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“Prejuzgar la Comisión es un acto de guerra”
Inicia su trabajo la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas. Su trabajo será cimiento sólido para el proceso de paz
Hernán Camacho / Miércoles 27 de agosto de 2014
 

El pasado 21 de agosto, en la mesa de conversaciones de La Habana, y con presencia de delegados de las FARC-EP y el gobierno nacional, se sentaron destacados académicos del país para asumir uno de los retos más relevantes de la historia contemporánea: redactar un compilado histórico que tiene por objeto definir los orígenes del conflicto social, político, económico y armado, sus causas y las responsabilidades que ello acarrea.

La Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas reúne a 12 expertos y dos relatores escogidos por las mesa de conversaciones, encargados de generar reflexiones e insumos a los negociadores en dirección a atacar las causas del conflicto para alcanzar el logro de la paz en el país. Los nombres de los académicos son: Javier Giraldo, Daniel Pécaut, Renán Vega Cantor, Francisco Gutiérrez Sanín, Darío Fajardo Montaña, Jairo Estrada Álvarez, Vicente Torrijos, María Emilia Wills, Sergio de Zubiría, Jorge Alberto Giraldo, Gustavo Roberto Duncan y Alfredo Molano. Como relatores ejercerán Víctor Manuel Moncayo y Eduardo Pizarro Leongómez.

VOZ habló con uno de ellos, el profesor Sergio De Zubiría Samper, quien planteó la importancia de iniciar un camino a la reconciliación a partir de las verdades y los hilos de la historia. Para él las declaraciones de los enemigos del proceso de paz contra esa Comisión son actos de guerra.

–Profesor De Zubiría, instalada la Comisión, ¿cuál será la ruta a seguir para los siguientes cuatro meses?

–Vamos a tener una reunión de los 14 comisionados, incluyendo los relatores, para especificar la metodología del trabajo, definir la autonomía intelectual y cuáles serán los tiempos de cronograma para ese proceso de elaboración de los informes.

–La Comisión es calificada como vital para darle al proceso de paz fuertes cimientos. ¿Como comisionado, cómo califica los objetivos de su labor?

–Son muchas las razones que le dan importancia a la Comisión pero le voy a destacar apenas una y es la de recoger y estudiar aquellas versiones periodísticas y mediáticas; se ha intentado simplificar la historia reduciéndola a pequeños lemas, a pequeños eslóganes, y darles fondo. Otra es que esta Comisión tiene el acuerdo de mostrar la complejidad, la multicausalidad y la diversidad de responsabilidades, pero mejor que sea la academia la que contribuya a ello; porque también se trata de recoger ese trabajo académico de larga trayectoria que han venido haciendo en el tema del conflicto los escogidos en la Comisión.

–De la fecha de origen se ha hablado mucho. ¿Cuál será el punto de partida de la investigación?

–Muy importante es señalar la autonomía y en el mandato otorgado tanto del gobierno nacional como de la insurgencia en el sentido que es un trabajo acordado por ellos. Es importante conocer el mandato emitido desde La Habana que entrega muchos elementos de guía para la Comisión. No obstante, en los informes seguramente van a existir varias fechas de arranque y es probable que existan datos que logren ubicarse desde antes del año 1940, otros podrán ser en la década de los 60. Es decir, el estudio académico es tan disímil que hasta los puntos de origen son diversos, pero darle al origen argumentos históricos y filosóficos.

–¿Qué tipo de fuentes serán consultadas?

–Vamos a utilizar todo tipo de fuentes, incluso archivos que no estén clasificados como los de seguridad nacional. La Comisión y los comisionados tendrán la facultad de elegir sus fuentes. Eso lo determina la autonomía de cada comisionado. Lo importante es que no quede una sola historia oficial sino que haya un coro polifónico de las historias de las víctimas inocentes y sobre todo de los que nunca han tenido voz para narrar sus historias.

–Hablando de la diversidad de hilos conductores de la historia, ¿se plasmarán muchas visiones del conflicto?

–Es muy posible que los acentos y los matices de los comisionados puedan destacar temas como el paramilitarismo, la historia de los partidos de oposición, pero también el tema de las mujeres en el conflicto, víctimas invisibles, y en ese sentido lo importante es la pluralidad de enfoques, la pluralidad de víctimas y de actores que van a emerger en el informe avocándolo a ser una expresión de un proceso de reconciliación y paz. No es un informe de la versión oficial, pero sí un informe que nace de un acuerdo para el proceso de reconciliación, que será posible en la medida que se visibilice la historia, que se llegue a acuerdos en la pluralidad de las interpretaciones, de lo contrario, veo difícil la reconciliación en nuestra Colombia.

–Hablamos de acentos. Algunas opiniones políticas proponen una subcomisión para tratar el tema paramilitar por considerarlo una expresión violenta del Estado. ¿Se podrá en ese sentido hacer una subcomisión que trabaje en esa idea?

–Con una mentalidad abierta de la mesa y la autonomía de la misma podría estudiarse la creación de esa mesa especial para el tema. Pero mi opinión es que no es conveniente estratificar víctimas ni tampoco adjudicar autores especializados porque el proceso de reconciliación se debe también enmarcar en que el dolor es colectivo, entonces no es sano generar actores de primera, víctimas de primera.

Me parece que puede llevar a una idea estratificadora del análisis global del conflicto porque así como es complejo y multicausa, debemos tener en la cabeza la idea de la totalidad y esa idea nos hace entender que hay responsabilidades de todo lado: el paramilitarismo, el Estado, acciones de la insurgencia. Esa visión de totalidad, desde mi perspectiva, es más sana para un proceso de paz.

–Profesor De Zubiría, lo llevo al campo de la política y le pregunto: ustedes desde La Habana conocieron la carta del procurador general de la nación, señalando que la conformación de esa Comisión era de “supuestos expertos”, y agregó “cuya forma de designación cuestiona seriamente su imparcialidad e independencia”. ¿Qué decirle a ese sector de la extrema derecha, enemiga sistemática de la paz?

–Cuando una cultura empieza a vivir en democracia y se van introyectando los derechos humanos en los principios rectores de la sociedad, no prejuzga, no se señala. Antes de que la Comisión se reúna y muestre su trabajo al mundo y en especial a cada colombiano, prejuzgarla es una actitud maniquea ante el mundo y eso es un acto de guerra negativo para un proceso de reconciliación. Lo que todos los seres humanos hemos aprendido cuando nos formamos en democracia es respetar al otro siempre como un inocente y como un diferente, no macartizar, señalar ni estigmatizar.