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Paramilitares de AGC aterrorizan al sur de Córdoba
 

Desde la mañana del pasado 29 de marzo 2016 en el sur del departamento de Córdoba se distribuyó un panfleto de mano en mano, ante la vista gorda de las autoridades civiles y militares, en el que los paramilitares obligan cesar toda actividad comercial, de transporte público y privado y en centros e instituciones educativas; profiriendo retaliaciones a quien irrumpa el “paro pacifico”.

El 31 de marzo en los municipios del sur de Córdoba, en especial Puerto Libertador, San José de Uré y en la zona rural de Montelibano, todo establecimiento permaneció cerrado. El temor y sometimiento de las autoridades civiles y militares impera en estos municipios en donde el fenómeno del paramilitarismo campea con derroche. Aproximadamente a las 11:00 am fueron asesinados dos jóvenes en la vía que de Montelibano conduce a Puerto Libertador, al parecer “desobedecieron” la orden paramilitar ya que ejercían labores de mototaxismo.

Entre tanto los dirigentes campesinos y defensores de derechos humanos de Ascsucor ejercían sus labores de campo en el corregimiento Tierradentro (Montelibano) cuando fueron detenidos por hombres armados en el caserío, cabe anotar que en este poblado está instalada una base de la Policía Nacional. Al detenerlos, los obligaron a bajar de las motos y amenazándolos de muerte dijeron que “quemarían el vehículo”, pero posteriormente les permitieron continuar. Al llegar al corregimiento Juan José fueron nuevamente detenidos por miembros del Clan Úsuga, obligados a descender de las motos y amedrentados por estar usando los medios de transporte. En este ccorregimiento el Clan Úsuga prohibió el libre tránsito de los automotores haciendo presencia con total impunidad. Causa gran extrañeza que la Brigada Móvil 16 del Batallón Junín tenga presencia también en el corregimiento y que pese a ello, los paramilitares ejerzan total control en la región, situación que se agudiza con el “paro pacifico” anunciado en el panfleto.

Con gran preocupación Ascsucor denuncia que estos hechos ponen en grave riesgo las vidas de los defensores de derechos humanos, los líderes campesinos y todos los habitantes de la región ya que es este mismo grupo paramilitar el que ha intimidado y amenazado las acciones sociales en defensa del campesinado surcordobés.

Preocupa también que, en el marco de los procesos de paz entre el Gobierno Nacional, las Farc y el ELN, ocurran hechos tan graves que se transforman en violación flagrante a los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario.