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Minería imposible
"No cuenta Ospina que en Colombia el 100% de la minería es privada y pagan tarifas de regalías miserables"
Oscar Vanegas Angarita / Martes 3 de diciembre de 2013
 

Aplazo la última parte de los “micos petroleros” para comentar la columna de Juan Manuel Ospina, publicada en El Espectador el pasado 28 de noviembre, titulada “La Minería Posible”, donde afirma que “la izquierda cuando está en la oposición es enemiga de toda minería, pero cuando llega al poder es extractivista”.

El columnista considera que para la izquierda colombiana la minería es una actividad de atarbanes que “solo ven los costos y perjuicios ambientales, sociales, de dislocación de economías y sociedades tradicionales, de saqueo de nuestros recursos naturales”, y que “su grito de guerra es un no rotundo a la minería, en defensa del agua, de las riquezas naturales, de nuestras comunidades y su cultura”. Pero qué, sin embargo, la izquierda colombiana admira países como Cuba, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Brasil y Argentina, gobernados por la izquierda, donde impera una política minera extractivista, porque los minerales son, sencillamente, las materias primas necesarias para que el mundo exista; pues el hombre los ha utilizado desde “la noche de los tiempos (Edad de Hierro, Edad de Bronce…) y todo indica que así será hasta el final de los tiempos”.

Interesante reflexión de Ospina, pero incompleta; pues no dice que en los otros países, como Chile, por ejemplo, el 74% del cobre es extraído y exportado por la empresa estatal, obteniendo una renta minera para beneficio del fisco chileno y, obviamente, de todos los chilenos. Tampoco dice Ospina que en el mundo solo hay 5 minas de níquel y que la única que es explotada por una empresa privada y no por el Estado, es la nuestra… la de Cerromatoso, la más grande del mundo en reservas de ferroníquel, y la que produce el níquel de mejor calidad. Mina que produce también hierro, del cual no pagan regalías; pues pagan solo regalías del níquel, y mal liquidadas (la Contraloría encontró que nos dejaron de pagar 33 millones de dólares en el período del 2002 al 2010).

No cuenta Ospina que en Colombia el 100% de la minería es privada y pagan tarifas de regalías miserables (muy, pero muy bajas, comparando con otros países), las cuales liquidan de buena fe (esa fue la respuesta que me dio un amigo geólogo que trabaja en Marmato, cuando le pregunté cómo las liquidaban), pues el Estado colombiano no audita, no fiscaliza, no vigila. O ¿Será que los esmeralderos o los extractores de oro nos cuentan de verdad cuántas esmeraldas o cuánto oro sacan? Además, esas escasas regalías las descuentan antes de impuestos (otro mico petrolero y minero), generándoles un alivio tributario equivalente a bajarles la tarifa de regalías el 33%. Por ejemplo: el carbón paga el 5%, pero con el alivio la tarifa se baja al 3,35%.

Otro punto a tener en cuenta en nuestro país: las tarifas de regalías y condiciones contractuales en general, se firmaron en el pasado, cuando los minerales “valían huevo”, porque eran abundantes en el mundo o tenían demanda moderada. Hoy, al escasear los minerales y en general todos los recursos naturales en los países industrializados, estas materias primas cuestan 10 veces más de lo que costaban hace 10 años. Esa bonanza se la están ganando las empresas mineras y no el Estado, puesto que no se les puso una cláusula donde se beneficiara el país en una situación de precios altos.

Esto lleva a una lógica financiera demasiado simple: si a ellos les cerraba financieramente el negocio a precios bajos… imagínese las rentabilidades que hoy están obteniendo. Bajo esta premisa es lógico también exigirles que parte de esa ganancia extraordinaria la destinen a mitigar el impacto ambiental y remediar el impacto social, que es lo que hoy exige la izquierda colombiana.
Yo le diría, no solo a Ospina sino a todos los colombianos, que mientras no se cambien las condiciones contractuales para que el país se beneficie de la bonanza minera (y petrolera) por precios altos, con una mayor participación estatal en la renta minera, la minería en Colombia debería ser imposible.

* Tomado de El Frente