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Comunidades del Chocó agredidas por el ejército
Ante el desarrollo de fuertes operaciones militares en el Chocó, el Ejército Nacional comete graves hechos de violación a los derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario
 

La región del Chocó una zona inhóspita, sumida en la más absoluta pobreza y miseria extrema producto del abandono por parte del Estado colombiano, donde habitan en tierras ancestrales comunidades indígenas y negras, las cuales hoy se encuentran en el foco de atención nacional e internacional por los hechos ocurridos el pasado 16 de septiembre y que originaron la retención por parte de las FARC- EP del general Rubén Darío Álzate y dos personas que lo acompañaban.

Estas comunidades sumadas a una histórica violencia, por el recurrente conflicto social, político y armado, bajo la confluencia de diversos actores armados legales y legales, hoy nuevamente son sometidas a las estigmatización y persecución por parte de las tropas del Ejército Nacional y demás Fuerzas Especiales en el desarrollo de las operaciones militares direccionadas a dar con el paradero y el rescate del General Álzate.

Pese a los acontecimientos y la gravedad de estos frente al escenario de paz, se hace necesario establecer el por qué el general no solo puso en riesgo su vida y las de sus acompañantes al infringir los protocolos de seguridad, sino que también ha puesto en riesgo la vida, la seguridad y la tranquilidad de los habitantes del caserío de las Mercedes ubicado al margen izquierdo del río Atrato y de todos los habitantes en general.

Desde el pasado 16 de septiembre, las comunidades indígenas y negras han estado sometidas a los atropellos y los señalamientos por parte de las fuerza pública en especial el Ejército y la Policía, quienes de manera irresponsable han estigmatizado a los pobladores organizados en los consejos comunitarios que están presentes en las inmediaciones del río Beberá, municipio de Medio Atrato, particularmente el corregimiento de Villa Peña y Pueblo viejo, regiones que se encuentran altamente militarizadas y bajo fuertes operativos.

El día 18 de noviembre, en la comunidad la Villa, comandos especiales del Ejército Nacional desde helicópteros artillados procedieron a realizar disparos con ráfagas en medio de las comunidades. Luego a escasos quinientos metros, otro helicóptero lanza 8 bombas sin importar que los niños se encontraran en la escuela. Éstos tuvieron que salir corriendo dejando como consecuencia algunos con ataques de nervios, otros se desmayaron, algunos de ellos con traumas psicológicos. El mismo 18 luego de sonar los impactos de las bombas muchos de los habitantes de la Villa tuvieron que huir del lugar pues allí el Ejército llegó pateando las puertas de las casas, intimidando a la población y exigiendo al representante legal del consejo comunitario que les diera un listado de los nombres de los habitantes con sus números de cédula.

Estas comunidades humildes que viven de la práctica de la minería artesanal, del barequeo y del cultivo de pancoger, se encuentran sometidos en una crisis humanitaria, pues desde el 16 de septiembre no pueden salir de sus casas a trabajar, se ha restringido la locomoción en todos los caseríos, existe el bloqueo económico y sanitario, en medio de los fuertes señalamientos y estigmatización a la que ha sido aún más sometida la población.

Por lo anterior, llamamos la atención del Estado colombiano en cabeza del presidente Juan Manuel Santos, para que se respete la vida, la integridad y el buen nombre de los pobladores de estos corregimientos chocoanos. Es urgente que se garantice el respeto por los derechos humanos y que se excluya a la población civil del conflicto armado.

Hacemos un llamado urgente a los actores armados para que ante el padecimiento de las comunidades cese la confortación armada y se pacte un cese bilateral al fuego.