Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

En 2015, la marihuana y la amapola podrían ser legales en Guatemala
El principal interesado en este proyecto despenalizador es el presidente Pérez Molina
Jaime Septién / Viernes 11 de abril de 2014
 
Foto: Surizar via photopin cc

La legalización, promoción, cultivo y control de la venta de marihuana llevada a cabo por Uruguay desde el año pasado, ha ido prendiendo en otras latitudes de América Latina y hoy mismo existen países en los que podría seguirse la experiencia uruguaya adaptada a sus circunstancias locales.

Tal es el caso de Guatemala cuyo presidente, Otto Pérez Molina, ha anunciado un proyecto que legalizaría el cultivo y la producción de marihuana y amapola “con fines farmacéuticos” para principios del próximo año 2015.

El presidente guatemalteco, dijo en 2012, durante el Foro Económico Mundial para Latinoamérica, celebrado en Panamá que "si no somos capaces de innovar y de ser creativos en el tema del narcotráfico, los resultados siempre van a seguir siendo los mismos".

Según Pérez Molina, mientras el mercado de la droga siga siendo de 370 mil millones de dólares, subrayó, “persistirá la problemática del control de estupefacientes”. Para el mandatario guatemalteco, la aprobación controlada de la marihuana haría que el Estado pudiera “percibir impuestos y dejar de invertir anualmente en la destrucción de plantaciones” que existen en el país centroamericano.

Para los miles de campesinos pobres de Guatemala, el cultivo de la droga se ha convertido en un producto sumamente lucrativo a partir de los enormes mercados encabezados por Estados Unidos, país que consume cada año entre 150 y 160 toneladas de cocaína, acorde con datos de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de Naciones Unidas (JIFE, siglas en inglés), según un reporte de Prensa Latina.

Cabe resaltar que el trasiego de droga, la lucha de los cárteles por acaparar las rutas y la complicidad de los funcionarios públicos así como de algunas fuerzas del orden, han hecho que la situación en la frontera entre Guatemala y México sea una situación de extrema violencia, pues casi el 90 por ciento de la cocaína consumida Estados Unidos, entra a través de México y Centroamérica, señala la JIFE.

Legalizar para no capturar a “familias completas”

Desde que asumió la presidencia, en 2012, Pérez Molina ha insistido en que una solución a la violencia y a la pobreza es la legalización de cultivos en la frontera con México. Pérez Molina ha dicho que esos cultivos –de marihuana y amapola—deben ser “controlados y vendidos con efectos medicinales.

Mientras tanto, ha trascendido que un grupo especializado en el tema (la Comisión Nacional para la Reforma de la Política de Drogas) está trabajando para que, a fines de 2014, esté listo el proyecto de ley que da luz verde a la siembra y producción de marihuana y amapola en Guatemala. La iniciativa del ejecutivo guatemalteco tiene como objetivo “controlar el poder del crimen organizado que está detrás de la comercialización de estas plantas”.

El país centroamericano se ve duramente afectado por las incursiones de los cárteles del narcotráfico de México, especialmente los cárteles del Golfo, los “zetas” y las bandas que operan los mercados de narcomenudeo en la llamada Riviera Maya, a donde concurren millones de turistas estadounidenses y europeos.

“Hay comunidades en la frontera con México que siembran amapola”, declaró el presidente Pérez Molina, agregando que dos veces por año se envían militares a la región para destruir los cultivos, “pero no se captura a nadie”, explicó, “porque sería a familias completas las que se tendría que capturar”.

El camino más fructífero –según Pérez Molina—“parece ser una liberalización controlada y regulada con fines medicinales”, con todas las salvedades que esto conlleva y con todas las posibilidades de que la siembra y el trasiego de droga con fines terapéuticos no sea acatado por las “familias completas a las que se tendría que capturar”, por el pago de los cárteles de sus cultivos excedentes y por otros cultivos disfrazados en la zona “legal”.