Asociación Campesina del Catatumbo
:: Norte de Santander, Colombia ::
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

Ascamcat saluda el cese al fuego unilateral decretado por las Farc-Ep
 

Los campesinos del Catatumbo organizados en Ascamcat, los que hemos sufrido en carne propia la guerra, celebramos el anuncio de las FARC-EP de iniciar, desde el próximo 20 de julio, un cese al fuego unilateral. Del mismo modo, exigimos del gobierno nacional que siga los mismos pasos y, de manera decidida, abandone la ambigüedad de sus posiciones frente a la paz, decidiéndose por un cese al fuego bilateral permanente y verificable por parte del movimiento social y la comunidad internacional.

La urgencia de este cese bilateral la hemos constatado con los hechos sucedidos desde el pasado viernes 4 de julio en el corregimiento el Aserrío, municipio de Teorama. Allí la escalada en el conflicto, promovida por las operaciones militares del Ejército Nacional, han generado zozobra generalizada en la población y desplazamiento forzado a causa de las hostilidades al interior y en los alrededores del caserío.

El campesinado catatumbero ha sido siempre amigo del proceso de diálogos que se adelanta en La Habana, Cuba para encontrar una salida negociada al conflicto político, social y armado que sufre Colombia desde hace más de 50 años. Nosotros necesitamos que se silencien los fusiles para poder empezar a construir la paz con justicia social, desde las comunidades y las organizaciones sociales, como principales engranajes de funcionamiento en la sociedad colombiana.

El Catatumbo se ofrece para afianzar la mesa de diálogos entre la insurgencia y el Gobierno Nacional y quiere contribuir a la superación de las problemáticas derivadas del abandono estatal, como lo es la siembra de cultivos de coca. Ofrecemos desde este momento la posibilidad de que este territorio acoja uno de los programas piloto de sustitución de cultivos de coca de manera estructural, social, no violenta y concertada con las comunidades. Los niveles de organización y convicción de nuestras bases para la superación del conflicto, son la mejor garantía con la que el gobierno nacional puede contar para hacer historia y reconciliarse con las miles de víctimas que generó su equivocada política antidrogas, basada en la erradicación violenta y la fumigación con el dañino glifosato y su arremetida paramilitar, basada en el desplazamiento, el despojo y el control violento de los recursos naturales y la tierra. Esas heridas serán difíciles de curar, pero el Estado tiene la responsabilidad de iniciar los acercamientos para acabar con la desconfianza que le genera al campesinado y garantizar alternativas para una vida digna.

De la misma manera, celebramos el inicio de los esfuerzos conjuntos del Gobierno Nacional y la insurgencia del las FARC EP en la descontaminación de artefactos explosivos, que en estos días inició en la vereda el Orejón del municipio de Briceño, departamento de Antioquia. Consideramos un gesto significativo por parte de la insurgencia, la participación en esos ejercicios que sin duda ayudan a superar uno de los síntomas más visibles de la guerra. Exigimos que hayan garantías suficientes para poder llevar la iniciativa a otros territorios también golpeados por esa problemática.

Por último, consideramos que un primer gesto de respuesta de parte del gobierno podría ser la suspensión de los bombardeos aereos de la fuerza pública que afectan muchas veces a comunidades campesina e indigenas, para avanzar desde ahí hacia un cese bilateral, definitivo e irreversible que nos conduzca a una paz estable y duradora.