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Cese ​al fuego unilateral ​y Zonas de Reserva Campesina (ZRC)
Solicitamos al gobierno que materialice su voluntad de paz con acciones que hagan réplica de los discursos que promulga dentro de la mesa y ante la comunidad internacional y se materialice en los territorios donde el conflicto sigue vigente.
 

Esta mañana recibimos con beneplácito la noticia sobre un nuevo intento de desescalamiento del conflicto. Las FARC-EP, haciendo eco a la solicitud de los países garantes y acompañantes del proceso de paz, así como al clamor de la sociedad colombiana, decretó un cese al fuego unilateral, que durará un mes y que entrará en vigencia a partir del próximo 20 de julio en todo el territorio nacional.

Este anuncio, que se presenta en un momento de crisis de los diálogos de paz entre el gobierno y la insurgencia debido al escalamiento de las acciones bélicas, las centenares de bajas en ambos bandos, los daños a la infraestructura, al medio ambiente y, en general, las afectaciones a las comunidades, representa la voluntad de la guerrilla por cumplir con parte de sus responsabilidades dentro de la mesa, al restringir al máximo las acciones contra la Fuerza Pública y la infraestructura, acciones que debilitan la confianza en el proceso.

Sin embargo este compromiso por la paz sólo puede ser real cuando ambas partes sentadas en la mesa acuerden el definitivo cese al fuego bilateral y definitivo que dé por terminados décadas de conflicto armado y suspenda los discursos ambivalentes de parte de la institucionalidad, que por un lado respaldan los diálogos de paz y por otro realizan ataques que debilitan la estructura del proceso de paz.

El reto está en cómo se sostiene la tregua unilateral, pues si se plantea existiendo una voluntad bélica de una de las partes, estamos nuevamente ante un receso, que si no se consolida con un cese bilateral del fuego y un alto de las hostilidades, continuarían irremediablemente las acciones armadas y con su activación escalonarían en mayor medida el conflicto.

Es por eso que las comunidades de las Zonas de Reserva Campesina, quienes hemos sido víctimas permanentes de la guerra y las hostilidades entre los actores del conflicto político, social y armado, solicitamos al gobierno que materialice su voluntad de paz con acciones que hagan réplica de los discursos que promulga dentro de la mesa y ante la comunidad internacional y se materialice en los territorios donde el conflicto sigue vigente.

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