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La amenaza Zuluaga-Uribe: guerra en Colombia, confrontación con Venezuela
Luis Alfonso Mena S. / Jueves 5 de junio de 2014
 

Estuve el jueves 29 de mayo cubriendo para Pazífico Noticias el acto que le organizaron en Cali los conservadores de la línea del gobernador del Valle, Ubeimar Delgado, al aspirante presidencial de la extrema derecha, Óscar Iván Zuluaga, y allí puede palpar todo el oportunismo y la mentira que rodean esta candidatura en relación con sus propuestas generales, pero de manera especial respecto de la paz.

Un periodista que acudió al Hotel Intercontinental para expresarle su respaldo a Zuluaga, en medio de políticos de oficio y funcionarios de carrera, comentó: “Le quitamos la bandera de la paz a Santos”, refiriéndose a la voltereta dada horas atrás por el aspirante uribista, cuando anunció la continuidad de los diálogos con la insurgencia, aunque siempre ha dicho que los suspenderá si llega a la Presidencia de la República.

La anécdota muestra de cuerpo entero la instrumentalización del tema de la paz con fines meramente electorales, una posición oportunista que genera aún más desconfianza en lo que harán Zuluaga y su equipo contra los diálogos y la esperanza de un acuerdo de paz.

Zuluaga giró hipócritamente para acomodarse al momento con tal de contar con el respaldo de un sector del conservatismo, el de la ex ministra de Defensa de Uribe, Martha Lucía Ramírez, detrás del cual está Andrés Pastrana, que busca ahora reencaucharse poniendo en la palestra a los fracasados Camilo Gómez y Álvaro Leyva.

No cabe duda de que Zuluaga es la punta de lanza de una ultra derecha envalentonada que persiste en condiciones incumplibles para una insurgencia que no está derrotada y que persiste en el diálogo con un interlocutor, el gobierno de Santos, que también se mantiene en la Mesa de La Habana. Producto de ese diálogo hay avances incontrovertibles que no pueden echarse por el caño.

De la reunión del jueves pasado en Cali me llamó la atención también el elevado nivel de demagogia de Zuluaga quien en su discurso ante la clientela azul ofreció esta vida y la otra, sin explicar por qué en ocho años de gobierno de su jefe, Álvaro Uribe, el pueblo sufrió más hambre y padeció más violación de sus derechos económicos, sociales y laborales. Para no ir muy lejos: la pérdida de las horas extras, los recargos nocturnos, los pagos de dominicales a los trabajadores.

Zuluaga contra Venezuela

Otro factor alarmante son las implicaciones que en materia de política internacional tendría un eventual triunfo de Zuluaga-Uribe, pues no cabe duda de que con él Colombia volvería a cumplir el papel nefasto de ser puente de ataque contra la Revolución Bolivariana en Venezuela y contra la Revolución Ciudadana en Ecuador.

No olvidemos el odio visceral de Uribe y sus adláteres (José Obdulio Gaviria, María Fernanda Cabal, etc.) contra el gobierno bolivariano y todo lo que éste representa para el futuro de las luchas progresistas de los pueblos del continente latinoamericano, odio que Zuluaga comparte y reparte.

Las consignas de Zuluaga y los uribistas en Colombia son las mismas de la oposición oligárquica de Venezuela: anticomunismo y prédica contra lo que denominan “el castrochavismo”, conceptos mandados a recoger que solo levantan hoy los neofascistas.

El gobierno de Santos ha mantenido, en líneas generales, una actitud sustancialmente diferente a la guerrerista de Uribe frente al Gobierno de Venezuela, y este cambio de visión y actitud fue uno de los motivos de ruptura de Uribe con Santos, pues se sintió traicionado cuando éste no continuó su política de intervencionismo en la hermana república.

Con un mandato de la dupla Zuluaga-Uribe volvería la confrontación con Venezuela, Colombia sería convertida de nuevo en el alfil de los sectores más reaccionarios de Estados Unidos para atentar con mayor fuerza contra la revolución bolivariana.

Pero también tendría graves efectos respecto de Nicaragua, pues es conocida la política reaccionaria y chauvinista del uribismo que pretende resolver a sangre y fuego las diferencias marítimas con el país de Sandino.

La guerra en Colombia; la confrontación con los vecinos: esos son los designios del uribismo en su pretendido retorno al poder. El pueblo colombiano decide.