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El fantasma de las multinacionales y transnacionales en el Tolima (V)
No hay hasta ahora puntos positivos que pudiese decir la comunidad: “La megaminería me serviría”. Todo lo contrario. Es perjudicial para la conservación del medio ambiente, perjudica económicamente al pueblo y genera muchos factores adversos al pueblo en general.
Nelson Lombana Silva / Sábado 2 de mayo de 2015
 
Así van matando la naturaleza las transnacionales. Foto Nelosi

Durante una conferencia dictada a periodistas del Tolima por un especialista alemán en asuntos de la minería, en el aula máxima de la biblioteca “Darío Echandía” de la ciudad musical de Colombia, dijo el conferencista que la situación no era tan dramática como decían los enemigos del “progreso y del desarrollo regional” que se oponían torpe y ciegamente a la megaminería a gran escala en Cajamarca (Tolima).

“Voy a decirles –dijo– gráficamente para que no se malinterprete lo que se quiere hacer con La Colosa en este municipio: Con muchísimo cuidado vamos a coger la montaña, la movemos a un lado, sacamos el oro y luego la regresamos al sitio. Eso es todo”.

Sin contraer un músculo de su rostro, simplemente haciendo una pausa, agregó casi por entre los dientes: “Si de pronto fracasamos y muere la naturaleza, pues hacemos un parque y lo llamaremos: Parque a la vida”.

El auditorio guardó cómplice y cobarde silencio. Solo un comunista se puso en pie y en dos minutos que los organizadores permitieron para opinar o preguntar después de una farragosa conferencia que se prolongó por casi hora y media dijo: “Dos minutos para refutar o apoyar el contenido de esta conferencia es insuficiente. Por lo tanto, quiero decir muy respetuosamente que lo que dijo el doctor es totalmente contrario a la realidad. Es decir, va a suceder exactamente lo contrario a los cálculos neoliberales hechos por el expositor”.

El auditorio se quedó mudo. Los organizadores se miraban entre sí perplejos, como diciendo: ¿Cómo se nos filtró este periodista a desentonar y a tratar de mentiroso a semejante eminencia en temas mineros?

El comunista remató su brevísima intervención: “El doctor nos habla de regalías. Me pregunto: ¿Qué nos regala Anglogold Ashanti, si tenemos en cuenta que el oro es nuestro, la tierra es nuestra, la vegetación, el ambiente, los ríos, son nuestros? Quizás lo único que nos regala son muerte, destrucción y desaparición casi inmediata de la vida, no solo de los seres humanos, sino de los animales y la flora. Nos regala un desierto contaminado, nos regala un robo parecido al hecho por los españoles a partir del 12 de octubre de 1492”.

“Suficiente ilustración”, dijo el expositor un tanto descompuesto.

El capitalismo se basa en la mentira. Pero la verdad es inexorable. Poco a poco los campesinos y ambientalistas vienen asimilando un conocimiento teórico-práctico sobre el impacto de este leonino y criminal proyecto minero a cielo abierto en esta región próspera del Tolima.

Seguramente aún no se tiene un conocimiento científico; es posible que todavía falte asimilar cifras y términos técnicos y científicos. Todo eso es factible. Pero lo que sí existe es un conocimiento práctico a partir del sentido común o la malicia indígena de campesinos del Tolima.

La minería a cielo abierto, como es lo que se propone en La Colosa en Cajamarca, no se limita a abrir el hueco y sacar el oro, separándolo de su medio natural. Es todo un proceso complejo y aberrante si se trata de dimensionar el medio ambiente y pensar en la vida de los campesinos del Tolima o de Colombia.

Se tumba la parte vegetal, se separa la tierra quedando la roca a la intemperie. Una vez se tiene esta, se clasifica en escombros y mineral. Para la transnacional africana Anglogold Ashanti, los escombros son rocas estériles que supone la transnacional son inofensivas. Sin embargo, éstas tienen reactividad química, pudiendo generar o producir drenajes ácidos, lo mismo que la liberación de otras sustancias tóxicas.

Es de suponer que estos escombros son entonces rocas que no contienen suficiente oro que justifique su explotación. Estos son depositados en escombreras. Mientras tanto, el mineral es triturado y molido para obtener pequeñas partículas. Luego se extrae el oro del mineral triturado mediante un proceso llamado lixiviación química con cianuro, mortal veneno en pequeña cantidad incluso.

