Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

Casa de campo
Los muertos tienen la palabra
En la ladera occidental de Medellín, en un sitio conocido como “La escombrera”, yacen los cuerpos de muchas personas desaparecidas. Cálculos cruzados de varias instituciones del Estado estiman que la cifra oscila entre 80 y 90 muertos
Ana Cristina Restrepo / Sábado 20 de junio de 2015
 

Según organismos no gubernamentales, son más de 300.

En menos de diez días, se clavará la primera pala en ese cementerio otrora clandestino. Una excavación sin precedentes en la historia judicial colombiana.

Después de una década de incertidumbre para las familias de las víctimas, por fin fue autorizada la búsqueda y posterior exhumación de los cadáveres. “La escombrera” ocupa 70 hectáreas, de las cuales solo 15 funcionan como depósito de basura (por ahora, no serán auscultadas). Testimonios de desmovilizados que están en la cárcel han revelado las coordenadas de cuatro puntos, transformados en tres polígonos, donde se concentrarán las excavaciones. La exploración del primer polígono implicará la remoción de 24 mil metros cúbicos de tierra.

En años anteriores, la Fiscalía había encontrado 14 cuerpos en 34 intervenciones de magnitud menor.

¿Cuál es la historia detrás de semejante barbarie?

El 16 y 17 de octubre de 2002, cuando Luis Pérez (actual candidato a la Gobernación de Antioquia) era alcalde de Medellín, se autorizó la Operación Orión en el marco de la política de seguridad democrática del entonces presidente, Álvaro Uribe. Informes de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz revelan que altos mandos de las fuerzas militares y policiales, como los generales Mario Montoya y Leonardo Gallego, ordenaron a paramilitares al mando de Diego Fernando Murillo, alias “Don Berna”, incursionar en la Comuna 13 para perseguir milicias urbanas.

Jorge Mejía, consejero para la convivencia, la reconciliación y la vida de la Alcaldía, dice que no necesariamente todos los desaparecidos de “La escombrera” son producto de la Operación Orión. Desde 1997, han variado las dinámicas de dominio territorial.

El proceso que se inicia en Medellín es parte de un ejercicio de verdad, justicia y reparación, que además de la exhumación, contempla la atención psicosocial de los familiares de las víctimas y la reconstrucción de memoria (museo Casa de la memoria). La identificación de restos humanos implicará erigir un mausoleo, a cargo del Ministerio del Interior.

Se estima que la exhumación se demorará cinco meses. “La escombrera” se convertirá en un campo de exploración forense con maquinaria de excavación y un equipo integrado por antropólogos, topógrafos, fotógrafos y expertos en criminalística.

Esta es una diligencia judicial, con un fiscal orientando la cadena de custodia. De ser hallados restos humanos, habrá implicaciones penales.

En “La escombrera” desenterrarán cuerpos y responsabilidades; institucionales, paramilitares, de milicias urbanas y particulares con actividades ilícitas en el territorio, con algún grado de complicidad.

El occidente del Valle de Aburrá esconde uno de los más grandes hitos de violencia local en las últimas décadas. Los responsables en altos niveles de la Operación Orión no han sido vinculados a investigación alguna. Sus beneficiarios siguen en la impunidad.

Que emanen las voces de ultratumba.

* Tomado de El Espectador

Artículo relacionado: El agua de los muertos de Granizal