Asociación de Hermandades Agroecológicas y Mineras de Guamocó
:: Magdalena Medio, Colombia ::
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Arraigados en Guamocó
Aheramigua / Viernes 15 de agosto de 2014
 

Colombia en estos momentos está pasando por una grave situación producto del gran deterioro de su riqueza natural, debido a la extracción indiscriminada reflejada en los picos climáticos. A pesar de esto, los campesinos lo ven como un obstáculo más que atravesar, porque simplemente se suma al abandono estatal y la violencia que se reúsa a abandonarlos. Ellos miran la vida con gran optimismo y se niegan a dejar sus tierras a pesar de ser considerados por algunos como mineros ilegales, colaboradores de grupos al margen de la ley, guerrilleros por otros o tan solo como un estorbo que erradicar para aplicar las políticas extraccioncitas. Sin lugar a dudas, los pobladores de Guamocó no se quedan atrás para demostrar su pujanza. En este remoto pedazo de tierra se vive con humildad y compromiso.

La vida en la región de Guamocó no es fácil, transcurre como en la gran mayoría de las zonas rurales de Colombia, entre gente buena y carencias económicas. Aun así se, se caracterizan por la convicción del trabajo duro. Cabe resaltar que ni un diez por ciento de la población tiene escrituras de las tierras, pero viven por ellas y sienten que su lugar de existencia y convivencia es allí. Parte de las comunidades saben que nunca van a ser dueñas legalmente de al menos una hectárea de tierra, gracias a los intereses económicos extractivos que tiene el gobierno nacional con sus locomotoras y las grandes multinacionales que depredan el territorio. A pesar de todo, las gentes de Guamocó sobreviven el conflicto social y armado en sus pequeñas parcelas que poseen desde tiempos remotos. Llegaron allí por desplazamiento forzado o en búsqueda de una oportunidad y así colonizaron las tierras que tiempos atrás fueron del cacique Guamocó y ahora son de ellos.

En un buen porcentaje de la región, los días pasan entre retroexcavadoras, bareque y trocha, entre pobreza y analfabetismo, entre violencia y muerte. Por ello la zozobra y el desazón muchas veces hacen escoyos en el temple. Pero como los mejores guerreros indígenas que poblaron estas tierras, ven siempre lo bueno en la adversidad de la situación y, pese a que el gobierno nacional nunca cumplió lo pactado después de distintas huelgas y paros de los últimos años, observan con optimismo e incertidumbre el actual proceso con la guerrilla de las Farc-EP, tanto por la tan anhelada paz que será el camino a transitar como los cambios en la inversión estatal que llegarían con respecto al campo y su injerencia en las distintas dinámicas económicas. Sin embargo no olvidan que la movilización social y la organización a través de los movimientos sociales serán los que gestionarán una real construcción de una nueva nación con paz y justicia social.

En las vidas de los campesinos – mineros de Guamocó también existe la chispa de oro, que se va a luchar y determinar para dejar de ser supuestamente ilegales, para ejercer una minería amigable, para dar la importancia y la solidez que el campo reclama, que sus trabajadores exigen y que sin lugar a dudas se merecen hace mucho tiempo.