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Vencer la guerra y los 100 años de soledad, juventud unida para un Macondo en paz
Discurso de apertura del XV Congreso Nacional de la Juventud Comunista
/ Lunes 8 de diciembre de 2014
 

Cien o más años de soledad han pasado por estas tierras indómitas, mágicas y de telúricas convulsiones sociales y políticas. Los siglos de colonialismo, interrumpidos por la fuerza de valerosos hombres y mujeres que nos quisieron adelantar al futuro de libertad e independencia, rápidamente fueron sacudidos por una nueva guerra perpetuada por más de dos siglos. Los nuevos ricos de la expropiada colonia, ahora administran la débil república traicionada por la codicia, la ambición del lucro, la barbarie y el despojo. La guerra para favorecer la riqueza desmedida de unos pocos es la soledad de este Macondo.

La historia del saqueo no ha terminado. Los grandes y voraces capitales transnacionales desangran el suelo, aguas, vegetaciones, fauna, a costa del preciado oro negro y rutilante que se persigue codiciosamente con impactos de colosales dimensiones. La humanidad está en riesgo, su existencia y su medio natural está amenazado por la cruenta, irracional y desmedida explotación del sistema capitalista depredador y asesino. Al paso que avanza nuestra destrucción civilizatoria, el pasado no podrá tener relieve ni magia para contarle a nuestras futuras generaciones.

Doscientos o más años de guerras y batallas sangrientas, nos han servido para refinar la barbarie y el sentido de desastre de nuestra calamitosa historia nacional. La discordia, la traición, la mezquindad, el egoísmo y el individualismo, han cortado como un sable el hilo de humanidad en el que se pueda redimir la obra universal de la libertad. El puñal de la desmemoria y la deshumanización han sido el huerto árido en el que se anido la guerra para perpetuarse. Pese a estos innegables lastres que cargamos como fardos en la oscura noche de nuestra época, no desistimos en la batalla por la dignidad por lograr que una paz justa y duradera llegue y se quede para siempre en la nueva hora de nuestro Macondo. Queremos que nuestro tiempo, sea también el de los cambios y transformaciones que abrieron los pueblos bravos de Nuestra América a una época nueva.

Los jóvenes colombianos no nos podemos resignar a ser una generación sin memoria, sin justicia, sin derechos, sin esperanzas. La democracia, la libertad, la justicia social no puede seguir siendo una quimera, un relato de viejas utopías distantes para sueños irresolutos. Luchamos por realizar ese sueño que desde sus años juveniles Bolívar, Martí, Hugo Chávez, Manuel Marulanda, Jacobo Arenas, Hernando Gonzales, Alfonso Cano, Manuel Cepeda, Yira Castro, y tantos memorables y gigantes de nuestro tiempo labraron con su esfuerzo, abnegación y entrega. Rendimos homenaje a los decorosos cincuenta años de lucha de los aguerridos hombres y mujeres de las FARC-EP y el ELN que desde las montañas de Colombia, resisten y batallan por la paz con justicia social.

Vencer la guerra es ganar nuestra joven generación para la lucha por la paz y edificar un presente un vivo, creador, alegre y rebelde. Vencer la guerra es arrebatar a nuestros jóvenes del círculo vicioso de la mediatización frenética de los grandes emporios virtuales, que idiotizan y desunen el colectivo humano, que rompen sus imaginarios y proyectos culturales creadores que dan sentido ético y político de vivir con dignidad. Vencer la guerra, es ganarle a la muerte y salvar vidas, sobre todo de jóvenes condenados por las balas de los poderosos que impactan contra sus sueños y necesidades, condenándolos al olvido y la desaparición en campos y ciudades. Vencer la guerra es ganar jóvenes para luchar por la cultura y la educación, por trabajo digno, contra el militarismo, contra la estigmatización, por una generación con derechos y sobre todo por el derecho a vivir dignamente.

Queremos vencer el desprecio por la vida, el individualismo, la desunión, el autoritarismo, el machismo, la homofobia, el racismo y todas las vejaciones de esta inviable, obsoleta y destructiva sociedad capitalista. Vencer la guerra para construir un Macondo en Paz, es la obra que más allá de la ficción que nuestro Nobel Gabriel García Márquez dibujó como paisaje de nuestro pueblo, puede conquistarse con el logro del valor ético de la vida que se imponga contra las balas, los ejércitos y las bombas y pueda deshacer cuanto de mezquindad se ha anegado con la sangre de los valerosos hombre y mujeres que se resistieron y lucharon contra la guerra.

Unidad, es el tejido del esfuerzo común, del reconocimiento y solidaridad de las luchas creativas de nuestros pueblos por su libertad. Ese tejido que Cuba, Venezuela, Salvador, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Brasil, Nicaragua, Chile, han construido para forjar el destino decoroso y digno de la independencia, la justicia y la libertad. Luchamos por construir ese tejido de unidad que aspiramos convertir en el proceso constituyente de una nueva fuerza dinámica, activa, diversa e imponente de todas las rebeldías del pueblo colombiano que aspira a materializar la obra por la paz con justicia social, la democracia y el socialismo. Nos comprometemos a forjar conjuntamente los esfuerzos por la unidad de todas las fuerzas democráticas y revolucionarias, a impulsar el tejido y construcción de ese gran Frente Amplio por la paz y la democracia que permita proyectar la etapa de cambios y transformaciones que Colombia merece para su presente y futuro.

La solidaridad con nuestros sueños, la amistad y el amor por la humanidad comprometen a la JUCO a seguir recuperando el sentido ético de vivir y luchar por la paz y construir en conjunto de las fuerzas juveniles y democráticas, la realización de un mundo posible para la justicia social, la democracia y el socialismo. Esta obra de amor que nos inspira la impronta de Blanca Villamil y Alejandro Gómez, ejemplos de lucha y creatividad que nos acompañan en las horas duras y aciagas de las batallas por la dignidad de nuestros jóvenes y nuestro pueblo.

A todos nuestros mártires, a los presos políticos, a los combatientes insurgentes, a los hermanos de organizaciones revolucionarias y democráticas del orden nacional e internacional, les saludamos con afecto y reiteramos nuestro compromiso y lealtad con la lucha por las transformaciones de nuestro pueblo, porque nos resistimos a otros cien años de guerras y soledad, tenemos derechos por fin y para siempre a una segunda oportunidad sobre la tierra.

VIVA EL XV CONGRESO NACIONAL DE LA JUCO.