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Electo como presidente de Austria un candidato favorable a la Unión Europea
El éxito electoral de Alexander Van der Bellen se debe en gran medida a aquellos votantes que lo eligieron, no porque él los haya convencido políticamente, sino para evitar que ganara un nacional alemán, Hofer, relacionado con el neofascismo, dice el Partido del Trabajo.
Prensa Latina / Domingo 29 de mayo de 2016
 
El progresista Alexander Van der Bellen obtuvo el 50,3 por ciento de los votos, frente al 49,7 de Norbert Hofer. Foto: AP

El economista Alexander Van der Bellen, ex líder del Partido Los Verdes, fue electo nuevo presidente de Austria tras derrotar en reñidas elecciones al ultraderechista Norbert Hofer, fuerte crítico de la Unión Europea (UE), indicaron fuentes oficiales.

Wolgang Sobotka, ministro austriaco del Interior, confirmó que luego del recuento final que incluyó el sufragio vía correo, Van der Bellen resultó ganador con 50,3% de los votos frente al 49,7% de Hofer, tras los comicios efectuados el domingo 22 de mayo, considerados los más disputados de los últimos cien años.

La campaña electoral amplió las brechas entre los austriacos que escogieron entre dos opciones contrapuestas que, por primera vez tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, no incluían a ninguno de los dos partidos políticos tradicionales, el socialdemócrata (SPO) y el democristiano (OVP).

La derrota significa un duro golpe para Hofer, líder del Partido de la Libertad (FPO) quien ganó en abril la primera vuelta y apuntaba, según los últimos sondeos, a convertirse en el primer jefe de Estado euroescéptico de un país miembro del bloque comunitario.

Van der Bellen, de 72 años, un ex líder ecologista que se postuló como candidato independiente, acusó durante su campaña al candidato ultranacionalista de querer convertir el país en una “república autoritaria” y se pronunció a favor de mantener a Austria abierta y potenciar el papel de su país dentro de la UE.

Publicamos a continuación la opinión de la dirección nacional del Partido del Trabajo de Austria (PdA):

¡Crece la brecha de clases en la sociedad austriaca!

25 de mayo de 2016

Nosotros -y todos los antifascistas en este país- celebramos que el próximo presidente no sea miembro de la fraternidad nacional alemana. También nos pareció que era necesario y justo en esta situación, a pesar de las pocas coincidencias políticas, invitar a la elección de Alexander Van der Bellen. Él hace parte, sin duda, de la tradición burguesa-republicana de Austria, ya que representa a su predecesor, Heinz Fischer, en el sentido de la Constitución democrática antifascista de Austria, que surgió como lección tras los años del criminal Estado nazi.

El éxito electoral de Alexander Van der Bellen se debe en gran medida a aquellos votantes que lo eligieron, no porque él los haya convencido políticamente, sino para evitar que ganara un nacional alemán, Hofer, relacionado con el neofascismo.

Alexander Van der Bellen es y sigue siendo un defensor de la política neoliberal de la Unión Europea (UE) de las corporaciones y los generales que han hundido en la pobreza regiones enteras de Europa y son cómplices de la guerra y el terror en todo el mundo. Muchos de quienes estamos en contra de esta UE del capital, las corporaciones y los militares, hemos optado por Van der Bellen de todos modos.

No hay margen de maniobra para una reforma social y democrática dentro de las estructuras de la UE. Sin lucha de clases consistente ni ruptura con la UE y sus instituciones, no hay posibilidad de una revolución social ni de abrir un camino más allá de la lógica del capital, la explotación y el imperialismo.

Van der Bellen estará en los próximos seis años en su cargo de presidente y, sus políticas a favor del Establecimiento deben ser combatidas. Este país está profundamente dividido, pero no tanto por las diferencias electorales, sino por la cuestión de quién puede participar en el desarrollo económico, político y social de los países más ricos del mundo, y quién no.

