Asociación Campesina del Catatumbo
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Mandato para la sustitución social, gradual, concertada, estructural y ambiental de los ingresos derivados del cultivo de coca en el Catatumbo
Asociación Campesina del Catatumbo - Ascamcat / Miércoles 4 de septiembre de 2013
 

Las campesinas y campesinos del Catatumbo representados en 365 veredas de los municipios de Convención, El Carmen, Teorama, San Calixto, Hacarí, El Tarra, Tibú, Sardinata, la Playa y Abrego reunidos en esta asamblea, acordamos como una muestra de nuestra decisión irrevocable de construir una Colombia justa, soberana, incluyente y en paz, el siguiente mandato que encarga a la Asociación Campesina del Catatumbo, de presentar ante el gobierno nacional esta propuesta; para así, diseñar un Programa de Sustitución de Cultivos de Coca que se enmarque dentro de los siguientes criterios:

1. Creemos que el cultivo de hoja de coca en la región, es producto de décadas de políticas públicas desfavorables a la economía campesina nacional: ejemplo de ello son los Tratados de Libre Comercio(TLC), la tragedia del desplazamiento forzado, la falta de titulación de tierras para las familias campesinas, las políticas crediticias generosas con los bancos y mezquinas con los campesinos, el deficiente acceso del campesinado a la técnica y la infraestructura agropecuaria, la creciente descampesinización del campo y, por supuesto, la respuesta indeclinable de la resistencia campesina y su más reciente arremetida por arrebatarle a los poderosos el reconocimiento y los derechos que le son propios, esto último como muestra de la reacción popular ante los graves daños que sufren los intereses de las clases campesinas en Colombia.

2. Para nosotros y nosotras, el reconocimiento y la protección de nuestros territorios así como el derecho a ejercer nuestra territorialidad; es un requisito para la vida digna en un Catatumbo sin coca. En este sentido se hace necesaria, la reconstrucción del tejido social, la protección de la cultura campesina, el establecimiento de condiciones adecuadas para la permanencia en el territorio y el reconocimiento por parte del Estado de la importancia del impulso y desarrollo de la economía campesina en el país y en la región del Catatumbo. Es por eso, que la Zona de Reserva Campesina para el Catatumbo se convierte en una estrategia para impulsar la permanencia en el territorio por parte de las comunidades campesinas y un aspecto importante para el reconocimiento de nuestra territorialidad.

3. La materialización de estos derechos requiere, además de este reconocimiento, la rectificación de las políticas públicas dirigidas al campo y los campesinos en Colombia; requiere oír nuestras voces y permitirnos participar en las decisiones que nos afecten. Por ello se deben implementar programas con enfoque social, que permitan la articulación de nuestro modo de producir la vida, con la economía regional y nacional; dirigiendo la atención en un primer momento, a resolver las necesidades básicas del campesinado: salud, vivienda, educación, soberanía alimentaria. Adicionalmente es necesario ir fortaleciendo nuestra capacidad productiva por medio de: una apropiación técnica adecuada, acceso a créditos agropecuarios justos, seguros de cosecha, creación de cooperativas productivas y de mercadeo, generación de canales de distribución e infraestructura (vías secundarias y terciarias).

4. Mientras en Colombia y en el Catatumbo no haya garantías de una política económica incluyente con la economía campesina, soberana con las necesidades alimentarias de la nación, sostenible en la estructura eco-sistémica de la región y democrática para todas y todos los empobrecidos del campo y la ciudad: ningún cultivo puede ser útil para sustituir la coca. El Estado debe construir lineamientos de política consensuados con nosotros los campesinos, con el fin de establecer una política económica y social para la región, acorde con las necesidades estructurales presentes en el Catatumbo, permitiendo impulsar la economía campesina como base para la vida digna y la permanencia en nuestro territorio, teniendo en cuenta los límites propios del ambiente.

