Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

XVIII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes
La paz colombiana es la paz latinoamericana
Juan Carlos Hurtado Fonseca / Lunes 9 de diciembre de 2013
 
Mesa del seminario sobre bases militares extranjeras, alianzas militares y acuerdos. De izquierda a derecha: Jaime Galarza de Ecuador, Andrés Álvarez y el moderador del panel. Foto Juan C. Hurtado.

“Mecanismos de integración como el ALBA y Unasur, entre otros, son fundamentales para resistir a las intentonas de desestabilización de la región por parte de Estados Unidos. Estos intentos se ven reflejados en proyectos como la Alianza del Pacífico, que hace parte de un plan económico del imperio”, fue una de las conclusiones de la ponencia de Jaime Galarza, investigador ecuatoriano.

La afirmación la hizo al término de su ponencia en el seminario “Bases militares extranjeras, alianzas militares y acuerdos”, realizado en el marco del 18º Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes que se realiza en Quito (Ecuador), desde el pasado 7 de diciembre.

El viejo luchador

El panelista inició su exposición con un recorrido por la historia de las intervenciones norteamericanas en Ecuador, donde se destaca un constante interés del país del Norte por las Islas Galápagos. Comentó además la importancia de la obra de Eloy Alfaro en las resistencias anticoloniales y contra las bases norteamericanas en este país.

Explicó la manera como sacaron las bases norteamericanas de Galápago y Salina. Y culminó comentando la manera como el proceso de la Revolución Ciudadana, en cabeza de Rafael Correa, logró terminar con la base de Manta.

Inspirados en Eloy Alfaro, el viejo luchador, “a los ecuatorianos les toca muy duro para mantener su soberanía. El actual gobierno debe enfrentar muchas maneras de imperialismo. He ahí la importancia de la solidaridad internacional con el proceso ecuatoriano”, aseguró y concluyó anotando:

“La unidad latinoamericana, de todos los sectores democráticos y de izquierda, es fundamental para quebrar el espinazo del imperialismo. Ya que es una dominación que se da por la política, la economía, la cultura; por eso los pensadores de la Casa Blanca dicen que es fundamental el dominio cultural, que es importante ganar en la guerra cultural. Esto lo hacen con la imposición de modos de vida y consumo. Eso les facilita las cosas”.

Paz en Colombia, clave

A su turno el joven colombiano Andrés Álvarez, dirigente nacional de la Juventud Comunista Colombiana (JUCO), expuso la manera como afectan a Colombia las bases militares norteamericanas, cuyos principales objetivos son el control de los recursos naturales y detener el avance de los movimientos sociales y revolucionarios.

Destacó hitos de intervención como la agresión a la zona campesina de Marquetalia e hizo un recuento de cómo se adiestró a la clase dirigente para sostenerse en el poder con el uso de la fuerza. En este caso puso de ejemplo el genocidio estatal contra la Unión Patriótica y el Partido Comunista.

El dirigente juvenil realizó un recuento por los hechos bélicos en la década de los 90, periodo en que se usó la excusa de la lucha contra las drogas para desarrollar el Plan Colombia, el Plan Patriota y en la última década el Plan Espada de Honor. “La ubicación de las bases militares en Colombia es de manera estratégica para favorecer el saqueo de recursos naturales por parte de transnacionales, y también están ubicadas donde el movimiento campesino es organizado y resiste. Pero han convertido a Colombia como una base militar satélite para poder hacer ataques a países vecinos donde se desarrollan planes de democratización y liberación”.

En este marco destacó la importancia del proceso de paz que se desarrolla en La Habana, ya que de ello también puede depender la paz de la región. La salida política al conflicto colombiano, con base en la democratización de la sociedad es la paz para el resto de países vecinos en la medida que no habrá pretextos intervencionistas norteamericanos, para desarrollar planes de desestabilización en la región.

Las exposiciones generaron diversas preguntas por parte de algunos de los más de 500 participantes de todo el mundo, pero en especial de Sudamérica. Delegados de países africanos y asiáticos se solidarizaron con Colombia porque aseguraron haber vivido en carne propia la imposición de bases militares extranjeras en sus territorios.

Un delegado del Partido Comunista de Argentina, con una pregunta sobre el proceso de La Habana, abrió la discusión acerca de la importancia de este hecho en la paz para toda la región. A lo cual el expositor colombiano respondió: “Es de suprema importancia porque, entre otras cosas, es uno de los de mayor contenido político acerca de las transformaciones que la sociedad necesita. Como comunistas sabemos que eso no es un gran cambio, como se requiere, que una revolución se logrará es con la movilización de la sociedad en su conjunto”.

“La importancia está en temas como la concentración de la tierra, producto de la violencia contra los campesinos a quienes les han quitado más de 20 millones de hectáreas”.

“La democracia colombiana es limitada, restringida, construida sobre la sangre de muchos colombianos, por eso se negocia la búsqueda de cambios en el régimen político”.

“Se debe discutir el tema de las víctimas de Estado y de la guerra en general, se debe saber quiénes son los responsables de la persecución a la izquierda, el desplazamiento, las masacres…”,

Por eso, expresó la necesidad de una asamblea nacional constituyente para refrendar el proceso y que se desarrolle un nuevo modelo de Estado y sociedad.

En el Festival participan más de diez mil jóvenes de todo el mundo, quienes discuten acerca de diversos temas relacionados con las luchas antiimperialistas, el capital y la paz mundial. Se lleva a cabo en Quito, Ecuador, desde el pasado 7 de diciembre.

Participantes de Angola hacen su muestra del folclor de su país. Foto Juan C. Hurtado