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La SAC no representa la economía campesina
Nelson Fajardo Marulanda / Viernes 21 de marzo de 2014
 
Rafael Mejía, presidente de la SAC.

La Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) está dispuesta a seguir el camino del Estado colombiano, caracterizado, para el caso del último, por su actitud ladina por medio de la cual contiene la confrontación campesina aceptando verbalmente las demandas de estos, mientras que por otro lado asume una posición autoritaria e impositiva, tal como sucede ahora con la SAC, al querer imponerla a los campesinos como su representante ante los diálogos que se libran entre los campesinos y el Estado.

Al tiempo que el Estado actúa así, los señores de la SAC participaron en el foro realizado sobre el tema agrario en torno a los diálogos que se libran entre el Estado y las FARC-EP, en una actitud que la distanció de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegan), gremio que reúne lo más rancio del latifundismo ganadero, y el cual se negó a participar, de manera sectaria, en el mencionado foro; pero, a renglón seguido, la SAC decide jugar el papel disociador que el Estado le colocó, al asumir una representación que no le corresponde.

Al respecto, es bueno recordar que la SAC es una entidad que representa a los productores agrícolas pequeños, medianos y grandes, que no requieren el apoyo financiero y tecnológico del Estado, pues se trata de unidades agrícolas autosuficientes y óptimamente articuladas al aparato reproductivo de la nación. No sucede lo mismo con la economía campesina, totalmente descuidada por el Estado y sobreviviendo en condiciones precarias. Este hecho marca la diferencia.

En efecto, la verdadera representación de la economía campesina la tienen y se la han ganado las asociaciones campesinas, que han luchado de manera tenaz y heroica por los intereses y las reivindicaciones del campesinado colombiano. Son ellas las que han estado al frente, organizando el campesinado, bajo la presión de un Estado ciego, apegado a una doctrina militar impuesta desde fuera, según la cual detrás de cada miembro de la asociación se esconde un subversivo, actitud descalificadora que junta con la de la SAC.

Por lo dicho, sería deseable solicitarle al gremio de la SAC que desista de esa posición y entregue la representación a los agentes naturales y reales de campesinado.