5. El programa de sustitución de cultivos de coca en el Catatumbo y el Plan de Desarrollo Sostenible de la Zona de Reserva Campesina se articularán en la propuesta piloto de construcción de paz “Catatumbo, tierra de paz”: El programa de sustitución de los cultivos de coca hará parte del Plan de Desarrollo Sostenible de la Zona de Reserva Campesina del Catatumbo e incluye a los municipios que están fuera de la cobertura del Plan de Desarrollo Sostenible. El programa de sustitución de cultivos de coca en el Catatumbo abarcará toda la región del Catatumbo, su proyección, sus alcances y presupuesto será acordado y firmado en la MIA del Catatumbo.

Por lo tanto para el avance de la construcción del territorio de paz, del programa de sustitución y del plan de desarrollo; es preciso que se garantice, la constitución de la Zona de Reserva Campesina en la región.

6. Un programa de sustitución de cultivos de hoja de coca en el Catatumbo debe superar la puesta en marcha de programas de erradicación violenta que atentan contra la vida digna de los campesinos, y sobre los cuales el campesinado en general se ha manifestado en contra. El Estado debe proteger la producción agropecuaria del país y debe plantear mecanismos acordes con las necesidades de los campesinos que, por falta de alternativas, hemos recurrido a la siembra y cultivo de la hoja de coca. En este sentido, el gobierno debe generar condiciones propicias para que el campesinado que ha cultivado la hoja de coca, pueda entrar en un proceso de sustitución social, gradual, concertada, ambiental y estructural.

Por ejemplo, la regulación de precios de los insumos para la producción, el otorgamiento de subsidios al campesinado y el fortalecimiento técnico requerido en cultivos propios de la región como: plátano, yuca, cacao, frijol, maíz, piña, cebolla, arveja y caña, así como actividades pecuarias como la piscicultura (cachama, tilapias), porcicultura, ganado bovino, especies menores, búfalos, proyectos avícolas, entre otros. Es necesario que este programa vaya recuperando las semillas nativas que a causa de las estrategias comerciales como los TLC han tendido a ser ilegalizadas, por último, es necesario que existan mecanismos que propicien la transformación de la materia prima en la región.

7. Es por esto mismo que hoy decidimos que para construir un experiencia exitosa de sustitución de cultivos de uso ilícito, es necesario partir de un enfoque en donde las familias sustituyan los ingresos provenientes de los cultivos de coca por ingresos provenientes de negocios lícitos; pues, no se trata simplemente de cambiar unas plantas de coca por otras de maíz o frijol, se trata de debatir la inclusión, la democracia, la equidad y el reconocimiento a los derechos del campesinado en Colombia. Por ello este esfuerzo no sólo requiere, fuertes compromisos de las partes, sino que, a su vez, precisa de una visión estructural y de largo plazo; pues, las adecuaciones necesarias para poder ver los primeros resultados de esta operación, requerirán como mínimo de entre 3 y 5 años, dependiendo de la evolución de la misma y; en todo caso, para que las familias puedan sustituir plenamente los ingresos derivados del uso ilícito de la hoja de coca, sembrada en más de 5000 hectáreas a la fecha, y así abandonar su cultivo de forma definitiva, serán necesarios al menos 10 años.

8. En todo caso, se requieren como gestos de voluntad política por parte del gobierno: la implementación de los proyectos productivos presentados en el Plan de Desarrollo de la Zona de Reserva Campesina en la vigencia 2013-2014 y, el cumplimiento estricto del proyecto de reparación a las familias victimas de la erradicación violenta en sus fases 2 y 3.

