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Marcha de mujeres afro del Norte del Cauca llegó a Bogotá
Caminaron más de 600 Km para protestar sobre el impacto de la minería
Bram Ebus / Viernes 28 de noviembre de 2014
 
Fotografía: Bram Ebus

El grupo de mujeres del municipio de Suárez exige a la Corte Constitucional una suspensión de la explotación minera, pues está contaminando el medio ambiente de las comunidades afectadas. Ellas están hartas del impacto de la minería de oro ilegal y la amenaza de la minería a gran escala en su región al norte de Cauca.

Charo Mina Rojas, del Proceso Comunidades Negras explica que el gobierno está fallando al respeto de la consulta previa obligatoria para las comunidades afros en temas mineros: “El gobierno nacional tiene un irrespeto enorme por la consulta previa. Nosotros hemos venido trabajando muchísimo para que el gobierno colombiano haga consulta previa antes de hacer concesiones mineras. Y precisamente esta marcha responde al incumplimiento a este derecho. Porque si había esta consulta previa, nosotros no tendríamos minería ilegal y no habría concesiones mineras [minería de gran escala] en el norte del Cauca”.

Las mujeres en la marcha sobre todo tratan de hablar sobre la minería ilegal, controlada por grupos armados. Las decenas de retroexcavadoras están causando un impacto ambiental, que hace su manera de subsistencia a través de la pesca y agricultura imposible.

Hay que aclarar que el tema de la minería no es nada nuevo en el municipio de Suárez. La población afro y esclavizada se estableció en el año 1637 en la comunidad, que ahora es La Toma (Cauca), para sacar oro para los españoles. Después de una revolución local en 1851, los afros trabajaron 16 años para comprar las minas de sus dueños, en las cuales estaban trabajando anteriormente como esclavos.

Desde entonces han seguido con la minería, pero a manera artesanal. Eso quiere decir que los habitantes tradicionales nunca han aplicado maneras de explotación contaminante con mercurio u otras herramientas tóxicas, sino con la batea. Según María Gladys Viveros, que participó en toda la marcha, pueden mantener una cierta forma de sostenerse haciendo minería artesanal varios días semanalmente, para suplementar la agricultura, lo que hace a los lugareños agromineros.

Hoy en día, grupos ilegales armados de otras regiones, que han visto el brillo del oro en Suárez, han venido amenazando a la población local, que se defiende públicamente. Así que varios líderes amenazados tuvieron que salir de sus territorios ancestrales. Una de las participantes de la marcha declaró que sólo volverán cuando la Corte Constitucional le exija al gobierno que saquen las retroexcavadoras y les den garantías para volver, porque se encuentran amenazados y al volver los pueden estar matando.

Las mujeres se consideran no solo víctimas de la minería ilegal, sino también víctimas históricas del conflicto armado. Así lo explicó Charo Mina Rojas del Proceso Comunidades Negras: “La relación entre el conflicto armado y la minería es que hay presencia de actores armados en los territorios ancestrales, que nos amenazan por defender los territorios de la minería ilegal. Tenemos amenazas de los Águilas Negras, los Rastrojos, diferentes grupos, que nos acusan de estar contra el desarrollo y contra proyectos del gobierno”. Según ella, la minería ilegal es una consecuencia del conflicto interno, donde los ‘supuestos’ grupos desmovilizados son quienes se siguen financiando a través de la minería ilegal.

Hay que destacar que las mujeres entraban a la ciudad de Bogotá cantando, marchando y bailando para terminar su viaje con el objetivo de ser escuchadas para combatir la amenaza que hace sus comunidades sufrir. La reacción del gobierno colombiano frente a lo que exigen las mujeres afrocolombianas se podría etiquetar como una decisión sobre el destino de las comunidades del norte del Cauca, donde se pueda determinar que la iniciativa por parte de estas mujeres fue hecha por algo más que capturar la atención y las miradas de la gente en las calles de Bogotá.