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La tal tercera vía no existe
Semanario Voz / Lunes 14 de julio de 2014
 

Los participantes en la reunión de Cartagena de Indias, el pasado 1 de julio, el presidente colombiano Juan Manuel Santos Calderón y los cinco ex jefes de gobierno de América y Europa Bill Clinton (Estados Unidos), Fernando Cardoso (Brasil), Ricardo Lagos (Chile), Felipe González (España) y el ex primer ministro del Reino Unido Tony Blair, calificada como de relanzamiento de la Tercera Vía, quedaron en deuda con el mundo sobre la explicación de qué significa ella y qué beneficios representa para la humanidad en el momento actual de profunda crisis política, económica y social del capitalismo y de su modelo salvaje neoliberal.

Realmente no hubo explicación de fondo. En el panel, coordinado por Luis Alberto Moreno, flamante presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), responsable de tantos desastres sociales en el continente, no hubo respuestas concretas, solo generalidades y aparentes buenos propósitos, que no apuntan a soluciones y alternativas a la tragedia humanitaria del siglo XXI por exclusiva responsabilidad del capital y del modelo de apertura de libre mercado neoliberal.

Ninguna condena a los tratados de libre comercio, menos aun al abuso desmedido de las transnacionales, tampoco al desastre ambiental que produce la voracidad del capital y ni pío a la hambruna de tantos países del llamado Tercer Mundo, que son los humillados y ofendidos de la explotación capitalista e imperial.

Lo único rescatable fue la “Declaración de Cartagena” de los cinco ex mandatarios en que se pronuncian a favor de la paz y felicitan “en particular a la delegación del gobierno y a la delegación de las FARC por los importantes acuerdos que han logrado en La Habana y la seriedad con la que han adelantado las conversaciones. Las alentamos a llegar lo más pronto posible a un acuerdo final”. Ver texto completo anexo al final de este artículo.

La misma cantaleta

Algunos analistas políticos comentaron que la cumbre, organizada a toda marcha por el presidente Santos en Cartagena de Indias, buscó tranquilizar a la derecha colombiana, presionada y consternada por la influencia de la extrema derecha uribista, que acusa al mandatario colombiano de hacer pactos y alianzas con el “castrochavismo”.

Pero la selección de sus contertulios, entre ellos Bill Clinton, ex presidente de Estados Unidos; y Tony Blair, ex primer ministro del Reino Unido, responsables de agresiones a otros países y de guerras de rapiña, entre ellas la invasión a Irak, no fue la más afortunada. Clinton, también fue el promotor del Plan Colombia, cuando apenas comenzaba el proceso de diálogos del Caguán con las FARC-EP, esperpento contrainsurgente que minó la credibilidad de la guerrilla con el proceso de paz y se constituyó en factor intervencionista.

En cuanto a los ex mandatarios latinoamericanos, Henrique Cardoso (Brasil) y Ricardo Lagos, fortalecieron las políticas aperturistas y neoliberales, que refuerzan el capital y la opresión a los trabajadores. De Felipe González ni qué hablar. Un converso que renunció al marxismo y orientó al PSOE por los caminos de la regresión del llamado Estado de bienestar y de la corrupción que le abrió la puerta de La Moncloa a la derecha recalcitrante para apoderarse del poder en España.

Izquierda-derecha

Juan Manuel Santos y Ricardo Lagos quisieron explicar a su manera, en declaraciones de prensa, la “Tercera Vía”. Santos repitió el mismo argumento de hace 20 años: “El mercado hasta donde sea posible y el Estado hasta donde sea necesario es un precepto que se mantiene”, aunque en realidad, incluyendo a su gobierno, la clase dominante ha convertido al Estado en regulador de los intereses del capital. Solo interviene cuando las ganancias de este están en peligro por crisis coyunturales o sistémicas, como es el caso de Europa.

Para el promotor de la “Tercera Vía”, los conceptos de izquierda y derecha son obsoletos, han sido remplazados por la relación entre Estado y mercado, una manera “pragmática” de disfrazar la política neoliberal que tantos beneficios les ha dado al capital financiero y a las transnacionales. Sin embargo, la realidad está demostrando la plena vigencia contradictoria de la diada izquierda-derecha, siempre en pugna, porque son dos cosmovisiones antagónicas del poder y de los intereses en juego. Norberto Bobbio, filósofo italiano ya fallecido, racionalista y contradictor del marxismo, dijo después del derrumbe soviético cuando el capitalismo cantaba victoria, que los conceptos de izquierda y derecha siguen vigentes en el lenguaje político.

Ricardo Lagos también explicó la “Tercera Vía” con abierta crítica al “prisma de las ideologías”, aunque reconoce que en América Latina no “hemos aprendido a mejorar la distribución del ingreso”. Sin embargo, menosprecia la ideología, quizás como reconocimiento al vacío de ideas del proyecto que defiende sin muchos argumentos.

Como lo reconoció el editorial del diario El Espectador solo fueron mensajes de buena voluntad, vacíos de ideología, apenas una política de manifestaciones eclécticas. Poco definidas, se puede agregar, y sin compromiso social y menos aun orientada a deslindar el campo de los factores del poder económico y por ende político, cuando el modelo, que Santos no acepta discutir en La Habana ni con nadie, está haciendo agua porque se convirtió en instrumento de mayor explotación y de anulación de conquistas de los trabajadores y del pueblo. No hay ruptura de la “Tercera Vía” con el neoliberalismo. Es la realidad.

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Anexo: Declaración de Cartagena

1. Los ex presidentes y los primeros ministros: Fernando Henrique Cardoso de Brasil; Ricardo Lagos de Chile; Felipe González de España; Bill Clinton de los Estados Unidos y Tony Blair del Reino Unido, felicitamos al presidente Juan Manuel Santos por su triunfo en las pasadas elecciones, y en especial por el mandato que recibió de diferentes sectores de la sociedad para llevar a buen término el proceso de paz. Nada podría ser más importante para Colombia que el logro de la paz.

2. Felicitamos en particular a la delegación del gobierno y a la delegación de las FARC por los importantes acuerdos que han logrado en La Habana y la seriedad con la que han adelantado las conversaciones. Las alentamos a llegar lo más pronto posible a un acuerdo final.

3. Un acuerdo final pondría fin a un conflicto de medio siglo; el último conflicto armado del hemisferio y uno de los más antiguos del mundo. Pero más importante aún, abriría las puertas para la implementación de las importantes reformas que se han acordado en La Habana y para poner a Colombia con más fuerza y más velocidad en el camino de la modernización con justicia social. Sin conflicto las oportunidades para la prosperidad y el progreso social de los colombianos, no tiene límite.

4. La paz de Colombia es también la paz del continente americano y representa una oportunidad para todos los pueblos. Invitamos a todos los países a continuar apoyándoles decididamente a este proceso que resultará en última en una mayor integración del continente americano y será una contribución muy significativa a la paz y a la seguridad internacional.

5. Por último, reconocemos los enormes esfuerzos que está haciendo Colombia por lograr una paz con justicia. Las víctimas en este largo conflicto deben tener la seguridad de que con la paz lograrán una mayor satisfacción de sus derechos; a la vez, las víctimas no deben ser utilizadas para impedir que Colombia encuentre el camino de la paz y de la reconciliación.

Cartagena de Indias, Colombia, 1 de julio de 2014.