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Picada de ‘abeja’ en San Andrés a recursos del Estado en apicultura
Piden investigación sobre 200 millones de pesos para proyecto con mínima rentabilidad.
The Archipielago Press / Miércoles 23 de julio de 2014
 

La apicultura es una oportunidad para la producción alternativa en el departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, según consideración de las personas que adelantaron un proyecto inicial por 200 millones de pesos que tuvo escasos resultados productivos y que ahora presentaron a Colciencias otro proyecto por 500 millones para adelantar investigaciones sobre la base de una experiencia que no fue satisfactoria. Sin embargo expertos aseguran que la apicultura en cualquier momento puede desaparecer de esta región.

La inversión inicial de algo más de 200 millones de pesos y 14 millones de pesos que se le pagaron a un asesor, al cabo de poco tiempo, presenta un panorama desolador de apenas 10 colmenas de una cámara de cría, es decir de un piso, un contenedor oficina, cajas arrumadas y muy poca producción de miel y propóleos.

El proyecto se logró en el marco del aprovechamiento de ‘Alianzas Productivas’, un espacio creado por el Ministerio de Agricultura para el acceso que tienen los pequeños productores rurales a los factores de producción de la tierra, trabajo y potencia su utilización, complementando la capacidad de inversión mediante el apoyo directo de iniciativas productivas rentables con un recurso denominado ‘Incentivo Modular’.

Por esta vía se hizo una convocatoria para el fortalecimiento de la apicultura para la obtención de miel y propóleos en San Andrés, con un valor de proyecto de 210 millones de pesos de los cuales le correspondieron a la administración departamental 66 millones de pesos. La beneficiaria fue la Asociación de Apicultores Seaflower Beefactory – Beeflowers con una población a beneficiar de 15 personas.

Esta versión de Alianza Productiva es una estrategia económica que para este proyecto tuvo una modalidad de alianza silenciosa, sin control ni auditorías, que apunta hacia un eventual despilfarro si se observa lo hasta ahora conseguido.

En el documento de caracterización y formulación de estrategias para el desarrollo sostenible de la agricultura en San Andrés presentado a Colciencias, aparece como coinvestigador Boris Daniel Velázquez Gutiérrez, quien fue contratado por la Asociación de Apicultores Sea Flowers Bee Keeper por 14 millones de pesos para realizar una asesoría.

Se le entregaron 22 colmenas con documento de la Secretaría de Agricultura y en la actualidad solo quedan 10 colmenas de una cámara de cría, en medio de cajas arrumadas alrededor de un contenedor-oficina. Este es un resultado que, según la evidencia fotográfica actualizada, es de una asesoría y un proyecto que hasta el momento está fracasado.

Colciencias estudia nuevo proyecto

El nuevo proyecto comprometería recursos por más de 500 millones de pesos. Revisando la página de información general sobre este tema, figura Jorge Euclides Tello Durán como primer contacto, con quien fue imposible la comunicación.

Otra fuente es Giovanni Andrés Vargas Bautista, quien aparece como investigador en el documento que se estudia en la actualidad en Colciencias para adelantar un proyecto nuevo sobre un esquema ya utilizado y evidentemente sin resultado positivo porque, como ya se anotó, la Asociación cuenta con diez colmenas con solo una cámara de cría y en donde se han invertido más de 200 millones de pesos en asocio con el Departamento para la Prosperidad Social (DPS), Naciones Unidas, Secretaría de Agricultura y Ministerio de Agricultura. Vargas dijo que, aunque está en el proyecto, no conoce las características de las islas y cuando pueda viajar podría dar un concepto más claro.

Si hay luz verde para este millonario proyecto, se demuestra que se avaló a personas que no conocen las islas y por esa razón no se podrían esperar los mejores resultados.

De otra parte, actualmente está en ejecución un contrato por 48’455.000 pesos, denominado: ‘Asistencia Técnica Apícola’, que fue contratado por la Gobernación a través de la Secretaría de Agricultura en el que se incluye un estudio de mercados.

Las colmenas existentes, solo diez, se convierten en prueba de un proyecto fracasado, que no producen al año más de 30 kilos de miel. El kilo equivale a una botella de 750 centímetros cúbicos. Es decir 300 botellas por año con un valor comercial de 20 mil pesos por botella, lo cual equivale a seis millones anuales.

Quedarían 500 mil pesos por mes, que debería repartirse entre 20 socios, lo cual deja 25 mil para cada uno, sin contar con costos fijos y variables.

Es claro que hay un grupo de jóvenes con muchas expectativas pero las cuentas no salen, debido a lo ya explicado de 20 socios para apenas diez colmenas, con muy baja producción y que podrían adelantar carreras profesionales con los dineros que se van a invertir.

Plaga de ácaros

Los asesores de proyecto no han informado sobre la salud de las abejas, afectadas por un ácaro invasor llamado Varroa que las extermina, ni tampoco se informó por qué la apicultura en Providencia despareció.

