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Reflexión sobre los hechos violentos del 29 de agosto en Suba La Gaitana
Diego Castro / Miércoles 11 de septiembre de 2013
 

Los hechos violentos que fueron protagonizados por la policía y que terminaron con la vida de un menor de edad, producto de un impacto de bala en la cabeza nos dejan múltiples dudas del origen de la protesta y el objetivo que buscaban.

En un primer momento me preguntaba quiénes eran los organizadores de la “marcha” que se había desarrollado en Suba y que terminó en confrontaciones por el habitual uso desmedido de la fuerza por parte de la policía. Al indagar por el origen de la protesta varios jóvenes que observaron y participaron nos indicaron que en ningún momento hubo marcha, que de alguna manera (aún desconocida) los jóvenes de los barrios de “abajo” (Lisboa, Toscana, Santa Cecilia) se habían puesto de acuerdo para agredir a los policías del sector y aprovechar para saquear el comercio que se encuentra cercano al CAI.

Realmente no se supo el punto originario de los desmanes, pero todos los testimonios repetían cierta información: 1) los comerciantes fueron los primeros en tomar medidas de seguridad ante la noticia de una manifestación; 2) los enfrentamientos con la policía se realizaron en medio de intentos de saqueo a establecimientos de comercio, protagonizados por jóvenes del sector; y 3) la policía utilizó armas de fuego para atacar a los manifestantes, produciendo la muerte a un menor que se sumó a la protesta.

Una de las deducciones tras estos acontecimientos es que las pandillas o mal llamadas “ollas” de la localidad de manera organizada, llevaron a cabo saqueos en los barrios anteriormente mencionados. Es así que aprovechando el inconformismo con la policía dentro de la localidad por parte de los residentes del sector y las jornadas de movilización en solidaridad con el paro agrario, se convirtieron en la cortina de humo perfecta para atacar los establecimientos de comercio que habitualmente son víctimas de extorsión por parte de estas bandas y/o pandillas.

Nuevamente surgen dudas. ¿Por qué razón promovían una actividad como esta, si ellos tienen el poder económico y territorial de una gran proporción de la localidad? ¿Por qué tensionar el ambiente con la policía si ya habían llegado a una forma estable de relacionarse? ¿Por qué generar un ataque en el cual serían señalados tarde o temprano? Declaraciones de la alcaldesa local, afirmaban que personas habían promovido el saqueo pagando entre 20 mil o 10 mil pesos.

Otro factor que genera inquietud es el desmedido uso de la fuerza por parte de la policía que provocó la muerte de un menor, que no tenía relación entre las “ollas” o las organizaciones sociales de la localidad.

La mayoría de las personas con las que conversábamos argumentaban que la policía se estaba defendiendo, que en los barrios “bajos” las personas que protagonizaban los desmanes habían respondido con armas de fuego a la presencia policial, esto podría ser justificado, pero entonces… ¿Por qué la policía no apuntó a las personas que portaban esas armas?, ¿Por qué no dispararon a los ya muy reconocidos “jíbaros” del sector, que participaron de manera directa en los saqueos?1

¿Por qué realizar ese acto de barbarie delante de todos los ciudadanos de La Gaitana, por qué en el lugar más concurrido por las personas de estos barrios, por qué no lo hicieron de manera solapada como acostumbran a hacerlo cuando violan los derechos humanos y la ley?

Todo está dentro del mar de las dudas, pero un comentario en uno de los testimonios, orientó el análisis desde otro punto de vista, apuntaba a decir que en medio de los desmanes algunas personas señalaban lugares para atacar y saquear, uno de estos lugares fue una sede de una organización social que desarrolla una labor político cultural en la localidad. El rumor fue confirmado cuando el día viernes evidenciamos los destrozos realizados por “la turba”, a una casa llena de tableros y balones.

No podría decir que los hechos tomaron un argumento pero sí tomaron una lógica, tanto los desmanes como la militarización de la localidad y el legitimado abuso policial, afectaba negativa y profundamente a las organizaciones sociales, culturales y políticas de la localidad. Entre estas a Marcha Patriótica, organización de la cual hago parte.

Esta lógica se confirmó con el pronunciamiento de Santos al día siguiente, donde de manera irresponsable señaló a este movimiento como instigador a la violencia. El panorama no podría ser peor, en este análisis del contexto teníamos dos elementos manifestándose, la ciudad se encuentra militarizada y Marcha Patriótica es señalada por el gobierno nacional como principal instigador de la violencia.

Por último, es importante recordar que los saqueos se desarrollaron en localidades con altos niveles de micro tráfico, no en vano, el presidente Santos visitó y se pronunció acerca de la seguridad en el barrio Rincón de Suba, hace ya unos meses. Recordar que esa dinámica económica fue acogida por desmovilizados de grupos paramilitares que se concentraron en localidades como Engativá, Ciudad Bolívar, Bosa y Suba. Que producto de estas estructuras la extorsión y el consumo desmedido de drogas en estas localidades se naturalizó ante los ojos cómplices de la policía.

Si esta complicidad se manifiesta con un objetivo económico, ¿Por qué no utilizarla para fines políticos? ¿Por qué los choques en estas localidades fueron caracterizados por dos jóvenes muertos con disparos en la cabeza? Y ¿Por qué señalar a Marcha Patriótica al día siguiente de estos desmanes? Además ¿Por qué dejar el orden público en manos de las fuerzas militares si con la desmedida fuerza de lo policía lo podrían retomar?

Lo único que sé, es que filas de militares rodean la zona de la Gaitana, que las familias salen a darles tinto, galletas y gaseosa, que jovencitas se toman fotos con los militares llenos de armas y los niños se acercan a ellos motivados por la curiosidad. La nueva pregunta es, ¿A quién benefician los frutos de la campaña mediática del ejército nacional?, ¿Al país de la prosperidad para todos o al de la seguridad democrática?

En los dos casos las organizaciones sociales salen perdiendo.

- 1. Entendiendo que no estoy de acuerdo con el uso de armas de fuego para controlar manifestaciones.

Nota relacionada: ¿Quién está detrás de los disturbios en Bogotá?