor, Felipe Tascón, Pedro Arenas

Ecuador: Estelina Quinatoa

EEUU: Andrew Weil

Holanda: Martin Jelsma

Perú: Agustín Guzmán, Alejandro Camino, Ana María Pérez, Baldomero Cáceres,
Javier Trigo, Alfredo Menacho, Keneth Castro, Manuel Seminario, Mariel Cabezas, Mary Ann Eddowes, Noe Yunque, Ricardo Soberón, Serafín Lujan