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Cuando la crítica en Colombia es delito
Cristhian Ayala García / Miércoles 8 de enero de 2014
 

En nuestra Colombia contemporánea vivimos una ausencia de democracia real y de participación directa de la sociedad en los procesos políticos, entendiendo la democracia como la posibilidad de poder decisorio de parte del constituyente primario, nos encontramos que nuestro país se caracteriza por tener un régimen político de carácter antidemocrático y uno de los mecanismos mediante el cual esto se sostiene es mediante la coerción y el uso de la violencia por parte del estado.

En el año 2013 la Marcha Patriótica obtuvo el fatal número de 25 miembros asesinados en todo el territorio nacional, esto en el contexto de un gran número de dirigentes sociales amenazados y otros privados de la libertad por causa de montajes judiciales.

El día 4 de enero se presentó una situación más en la que se demuestra que ser oposición en Colombia y enarbolar las banderas del pensamiento crítico es un delito grave que el establecimiento cobra, el compañero y profesor universitario Francisco Toloza fue detenido estando con su familia en Cúcuta.

El profesor es politólogo de la Universidad Nacional de Colombia, mágister en Sociología de la misma Universidad y estudiante de doctorado en Estudios Políticos de la Universidad Nacional de San Martín en Argentina, tiene un recorrido académico con aportes valiosos a la comprensión de la configuración del conflicto colombiano y desarrollos a la posibilidad de una solución política este, también es miembro de la Junta Patriótica Nacional y responsable de la comisión de relaciones internacionales del Movimiento Político y Social Marcha Patriótica.

Es triste ver que el régimen institucional en Colombia está ajustado para que personas como el maestro Francisco Toloza sean acalladas, no solo contamos con un régimen político excluyente,sino con mecanismos de coerción propios de estados que persiguen a sus contradictores, en la primera audiencia que tuvo el profesor se demostró por parte de la fiscal encargada de su caso que en el país contamos con un derecho penal “del enemigo”, justificando la detención con material probatorio propio de una película al mejor estilo Hollywood o sino aplicando la mejor versión posible del macartismo al decir que entrevistas con académicos de la talla de Atilio Boron o personajes internacionales como el premio Nobel de Paz Adolfo Pérez Esquivel son solo una prueba más del printuario delictivo del acusado.

El sistema judicial se convierte en otro escenario de la guerra sucia que históricamente han libradolos gobiernos de este país contra los sectores sociales y populares, es hora de jugarnos la verdadera democracia, casos como el de los compañeros estudiantes Carlos Lugo, Omar Marín y Jorge Gaitán, el dirigente agrario Huber Ballesteros,así como el del profesor son solo la muestra del conflicto social, político y armado que atraviesa nuestro país, y que al tener esta característica, la participación política es un aspecto de necesaria discusión desde el pensamiento crítico,aunque a veces esto parezca delito en nuestro país.

Hoy el movimiento social y popular colombiano debe propugnar por una transformación estructural de la sociedad y el Estado que parta de una revisión profunda del régimen institucional por el desbarajuste producido por las elites de este país, debemos refundar un estado bajo los principios de la participación popular y la democracia efectiva.

Es necesario el desmonte efectivo del paramilitarismo, atacando no solo el fenómeno sino sus raíces, donde se desarticulen sus actuales redes y se condene a financiadores, solo así las cuentas de asesinados de los movimientos sociales y populares se detendrán, esto apoyado de una reforma doctrinal y organizacional de las fuerzas militares, donde se aparte de lo inculcado por la escuela de las américas y las teorías del enemigo interno, y más bien se reduzca y sigan una nueva doctrina para salvaguardar nuestra soberanía nacional.

Se hace necesario un estatuto para la inclusión y el buen gobierno, que permita garantías de participación a la oposición y que ataque al macartismo y todas las prácticas hostigadoras y discriminatorias, ligado a una democratización de los medios de comunicación donde se salvaguarde el carácter oportuno, veraz e imparcial de la información.

Se debe promulgar el desarrollo de las libertades civiles y las garantías democráticas, donde se desmonte toda clase de jurisdicción que sea contraria al espíritu de la paz conjusticia social, con necesarias veedurías populares e internacionales de lo que pasa en el país por parte de juristas y defensores de derechos humanos, y no solo la libertad de Francisco, Húber, Carlos, Omar y Jorge sino la excarcelación de todos los prisioneros políticos, para que el “profe Pacho” y otros miles de colombianos puedan volver a discutir con todos sus estudiantes en los salones de clase.

En estos momentos la consigna de la paz cobra mayor vigencia, partiendo de que un pilar fundamentaldebe ser la transformación del régimen político donde sea el constituyente primario con toda su diversidad política y por fuera de las fraudulentas reglas del juego electoral los que construyan un nuevo país con profesores como Francisco Toloza, Campesinos Como Huber Ballesteros, Estudiantes como los de la MANE y en general todo el pueblo Colombiano.

#LibertadAPachoToloza