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Turbo, Urabá Antioqueño
Reclamantes de tierras se congregan en hacienda exigiendo mesa de concertación
Asociación Tierra y Paz / Martes 7 de abril de 2015
 

Los reclamantes de predios en Urabá, cansados de sufrir las injusticias del desplazamiento forzado mientras esperan una restitución de tierras que nunca llega, exigen la conformación de una Mesa de Concertación con el Gobierno Nacional con el único propósito de negociar el futuro de la restitución de tierras.

Para ello cerca de 500 campesinos agrupados en la Asociación Tierra y Paz decidieron congregarse en la hacienda Monteverde, vereda Villa Rosa, corregimiento Nuevo Oriente del municipio de Turbo, Urabá Antioqueño.

Varias de las familias de los campesinos reclaman la restitución de 28 predios que fueron despojados de manera violenta en los años 1995, 1996 y 1997 y que actualmente se encuentran en manos del empresario Fabio Moreno.
Allí permanecerán de manera pacífica hasta que el Presidente de la República Juan Manuel Santos instale la mesa de concertación y atienda el legítimo reclamo al que como víctimas tienen derecho.

En este proceso se propone que la fundación Forjando Futuros y el Instituto Popular de Capacitación –IPC- sirvan como garantes de la negociación cuyas peticiones son las siguientes:

  • Derogar el decreto de micro-focalización dado que entorpece los procesos de devolución de predios
  • Aplicar estrategias de restitución colectiva y administrativa de tierras
  • Brindar garantías para que los campesinos que retornaron sin acompañamiento institucional esperen la restitución en sus tierras
  • Entregar ayuda de asistencia humanitaria a los campesinos retornados
  • Garantizar esquemas de protección colectiva a todos los asentamientos de retornados que no tienen acompañamiento del Estado
  • Implementar procesos de atención, estabilización y reparación colectiva
  • Investigar y castigar a los responsables de las amenazas y señalamientos a los reclamantes y a los defensores de los despojados
  • Garantizar el legítimo derecho a la organización, la movilización y la libre opinión
  • Constituir una veeduría internacional para el proceso de restitución en Urabá

Hace 20 años la violencia victimizó a los urabenses de múltiples formas y les arrebató sus tierras. Muchas de sus fincas fueron a parar a manos de empresarios después de que les fueran quitadas por grupos paramilitares.

En el 2005 con la Ley de Justicia y Paz se tuvo la esperanza de recuperar sus predios, pero esa norma no fue la solución. En el 2011 con la implementación de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, que fue acogida y respaldada, de nuevo se tuvo la ilusión de recuperar sus fincas pero han pasado ya cuatro años y lo único que les queda es la frustración, el señalamiento y, en algunos casos, hasta la persecución judicial de sus líderes y de quienes han intentado defender sus derechos como víctimas.

Luego de observar como el presidente de la Corte Constitucional y una alta funcionaria de la Procuraduría General de la Nación han hecho parte del despojo de tierras se entiende por qué no se garantizan los derechos de los desplazados por la violencia.

Han transcurrido dos décadas sufriendo y 10 años esperando una solución por parte del Estado. Los campesinos no están dispuestos a seguir sólo esperando mientras sus familias se descomponen en las ciudades a causa del desplazamiento, la violencia, la pobreza extrema y la falta de oportunidades. Reclaman sus tierras para cultivar, para vivir con dignidad, para criar a sus familias, para construir la paz en sus territorios.

¡Que la semana de la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado no sea sólo un discurso sino una realidad!