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Dos trabajadores se entierran para evitar que rematen sus casas
Asociación Distrital de Educadores / Miércoles 11 de junio de 2014
 

Dos trabajadores decidieron enterrarse en marco de la protesta que adelantan por los despidos injustificados de la empresa General Motors. Esto ante la frustración por la falta de atención frente a los 1.040 días que permanecen en paro frente a la embajada de Estados Unidos.

Antes se habían crucificado, se cosieron la boca y aun así, la ausencia de soluciones a su complicada situación laboral continúa. Es de recordar que el problema inicia cuando GM Colmotores los despidió por enfermedades laborales y se alió con las EPS para no definirlas de esa manera. Su condición de salud les impide trabajar. Carlos Trujillo y Manuel Ospina atraviesan por una situación límite, ya que tienen remate de sus viviendas, el próximo 2 de julio y en agosto, respectivamente.

Al cumplir el año de huelga, duraron 22 días con la boca cosida, así lograron que la embajada de Estados Unidos mirara su situación y la Junta Directiva de GM en Detroit, viniera hasta Colombia y hablara con ellos. Fue una comisión de unas 62 personas, que alquilaron un hotel sólo para ellos, y se sentaron con 12 de los trabajadores organizados en Asotrecol.

“Inocentemente creímos en ellos, la jefe de Relaciones Laborales a nivel mundial de GM se comprometió con nosotros en que iba a solucionar este problema. Nos dijo que a la semana siguiente íbamos a tener la reunión de conciliación. Confiamos en ellos, a la siguiente semana estuvimos sentados con los mismos ejecutivos de GM en Colombia que fueron los que nos despidieron. Las ofertas que nos hacían distaban mucho de lo que nosotros considerábamos justo”, manifestó Jorge Parra, directivo de Asotrecol.

La oferta principal consistía en ayudarles a hacer un curso en la Fundación Minuto de Dios y al año les financiarían un proyecto junto a sus familias con un capital de 10 millones de pesos. Dice Parra, “es para nosotros una burla. Nos dimos cuenta que el proyecto empresarial de GM Colmotores era convertirnos en vendedores ambulantes de empanadas y de perros calientes”.

En la mañana del lunes, los dos trabajadores se enterraron hasta el cuello y se mantuvieron así por varias horas hasta que fueron trasladados al hospital tras ser sacados a la fuerza por la policía, aún permanecían bajo observación médica. Ni la embajada ni la empresa se hicieron presentes.

Es más, Colmotores se limitó a sacar el mismo comunicado que siempre saca exculpando su responsabilidad. Algo descarado, cuando por ejemplo, se ha constatado la manipulación de los procesos judiciales, pues todos llegan a los juzgados 14 y 16 del Circuito Civil de Bogotá, donde se pierden los procesos antes de que se inscriban. El 98% han salido negativos.