En carta enviada a la redacción de la Agencia de Noticias Nueva Colombia, extraditables colombianos expresan su apoyo a los diálogos que se desarrollan en la Habana. A continuación el documento completo:

“Apoyamos proceso de paz”

Nosotros, el grupo de extraditables actualmente recluidos en los patios 12 y 16, Picota ERON Bogotá, antes que todo, como colombianos, presentamos a la mesa de negociación de La Habana nuestro apoyo al proceso de paz, y a la espera de un verdadero compromiso con el pueblo colombiano tanto del gobierno de Santos como de las FARC-EP para lograr la tan anhelada paz, pero más aun, una mejor calidad de vida para un pueblo sufrido y engañado durante tantos años por gobiernos y personas inescrupulosas e infames que no han pensado sino en su beneficio personal e incluso se han organizado para declararse enemigos de algo tan importante para el avance de un país como es la paz.

Como es lógico, nuestra carta quiere enviar a ustedes un mensaje en contra de cómo se ha venido dando manejo a la política de los tratados de extradición suscritos con los diferentes países del mundo, pues es bien sabido que este asunto -de la extradición- se ha venido degenerando hasta rayar en el ridículo, llegándose al punto de que descaradamente el falso positivo, la inducción al delito, el envío de personas inocentes, incluso personas que ya han pagado en este país el delito, son llevados a otros países, condenados reos ausentes con el ánimo de hacerles pasar más tiempo en una prisión mientras aclaran su situación.

Esto con la anuencia de nuestra Corte Suprema de Justicia que no quiere saber nada de nuestros procesos y más aun si se trata de personas solicitadas por EE.UU, país este donde el extraditado mientras tenga más dinero puede acceder a comprar positivos que la misma policía colombiana fabrica y vende al mejor postor, más rebaja de penas va a obtener, y además garantías para lograr refugio allí, escudándose de esta manera para no venir a responder por graves delitos cometidos en este país. Ejemplo el caso del oscuro personaje, el ‘Tuso Sierra’ y algunos otros que allí viven.

Ahora, para aquellos que no tienen recursos económicos ni información que ayude a agrandar la red de extraditables, pues no les queda otra que pagar condenas más altas, caso de las llamadas ‘mulas’ o pequeños narcotraficantes. O de lo contrario se ven obligados a colaborar con el trabajo infame, por medio de la inducción al delito de incautos que, ante una propuesta fácil para hacerse a algunos pesos, caen en la trampa y de ese modo contribuyen a alargar la lista de extraditables. Cómodo así para los agentes de la DEA, quienes ya no necesitan salir de sus oficinas, con la cadena de incautos de esa manera, nunca se va a terminar.

Podemos citar situaciones de personas que injustamente fueron involucradas en el delito de narcóticos y que tienen que ir a los Estados Unidos a poner la cara así tengan que regresar en tres o cinco meses declarándose culpables en acuerdos con los agentes de la DEA o Fiscales, para de esta manera el gobierno de EE.UU. evitar denuncias millonarias por el abuso y daño causados.

Brevemente nos referimos al señor Rafael Antonio Garavito García, persona de 70 años de edad, quien actualmente está postrado en una silla de ruedas con medio cuerpo paralizado, acusado además de terrorista miembro de la FARC por los Estados Unidos. Supuestamente se encontraba en la República de Guinea Bissau (África Occidental) negociando misiles antiaéreos para derribar aviones de Estados Unidos, asunto totalmente falso. La acusación habla del envío por parte de las FARC de cuatro mil kilos de cocaína a ese país africano para después ser remitidos a Estados Unidos vía marítima, asunto este ilógico pero con ganas de causar daño al proceso de paz. Para más información haremos llegar indirectamente del caso y otros datos.

Señores de la Mesa en La Habana: Queremos manifestar nuestro inconformismo ante el maltrato al que diariamente somos sometidos en este centro de reclusión -Picota ERON- pues es denigrante contra nosotros, sindicados por los gobiernos que nos solicitan. Aquí carecemos de lo más básico: servicio médico que es nulo, el agua brilla por su ausencia, la comida es pésima, las visitas de abogados saboteadas por la guardia. Estamos reducidos a vivir en el patio en donde las enfermedades y el frío nos acosan, y debemos permanecer todo el día sentados en un comedor, pues no hay lugar para caminar o ejercer algún tipo de ejercicios o distracción.

Tanto que cuando el listado de personas que viajan en extradición sale, hay gritos de júbilo, pues el interno piensa que en algo las cosas van a mejorar. La zona de apoyo o sitio de visitas que nos asignaron es el mas pequeño e incómodo, y más cuando es con niños. La visita conyugal es cada 30 ó 35 días, de 45 minutos por pareja en 20 celdas antihigiénicas y sin agua, mientras que para el resto del penal es semanal. Las puertas de las celdas -donde vivimos permanentemente- no las cierran, debiendo soportar frío todo el día, pero a otros patios es lo contrario. Quiere decir esto que no tenemos el derecho a la igualdad. Nos preguntamos: ¿por qué no?

Solicitamos a ustedes nos tengan en cuenta en el punto de víctimas del conflicto, pues bien, si algo debemos y lo cometimos en nuestro país, es aquí donde debemos pagarlo, con nuestras leyes y con el acompañamiento y apoyo de nuestras familias.

Ya es hora de pensar seriamente en terminar esos tratados de extradición que lo único que han traído es la desintegración del núcleo familiar del extraditado, si bien sabemos que incluso las penas en nuestro país son más severas, y además este proceso de paz dentro de sus puntos más serios y difíciles de tratar ha sido el de erradicación y sustitución de cultivos ilícitos con la plena seguridad que Colombia va a dejar de ser un país productor de narcóticos, y con el logro de la paz se proyectará hacia el futuro como un país lleno de oportunidades.