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Ganadería acapara 80% del suelo fértil
Mientras la actividad pecuaria sigue expandiéndose, las hectáreas utilizadas para la agricultura se redujeron durante el año pasado
Agencia Prensa Rural / Jueves 26 de junio de 2014
 

El 80% de la tierra productiva en Colombia lo ocupa la actividad ganadera, según datos de la Encuesta Nacional Agropecuaria del 2013.

Según ese estudio, el segundo ítem lo ocupan los bosques, con el 10,3%, mientras que la agricultura apenas se implementa en el 7,3% del suelo útil del territorio continental colombiano. El 2,1% restante está destinado a otros usos.

Reducción de la agricultura

El informe muestra también que, en los 22 departamentos analizados, el suelo ocupado en diferentes actividades alcanzó las 37’815.536 hectáreas el año pasado, presentando un incremento cercano de 161 mil con respecto al año 2012.

En lo que respecta a la agricultura, hubo una reducción del 7% de las hectáreas productivas, pues de las 2’963.731 que fueron utilizadas para ese fin en el 2012, se pasó a 2’755.271 durante el año pasado.

Según un estudio de investigadores de la Universidad Nacional de Colombia, esas cifras tienen “implicaciones serias” y “preocupantes”.

Para los académicos, 30’362.000 hectáreas del país están destinadas a la ganadería, en regiones que en ocasiones no son aptas para soportar esa actividad.

El caso más llamativo es el de Antioquia, que concentra el 11% de las cabezas de ganado del país.

“Esta situación es grave, pues el departamento está en la zona Andina, un territorio que no tiene vocación ganadera”, dijo el profesor Luis Alfonso Giraldo.

Para el académico, esta situación “conlleva problemas de contaminación y erosión que afectan la disponibilidad y calidad del agua”.

Alternativas

Además, el hecho de destinar más suelo a la ganadería genera no solo riesgos para el medio ambiente sino también para la alimentación del pueblo colombiano.

Una manera de contrarrestar ese conflicto del uso del suelo es promover formas de producción ganadera más sostenibles, como el silvopastoreo. Este sistema combina el pastoreo con la reforestación.

Sin embargo, aunque este sistema ha mostrado resultados positivos, “son paños de agua tibia, pues se necesita extender su uso”, explican los investigadores de la Universidad Nacional.

“Esto debería ir acompañado de una política local y nacional mucho más agresiva y con recursos para implementarla”, agregaron.