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Encuentro sobre actualidad carcelaria
Agencia Prensa Rural / Jueves 25 de septiembre de 2008
 

Dentro de los conversatorios convocados por la organización Cruz Negra Anarquista de Bogotá, y con el objetivo de mostrar la realidad que se vive en las cárceles colombianas, culminó el 24 de septiembre la última de cuatro reuniones donde los temas que se abordaron fueron la privatización, la extradición de colombianos, y la situación en la cárcel de Palo Gordo.

Los expositores describieron ante el auditorio las condiciones en las que viven los presos políticos de la cárcel de Palo Gordo, penitenciaría que se encuentra ubicada en el municipio de Girón (Santander), a 14 Km de la zona urbana más cercana. Esta cárcel de mediana y alta seguridad se construyó siguiendo el modelo de las cárceles estadounidenses, con el fin trasladar allí presos políticos de cualquier lugar del país, y con esto entorpecer el trabajo organizativo, lograr el absoluto aislamiento tanto social como político, y poder vulnerar todos sus derechos como seres humanos.

Desde la apertura de este establecimiento, los internos han tenido que afrontar difíciles condiciones, ya que los primeros que llegaron allí fueron llevados de manera infrahumana: no podían ingresar con nada, el agua no era apta para consumo humano, la infraestructura no estaba terminada y los servicios sanitarios no estaban acondicionados para tantos internos. Y aunque habían afirmado que sólo llevarían internos de las cárceles de Bucaramanga y Cúcuta, los traslados masivos de todo el país no se hicieron esperar. Del mismo modo, aunque sólo sería para prisioneros condenados, esto no se ha cumplido, pues también son reubicados prisioneros sindicados, como lo hicieron con los líderes de la Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra y otros 50 que fueron trasladados de la cárcel de Bucaramanga a la de Palo Gordo estando sindicados.

Después de varios años, y a través de varias huelgas de hambre, se han logrado avances en los procesos de organización, de los cuales se ven mejoras en las condiciones de reclusión. Un ejemplo de esto es el patio tres, en el cual ya existe colectivo de presos políticos, mesas de derechos humanos, y el 60% está estudiando. Gracias a estos adelantos se han podido obtener medidas cautelares para varios detenidos. El proyecto para el futuro es hacer un movimiento regional carcelario.

El obstáculo que enfrentan ahora es la privatización del Instituto Penitenciario y Carcelario, y por consiguiente el control de las cárceles pasará a manos de un concesionario de seguridad, y de esa manera quitarse la responsabilidad política. Esto es preocuopante ya que se conoce de la vinculación de estas empresas de seguridad privada al paramilitarismo y a la violación de derechos humanos. Lo anunciado por el gobierno es hacer 11 cárceles más en todo el país. ¿Con quienes pretende llenarlas?

La prision no es la solución, sino parte del problema