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“Indígenas wiwas fueron picados y desmembrados”: ‘Paras’
El Pilón / Martes 8 de julio de 2014
 
Aspecto de la audiencia de reparación de víctimas de la masacre en el sur de La Guajira. Foto cortesía.

De manera descarnada, miembros de las AUC del Bloque Resistencia Tayrona, autores de la masacre en la vereda El Limón, corregimiento de Caracolí Sabanas de Manuela, en San Juan del Cesar, sur de La Guajira, confesaron cómo mataron a cada uno de los integrantes de esa etnia, cuyo relato se convirtió en un verdadero martirio y en una película de terror.

Lo anterior tuvo como escenario la audiencia de reparación de las víctimas en el Palacio de Justicia de Riohacha (La Guajira), en el que relataron los testimonios de los paramilitares que participaron en la masacre de 12 nativos, entre ellos tres menores de edad, donde se conoció la barbarie con la que el grupo delinquía sin importarle la vida de sus víctimas. Esta masacre se registró entre el 31 de agosto y el 4 de septiembre del año 2002.

Daniel Giraldo Contreras, alias ‘Grillo’, en su crudo relato, describió la forma cruel como operaban sus hombres. “Los que entraron a El Limón, están al mando de ‘09’ y ‘Uruguay’. Este último mató a una señora de bastante edad y a otro señor, y ‘09’ dio la orden de desmembrarlos. No sé los motivos. Yo presté el apoyo militar. Fueron hombres al mando de nosotros”. Dijo.

“Así no se mata a la gente”: Fiscalía

Entre tanto, la Fiscalía Novena Transicional narró paso a paso cómo fue la masacre de las AUC: “Entre ellos se decían: así no se mata a la gente. Y quién se movía, había que darle muerte. El día del combate se enteraron de que era un resguardo. Les dijeron que los iban a matar, porque eran colaboradores de la guerrilla”, contó la fiscal.

Asimismo, habló de la horrenda forma cómo fueron masacrados los wiwas de acuerdo a la versión de uno de los paramilitares. “Yo sé que fueron asesinados a machete. Fueron desmembrados, fueron picados. Uno de los paramilitares siempre se ofrecía para matar de esa manera bárbara. ‘Ahí le mando un encargo’, decían, y uno ya sabía lo que tenía que hacer”, dijo.

Incluso asegura la fiscal que uno de los paramilitares se volvió loco tras la masacre. “Como él nunca había hecho eso, se volvió loco. Lo mandaron a matar a los niños y al ver la sangre, se quitó la ropa, tiró el fusil y salió corriendo. Luego lo mandaron a desaparecer. La guerrilla le decía que así se mataba a la gente y lo encontraron desmembrado”, indicó la Fiscalía.

“No perdonamos, pero sí olvidamos”

Tras escuchar los aterradores testimonios, los familiares de los indígenas wiwas asesinados indicaron que no iban a perdonar a sus victimarios.

“Nosotros no tenemos que decir nada. No me tienen que pedir perdón a mí, sino a la familia Loperena. Nosotros no perdonamos, sino que olvidamos. No hay razón para matar a unos ancianos de 78 años y a unos niños. ¿Ellos acaso no tenían padres o hijo? Yo no soy nadie para juzgarlos, los que hayan actuado de mala fe, que recen, para que así puedan entrar al paraíso. Jamás había escuchado esto. No se justifica ese pensamiento maquiavélico, alguien es responsable que eso no pasara. Acaso nosotros éramos responsables de esa guerra”, dijo Pedro Loperena Loperena, líder wiwa, quien fue interrumpido por sus familiares que no querían escuchar más sobre la masacre de El Limón.