Dice el líder ambientalista Luis Carlos Hernández: “El cianuro es altamente tóxico para los seres vivos, al simple contacto en todas sus formas, se absorbe rápidamente por la piel y las mucosas. Es demasiado peligroso cuando se inhala, porque se distribuye rápidamente en el cuerpo impidiendo la respiración a nivel de las células, bloqueando el transporte de oxígeno en la sangre y en dosis letales produce la muerte por asfixia interna. Para adultos, puede ser letal en dosis equivalentes a un grano de arroz ingeridas oralmente o en inhalaciones de 50 miligramos” [1].

Como es de suponer, este proceso de lixiviación produce unos residuos altamente tóxicos, los cuales son almacenados en sitios en forma de represa. Como es obvio, las trituradoras de roca se ubican casi siempre cerca al tajo. Pero la escombrera, el equipo de molienda, la planta de tratamiento y el dique de colas pueden estar en distintos lugares. Por eso era que al parecer la transnacional proyectaba instalar todo este aparataje en el municipio de Piedras (Tolima), pero gracias a la acción de masas se pudo por ahora parar infame iniciativa antiambientalista.

Es de suponer que todo este proceso de exploración y explotación necesita enormes extensiones de tierra. No en vano hoy se habla con insistencia en Colombia del terrible fenómeno de la extranjerización de la tierra, lo cual tiene mucho que ver con la minería a gran escala. Pero también transporte, por ejemplo: carreteras, vías férreas, bandas transportadoras, etc.

Así las cosas, si la transnacional Anglogold Ashanti habla de arreglar las vías en Cajamarca (Tolima), no es pensando en aliviar la situación del campesino, es pensando en el transporte del material aurífero que proyecta robarse.

¿Qué más necesita? Agua y energía eléctrica en cantidades industriales. Dos elementos que al parecer no fueron lo suficientemente ponderados en la relación económica: costo-beneficio. Un informe publicado por el Concejo Cristiano de Tanzania y otras organizaciones señala: “A pesar del hecho de que ese país está disfrutando oficialmente de un boom en la minería de oro, el bajo nivel de impuestos pagados por empresas del sector hace que los beneficios para el país sean cuestionables” [2].

Por su parte, Alex Prats, investigador de la ONG Chistian Aid, dice que “empresas registradas en Suiza controlan el 25% de las exportaciones de materia prima desde países del Sur, lo que pudo significar una pérdida para estos países de 578 mil millones de euros entre 2007 y 2010” [3].

El informe por el progreso de África (2013), liderado por Kofi Annan, denuncia la relación que existe entre las industrias extractivistas y estructuras corporativistas relacionadas con paraísos fiscales. El cálculo dice que estas prácticas pudieron significarle a África la pérdida de 38 mil millones de dólares anuales entre 2008 y 2010. ¿Qué relación tiene esta infeliz práctica con la bullaranga de que Anglogold Ashanti es responsable y ético?

El consumo del agua en la minería es altísimo. Una mina pequeña que procese 50 mil toneladas de roca al día –por ejemplo– consume más de dos millones de litros de agua por hora. Es una cifra exagerada y además gratis. Una familia estrato 3 paga mensualmente $37 mil pesos por consumo promedio de 18 metros cúbicos, en cambio las transnacionales como Anglogold Ashanti por su consumo tan desproporcionado no pagará un peso. ¿Eso es justo? ¿Eso es desarrollo? ¿Eso es ético?

El análisis sobre el agua, el gran preciado y vital líquido, que hay que proteger sin vacilaciones de ninguna naturaleza. Escasea a pasos agigantados. Además: De todo el agua que hay en el planeta, solamente (óigase bien) el 3% se encuentra en estado dulce.

Como se puede observar, no hay hasta ahora puntos positivos que pudiese decir la comunidad: “La megaminería me serviría”. Todo lo contrario. Es perjudicial para la conservación del medio ambiente, perjudica económicamente al pueblo y genera muchos factores adversos al pueblo en general, pues genera en cantidad fenómenos desastrosos como: miseria, violencia, represión militar-paramilitar, desplazamiento, desempleo, etc.

Continuará…

[1Revista Bios & Ecos. Año 1. No.3. 2011. Página consultada 3.

[2La Colosa: Una muerte anunciada. Informe alternativo acerca del proyecto de minería de oro de Anglogold Ashanti en Cajamarca, Tolima, Colombia. Universidad del Tolima. Página consultada 57.

[3Ibíd. Página consultada 57.