Asociación Campesina del Catatumbo
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El Ministro de Defensa miente, estas son las pruebas
 

El ministro Pinzón ya no convence a nadie con sus remedos marciales y sus muecas autoritarias, ya hemos visto cómo ni los policías ni los militares le hacen caso cuando él les pide que no ridiculicen con chiflidos al presidente Santos; también hemos sido testigos de cómo la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC), perteneciente a la Organización Mundial de la Salud y el mismo ministro de salud Alejandro Gaviria, le han hecho quedar “como un zapato” al reconocer públicamente que los campesinos teníamos la razón al denunciar el daño que en nuestra salud y en el medio ambiente ha ocasionado la aspersión violenta de glifosato como táctica de desplazamiento forzado, auspiciada por el gobierno de EE.UU. Hemos presenciado cómo el señor Pinzón pasa de ser una despiadada fiera que embiste las esperanzas de paz de los colombianos, a ser un complaciente cachorro que calla frente a la corrupción de los mandos militares y los proveedores del ministerio de defensa; lo sufrimos cuando al envalentonarse contra la protesta social nos estigmatizaba diciendo que somos guerrilleros, de la misma manera, también lo hemos visto en su visita a EE.UU, muy dócil, pidiendo la continuidad de la intervención militar “gringa” en nuestro país.

Pero ahora, a su desvencijada gestión se suma otro mal cálculo político, el ministro mintió sobre la existencia de un supuesto programa de sustitución de los cultivos de coca y aprovechó para llamar tramposos, delincuentes y criminales a los campesinos del Catatumbo, aquí tenemos tres pruebas para demostrar que Pinzón mintió sobre el programa de sustitución, utilizando los medios de comunicación para ambientar el regreso de los erradicadores al Catatumbo y la continuidad de las destructivas fumigaciones aéreas en todo el país:

1. No hemos incumplido el acuerdo de sustitución, por que dicho acuerdo no existe: El ministro no puede probar que en el Catatumbo se haya incumplido un acuerdo de sustitución de cultivos de coca, porque sencillamente el gobierno no ha firmado ningún acuerdo de sustitución en la Mesa de Interlocución y Acuerdo del Catatumbo. Por nuestra parte los campesinos y campesinas organizadas en Ascamcat, le hemos pedido con urgencia a los representantes del ejecutivo en la MIA, que estudien nuestra propuesta de sustitución de los ingresos que percibe la familia campesina por cultivar coca; a la fecha, el gobierno no ha presentado contrapropuestas ni ha aceptado nuestras demandas.

2. El acuerdo que firmamos tiene como objetivo reparar a las familias víctimas de la doctrina de la guerra contra las drogas, víctimas de la erradicación violenta de estos cultivos: Al contrario de lo afirmado por el ministro, los representantes del gobierno en la MIA firmaron con nosotros un acuerdo de reparación pos-erradicación para estabilizar socioeconómicamente a las familias campesinas que fueron víctimas de la erradicación violenta de los cultivos de coca. Este acuerdo, busca atender a las campesinas y campesinos que fueron despojados mediante la violencia del único cultivo capaz de proveer subsistencia a sus familias, con este acuerdo el gobierno pretendió atender la crisis humanitaria que él mismo creó con la implementación de la doctrina de la lucha contra las drogas.

Como se puede leer de manera textual en aquel acuerdo firmado el 28 de agosto de 2013, la estrategia de pos-erradicación es sólo una “parte” inicial del programa de sustitución que se debió acordar en el marco del “Laboratorio de Paz” del Catatumbo que tanto promulgó el presidente SANTOS en los medios de comunicacion; sin embargo, el gobierno ha obstaculizado el avance de los diálogos por medio de maniobras dilatorias de todo tipo, impidiendo que se firmen acuerdos de fondo. No obstante, según verificación de la UNODC el 98% de las familias que se comprometieron a no resembrar cultivos de coca mientras estuvieran cobijados por la estrategia de pos-erradicación han cumplido con su compromiso a pesar de que el gobierno no ha observado los plazos en los que se comprometió a entregar las reparaciones.

3. En la última sesión de la MIA los campesinos y campesinas volvimos a presentar nuestra propuesta de un programa de sustitución gradual, concertado, estructural y ambientalmente sostenible: Como otra prueba de que el programa de sustitución no se ha firmado y de que ha sido precisamente el gobierno quién no ha mostrado interés de avanzar en este acuerdo, podemos señalar que el acta de la última MIA del 27 de marzo, levantada por funcionarios del PNUD, relata cómo desde Ascamcat presentamos una propuesta de sustitución de ingresos derivados de los cultivos de coca que se fundamenta en el PDS de la ZRC-C del Catatumbo, otra de nuestra iniciativas que ha sido obstaculizada de manera fraudulenta por el gobierno Santos y los grupos de presión interesados en negarnos el derecho al territorio.

Del mismo modo en dicha sesión de la MIA se reiteró por parte de los representantes del ejecutivo un reconocimiento al campesinado que ha cumplido sus compromisos de no resiembra.

Las campesinas y campesinos del Catatumbo que nos hemos visto obligados a sembrar coca como único medio de subsistencia, le podemos decir al país que el ministro de defensa miente, y en este caso con la peor mentira de todas: una verdad a medias; quiere hacer pasar la reparación de las familias víctimas de la erradicación violenta como un supuesto acuerdo de sustitución es decir, quiere usar el fracaso de la política de guerra contra las drogas que obligó al gobierno a reparar a las familias víctimas de la erradicación, en su favor. El señor Pinzón olvida que hemos sido los campesinos quienes hemos cumplido según la UNODC en un 98% los acuerdos de no resiembra, a pesar de que el gobierno no ha cumplido en los tiempos acordados con los compromisos de la asistencia alimentaria, la base para el sostenimiento económico o el empleo temporal.

Señor Pinzón, Colombia es el único país del mundo que se dejó imponer por los EEUU las fumigaciones aéreas con un agente cancerígeno y destructor de la naturaleza como el glifosato. Esta política fracasada se complementa con la criminalización de los campesinos en el marco de la ley 30, la cual solo en el Catatumbo tiene a 400 finqueros y recolectores de hoja en la cárcel, mientras los verdaderos narcotraficantes se regodean en las instituciones y en la vida económica del país.

Por lo tanto, señor Pinzón, le exigimos que demuestre lo dicho, lo invitamos a que se responsabilice de sus afirmaciones y las compruebe, si no lo puede hacer, como va a suceder, por lo menos pídale disculpas al campesinado del Catatumbo, al que ha denigrado, al cual ha satanizado y ofendido con sus palabras.