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Análisis
Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas: Del efecto académico al efecto político
Daniel Prieto Sánchez / Lunes 4 de mayo de 2015
 

La Comisión Histórica para el Conflicto y sus Víctimas (CHCV) nació en agosto de 2014 como una iniciativa del Gobierno Nacional y las FARC-EP, en el marco del “Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”, con el objetivo de contribuir a la comprensión de (1) la complejidad de los orígenes y las múltiples causas del conflicto, (2) los factores y condiciones por lo que se ha prolongado y (3) los efectos sobre la población civil, específicamente, en las víctimas. La CHCV, integrada por 14 destacados académicos colombianos nominados por ambas delegaciones, presentó el 10 de febrero un informe elaborado durante tres meses que fue titulado: “Contribución al entendimiento del conflicto armado en Colombia”. Compuesto por doce ensayos y dos relatorías, representa un insumo para las delegaciones en la discusión de los diferentes puntos del Acuerdo General. Entre los autores destacados se encuentran el sociólogo, escritor y periodista Alfredo Molano Bravo, el filósofo e historiador Sergio de Zubiria Samper, el antropólogo Darío Fajardo y la politóloga María Emma Wills, única mujer en la comisión.

Obra de Teatro: Mujeres Víctimas del Conflicto. Foto: Daniel Prieto

Este informe, de carácter público y de libre consulta, a pesar de su poca incidencia mediática oficialista, suscitó en la opinión pública preguntas que cuestionan la versión oficial y tradicional sobre el conflicto. De manera general, los doce ensayistas desde cada una de sus metodologías coinciden, de un lado, en que el conflicto no inicia ni termina en las FARC-EP y, de otro, en que el conflicto interno también obedece a causas asociadas al conflicto agrario y las condiciones políticas que el Estado impuso. El documento, en sus 809 páginas, se puede traducir como una ruptura en el monopolio de esa historia en Colombia, además de un insumo para los diálogos de paz y aunque en principio tenga más efectos académicos que políticos, es un reconocimiento implícito de los futuros desafíos de la democracia en Colombia, como aquellos vinculados a los conflictos sociales que seguirán vigentes con o sin la firma de los acuerdos.

La multiplicidad de convergencias y divergencias entre los autores, dificultaron a los relatores Víctor Moncayo y Eduardo Pizarro llegar a un común acuerdo que respondiera en su totalidad al objetivo de la comisión. No obstante, cabe resaltar que algunos de los principales puntos álgidos se concentran en temas como la exactitud cronológica del origen y causas sustanciales del conflicto, la cuestión agraria, la debilidad institucional, el grado de responsabilidad política de los actores de la confrontación, La Violencia, el Frente Nacional, el papel del narcotráfico y el paramilitarismo.

Centro de Memoria Paz y Reconciliación. Foto: Daniel Prieto

Sin embargo, desde los sectores y organizaciones que respaldan la mesa de diálogo de La Habana, el resultado de la CHCV se puede asumir como una invitación para fortalecer el imperativo de velar porque la reconstrucción de la memoria histórica tenga verdaderos efectos políticos y trascienda a los niveles institucionales de la esfera pública, con ello, el compromiso se dirige a aunar esfuerzos para repensar en colectivo el modelo de país que queremos para superar los conflictos sociales y garantizar la condiciones de una paz estable y duradera, pero sobre todo, donde prime la justicia social, la verdad y la reparación integral de todas las víctimas del conflicto armado interno en Colombia.