En San Andrés la existencia de apicultura es mínima pero a pesar de esto la Universidad Nacional apoya y Colciencias también ha avalado a una asociación de apicultores con apenas mínimo número de colmenas, sin tasa interna de retorno favorable y apostándole a una esperanza incierta, sin justificación científica que confirme que el proyecto dará los resultados económicos para los jóvenes de las islas que se comprometen a una labor que, por lo que se ha visto, es muy azarosa.

En la actualidad se espera el resultado que se le da en Colciencias al estudio del nuevo proyecto con el fin de otorgar un contrato de 500 millones de pesos para la caracterización y formulación de estrategias para la apicultura, pero expertos apícolas de Bogotá y Barranquilla, manifiestan que con base en el proyecto anterior que no arrancó, sería muy difícil lograr productividad como para recuperar la inversión y que lo más probable es un nuevo fracaso.

Sin embargo indican que con 200 millones de pesos se podrían instalar 150 colmenas, pero no hay de dónde traer un población de abejas tan grande y más con el grave problema de Varroa.

Corpoica habla en un artículo de investigación sobre el “diseño de una minicadena productiva para apicultura orgánica en San Andrés Islas a través de un itinerario de ruta como herramienta de gestión e integración”. Esto desconoce el reciente fracaso y por eso pasa por encima de la racionalidad económica y la baja sostenibilidad de este proyecto según la experiencia anterior, de la cual solo queda una cámara de cría y no está en producción.

Naciones Unidas (Unodc), de ser aprobado este proyecto, también estaría repitiendo una fracasada experiencia pues no hay antecedente de rentabilidad en San Andrés con los productos varios como miel, polen, propóleo y reinas, en cantidades como para alcanzar puntos de equilibrio y por consiguiente rentabilidad.

Byron Daniel Velázquez fue contratado para realizar cinco visitas de asistencia técnica, por los que recibió 14 millones de pesos. Vino y trabajó, sin el permiso especial de la Occre, se le entregaron 22 colmenas y hoy quedan diez en situación muy precaria. Las consultorías en apicultura deben conocer las proyecciones económicas necesarias para establecer al menos un salario mínimo, o más, por asociado y el número de colmenas.

La isla no produce más de un kilo de propóleos al año por colmena, con trampas estandarizadas. Un kilo de propóleo en el mercado vale 70 mil pesos, lo que supone una indeterminada cantidad de trampas para conseguir sostenibilidad y punto de equilibrio y es prácticamente imposible.

En la Secretaría de Agricultura de San Andrés no aportaron mucho al respecto de este tema, mientras que el Comité Directivo de Actividades para esta Alianza Productiva, conformado por cinco personas, una de la Secretaría de Agricultura, dos de las asociaciones, uno del sector comercial y uno de las asociaciones, está a la espera de lo que ocurra con el proyecto que está en estudio en el Ministerio.

César Palacio, experto

César Palacio, economista, experto en cría de abejas reinas, es la persona que por más tiempo ha manejado el tema apícola en el archipiélago y sobre la capacidad de San Andrés para instalar colmenas dijo que “la isla puede tener una capacidad potencial de unas 200 colmenas, porque es necesario tener en cuenta que tenemos varroa y sus efectos son devastadores, porque afecta el sistema inmunológico de las abejas. Además es necesario referenciar que desde octubre hasta principios de enero se presenta un fenómeno donde las colonias se reducen por frío y falta de alimento. Es necesario incluir que los enjambres son unidades silvestres que se convierten en consumidoras mas no en productoras.

¿Qué experiencia tiene sobre las condiciones en las que trabajan las asociaciones?

“Mi experiencia en este campo es que se cumplió con la entrega de los productos contratados a satisfacción, lo cual es requerimiento para los respectivos pagos que fueron realizados en las fechas establecidas.Usted mismo puede constatarlo en las oficinas correspondientes”.

¿Hasta qué punto se puede manejar un proyecto de esta categoría pero sostenible financieramente con miel y propóleos?

“Solo le puedo decir que hay una cifra básica para hacer una simple proyección. Partamos de que se tiene como objetivo mejorar ingresos, entonces ubiquémonos en que debemos producir más de un salario mínimo, esto se traduce en que una colmena puede producir 30 kilos de miel por año, con un precio de 10 mil pesos precio al por mayor, agreguemos un kilo de propóleos por colmena año a un precio de 80 mil pesos kilo y sumemos los altibajos causados por colmenas perdidas en el año debido a la varroa. En Estados Unidos se puede perder fácilmente el 40 % por año de las colonias incluyendo los nicotinoides, -una de las más nuevas clases de insecticidas con un nuevo modo de acción”.

“Sumemos de la manera más sencilla para saber cuántas colmenas se requiere instalar para que al final haya que repartir pérdidas. Usted puede seguir buscando información y referencias pero de lo que sí estoy seguro en las actuales condiciones para la isla de San Andrés, la apicultura como inversión no es rentable, no es sostenible financieramente y para concluir sus preguntas, afirmó que la apicultura en el departamento en cualquier momento desaparece”.