9. Las personas vinculadas al cultivo y recolección de la hoja de coca deben ser incluidas en condiciones de equidad, esto es, atendiendo a un enfoque de restablecimiento de derechos. Es preciso entender el papel de los comités de obreras, obreros, amedieros y amedieras, en la solución de la problemática referida; pues, es sólo garantizando que ellos y ellas estén vinculados a un comité de trabajo y a las juntas de acción comunal, que su inclusión será efectiva. Esto en tanto, los recolectores, amedieros y demás obreros involucrados en la producción de la coca, son antes que nada, campesinos y campesinas carentes del acceso material a la propiedad de la tierra; es por eso que un programa de las calidades que estamos proponiendo debe incluirlos en proyectos productivos, en titulación de tierras y en capacitación laboral, para así garantizar un nivel de vida digno, con salud y educación para ellos y sus familias.

10. La ejecución y formulación del programa es producto de un acuerdo regional, sin embargo debe ser concertado para su aplicación con cada una de las familias vinculadas: Hoy sellamos un acuerdo regional por la sustitución de los ingresos derivados de la siembra campesina de cultivos de coca en la región; este acuerdo se enmarca dentro de los principios de un pacto de sustitución social, gradual, concertada, ambiental y estructural del cultivo de coca. Para su implementación, el acuerdo debe ser llevado a una escala familiar, que consulte por el consentimiento previo libre e informado de las familias que decidan vincularse a él.

11. Este debe ser un proceso que se lleva a cabo con un enfoque social. Esto incluye instituciones civiles, a los distintos actores sociales, es decir; iglesias, comunidades organizadas, organismos internacionales, cooperación internacional, gremios, gobierno departamental y municipal.

12. La sustitución debe ser progresiva: La sustitución es progresiva en el tiempo y en el espacio, es decir, la espacialidad y la temporalidad de la intervención se definen escalonadamente de acuerdo a los avances y aplicación oportuna de los componentes del programa de sustitución. La gradualidad permite generar expresiones de confianza en las partes, hacer acuerdos experimentales, para permitir el avance del proceso. El proceso de sustitución se realizará finca a finca de campesino a campesino.
La sustitución debe tener un cronograma definido que, proponemos sea a 10 años

13. La sustitución debe ser estructural: El proceso de sustitución es integral, es una intervención social y económica a partir de políticas públicas diseñadas por la nueva institucionalidad que requiere el proceso de desarrollo rural del Catatumbo. La sustitución requiere de la solución de los problemas de acceso a la tierra y la formalización de la propiedad de la tierra, de las infraestructuras necesarias y del pleno acceso a los servicios públicos. La sustitución requiere de garantías de mercado que hagan viable la economía campesina con los nuevos productos agropecuarios.

14. La sustitución debe ser ambiental: Esto incluye un enfoque en perspectiva de integralidad, busca generar sostenibilidad y ordenar el territorio de acuerdo a las capacidades eco sistémicas de la región y a las propuestas territoriales, ambientales y de conservación de indígenas y campesinos.

15. El programa de sustitución de cultivos de coca en el Catatumbo contará con una propuesta de nueva institucionalidad que lo haga viable en el marco de la propuesta piloto de construcción de paz. El programa de sustitución de cultivos de coca en el Catatumbo se ejecutará con la participación, en todo el proceso, del campesinado representado por ASCAMCAT. Para ultimar detalles de diagnóstico y formulación, así como para adelantar su gestión, administración y ejecución se crearán comités municipales del programa de sustitución de cultivos de coca en el Catatumbo, con la participación de los campesinos beneficiarios.

16. El programa de sustitución de cultivos de coca en el Catatumbo tendrá una destinación presupuestal específica dentro del presupuesto, general de la nación, los presupuestos departamental y municipales o las fuentes de financiación claramente definidas que lo hagan viable. El programa de sustitución de cultivos de coca en el Catatumbo inicia con una primera fase que deberá ser acordada en la MIA del Catatumbo, con la ejecución de un proyecto piloto para la vigencia fiscal 2013 -2014 por 104 mil millones de pesos, según las iniciativas agropecuarias del PDS de la ZRC. Harán parte de este piloto las familias victimas de la erradicación y las que se acojan en el Municipio de Tibú.

El Tarra, Catatumbo, Norte de Santander, 1 de Septiembre de 2013

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