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Entrevista a Elaine Tavares
“El gobierno de Brasil le teme a la participación del pueblo”
María Inés Aiuto / Domingo 3 de diciembre de 2006
 

El presupuesto participativo es un concepto que nació en Puerto Alegre, Brasil, de la mano del Partido de los Trabajadores (PT). Esta práctica permite que los ciudadanos decidan dónde y cuándo realizar inversiones para cubrir las necesidades de la población con los recursos del estado. Comenzó a funcionar en 1989, un año después de que la coalición de izquierda ganara las elecciones municipales.

Sin embargo, hoy, cuando el PT podría implementar el sistema a nivel nacional, argumenta que no funcionaría por las dimensiones del país.

Elaine Tavares. Foto de María Inés Aiuto.

Elaine Tavares, dirigente sindical, periodista, profesora de la Universidad Federal de Santa Catarina e integrante del Observatorio Latino Americano, criticó al presidente Lula Da Silva por temerle a la participación del pueblo y habló sobre la experiencia del presupuesto participativo en su país.

- ¿Cómo comenzó a funcionar?

- El PT quería que la población tenga una participación activa en la política. Por eso propuso que los ciudadanos discutieran en asamblea para que decidan qué obras se debían hacer en el vecindario y en la ciudad. El proyecto empezó a ser implementado en la medida en que el PT ganaba los municipios. En muchas ciudades se llevó a cabo con éxito y atrajo a la gente para discutir sobre política, hecho que no ocurría hace 500 años.

- ¿Cuáles fueron las primeras necesidades para la población?

- Al principio tenían que ver con la infraestructura de la ciudad, arreglo de las calles, agua potable, saneamiento del barrio, entonces se discutía cómo dividir los recursos para esas obras. Para ello se hacían asambleas barriales y luego regionales.

- No habrá sido fácil que la población participe en la toma de decisiones.

- Costó mucho y cuesta aún porque son 500 años de sometimiento, 500 años sin participación directa. En un principio estaba la gente que venia de trabajar en otras luchas, pero luego se incorporaron ciudadanos que nunca habían militado.

Este fue un paso muy importante para la toma de conciencia de la población y lo demuestra la cantidad de líderes que surgieron de estos espacios.

- ¿Con qué frecuencia se realizan las asambleas?

- Cuando se eligió el presupuesto en mi ciudad, Florianópolis, las asambleas eran semanales durante el período que se estaba construyendo. Era el momento donde se ponía en la mesa qué recursos había y qué planeábamos hacer con ellos. Prácticamente estuvimos medio año discutiendo esto. Hay que tener en cuenta que cuando se plantean qué obras se construyen, por ejemplo, no se esta pensando sólo en los cimientos, se está discutiendo qué salud o qué educación queremos.

- ¿Cómo funcionan las asambleas cuando están conformadas por diferentes clases sociales?

- En un principio no es fácil, pero el esfuerzo tiene su fruto. En Florianópolis tuvimos experiencias de presupuesto participativo y fue muy importante por esto mismo: el intercambio de ideas entre ciudadanos de diferentes niveles económicos. Los distintos sectores de la población comenzaron a conocerse, a escuchar sus preocupaciones y necesidades y esto generó que se unan los pobladores de la ciudad más allá del poder adquisitivo.

- ¿En cuantas ciudades se implementó el presupuesto participativo?

- No sabría decir la cantidad exacta, pero se estima que en más de 200 ciudades de Brasil. Lo que pasa es que donde el PT ya no es gobierno municipal se abandonó la idea. Sin embargo, se fueron generando otras formas de participación, como ocurre en Florianópolis donde ya no existe el presupuesto participativo porque la ciudad esta comandada por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) que es de derecha. Como la población está muy bien organizada, logramos quitar el proyecto que proponía el gobierno para el plan director de la ciudad y plantear el nuestro por el que estamos luchando para implementarlo.

- ¿Y por qué el PT no implementa el presupuesto participativo a nivel nacional ahora que es poder central?

- Creo que Lula no se anima porque es un sistema muy revolucionario, porque provoca en la gente la sensación de que puede hacer las cosas, aprende a conocer la ciudad, los problemas de los otros barrios, de sus vecinos y el presupuesto. Empieza a involucrarse en temas que nunca pensó, como organizar la salud y la educación, a darse cuenta de que lo que existe esta errado y a tener deseos de cambiarlo.

Entonces, el presupuesto participativo que fue una de las propuesta de la campaña de Lula para presidente, hoy sus compañeros y ministros dicen que no lo pueden implementar a nivel nacional por las dimensiones de nuestro país. Sin embargo, está demostrado que en las ciudades funciona, entonces ¿por qué no podría funcionar a nivel nacional si hiciéramos una planificación viable? Tenemos muchas personas capacitadas que saben qué metodología aplicar para que se pueda llevar a cabo. Lo que sucede es que plantear la participación nacional significa exponer los recursos del país al pueblo y como el proyecto del pueblo es diferente al del gobierno, las autoridades temen su participación.

- En la constitución argentina existe un articulo (22) que expresa que “el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes”. El Movimiento Campesino de Formosa impulsó a partir de la conformación del Frente Sanmartiniano eliminar la ley para poder ejercer la democracia participativa y directa.

- ¡Ese artículo es pésimo! Pero es muy difícil dar el paso a la democracia participativa, por eso los gobiernos y movimientos revolucionarios tienen que hacer una alfabetización para la participación de la misma manera que se enseña a leer. Como decía nuestro educador Paulo Freire, hay que enseñar a leer el mundo, no solamente las letras. Y si no lo hacen los gobiernos revolucionarios, lo tenemos que hacer nosotros. Basta de llorar, tenemos que actuar para cambiar las cosas.

- ¿Qué consejos podrías dar para que en la Argentina se ejecute el presupuesto participativo?

- En Brasil tenemos una consigna que debería existir para toda Latinoamérica: “Quien lucha hace la ley”. Deberían hacer una lucha nacional para cambiar ese artículo de la constitución. Pero con la práctica también se puede ir cambiando la ley. Si los gobiernos empiezan a tener esta práctica a nivel municipal se irá generando una lucha. A veces tenemos sueños muy grandiosos de cambiar el mundo, pero cuando cambiamos nuestro propio espacio, nuestro barrio, nuestra calle, ya estamos iniciando ese proceso de cambiar el mundo. Entonces, el presupuesto participativo se puede implementar con la práctica sin necesidad de que exista en una ley.