Recordemos que alrededor de un millón de personas viven por debajo del umbral de la pobreza, y casi medio millón no tienen trabajo, mientras la falta de vivienda está en aumento. Decenas de miles de jóvenes no tienen trabajo ni educación, y cientos de miles de adultos mayores tienen que vivir en la pobreza a pesar de haber trabajado duro toda su vida.

Estamos a favor de que las “personas comunes” se organicen de nuevo, y no dejen que ningún representante hable por ellos. Abogamos por fortalecer la defensa de los intereses de clase de todos los trabajadores. Los movimientos comúnmente llamados de “izquierda” no sirven. Se necesita un fuerte movimiento del pueblo trabajador, que defienda sus intereses con independencia y decisión.

Debemos convertir los sindicatos de nuevo en instrumentos de lucha de todos los trabajadores, en lugar de una asociación de clientes dóciles para unas pocas personas de altos ingresos, socios del sistema dominante.

Una nueva política, según lo anunciado por el Canciller, debe crear nuevas condiciones para empleos de alta calidad y bien remunerados; tiene que servir el interés público y la mejora de la infraestructura, la salud y la educación; tiene que servir para construir viviendas asequibles para todos, debe asegurar que los resultados del aumento de la productividad y de la “transformación digital” lleguen a los trabajadores y no terminen en los bolsillos de los accionistas. Una nueva política debe asegurar que ya no haya un millón de personas que vivan por debajo del umbral de la pobreza en Austria, uno de los países más ricos del mundo.

Debemos continuar, más fuertes y más unidos que nunca como antifascistas, contra la propaganda de la derecha y la demagogia. Nuestra frontera es entre los intereses de clase de la burguesía y la clase obrera, entre los terratenientes y los campesinos, entre las empresas y los pequeños empresarios, entre los grupos financieros y la mayoría de la sociedad.

Necesitamos una política que proteja las conquistas de los trabajadores, de conformidad con las leyes laborales y los convenios colectivos, preservando los derechos democráticos adquiridos. Necesitamos una política que ponga fin a la explotación de los inmigrantes con salarios bajos y recortes sociales, y que garantice la igualdad de derechos para todos.

Estamos a favor de que se le conceda el derecho de asilo en Austria a quienes buscan protección de la persecución bajo la Convención de Ginebra, y que quienes vivan aquí puedan trabajar y habitar en condiciones humanas.

Nos parece vergonzoso e hipócrita que el Partido Socialdemócrata de Austria (SPÖ) (y también el cogobernante partido Verde en Viena), por un lado den ayudas completamente absurdas a través de anuncios y subvenciones a la indigna prensa sensacionalista, y por otro lado actúen como si no existiera esa relación.

Estamos a favor de una Austria que se levante en cualquier parte del mundo al lado de los débiles y oprimidos, que honre la mutua cooperación en pie de igualdad como principio de las relaciones internacionales, y que no sea parte de la superpotencia de la UE.

Queremos que la gente sepa toda la verdad: hay que decir que países como Siria, Irak y Libia han sido destruidos deliberadamente por las potencias imperialistas, los EEUU y la UE, y fueron empujados a las guerras civiles para explotar sus materias primas, mano de obra y los mejores intelectuales. Los fabricantes de armas imperialistas son los principales beneficiarios de estas guerras, y la huida en masa a Europa, su resultado lógico. El hecho de que además mueran miles y miles de personas en el mar Mediterráneo, a los imperialistas, en verdad, no les importa.

Erdogan está librando una guerra contra su propio pueblo, persiguiendo y criminalizado a la oposición, enviándolos a la cárcel, incluso utilizando a los socialdemócratas turcos en su Parlamento. Este Erdogan apoya la UE con sus pagos de drenaje y prefiere que la rica Europa les cierre la puerta a los necesitados y a los solicitantes de asilo.

Un cambio político es necesario y urgente: La gran riqueza de Austria debe beneficiar a todos sus habitantes, permitiendo que trabajen y tengan una vida digna.

¡La brecha crece entre los de arriba y los de abajo!

¡No se llenarán, pero se pueden nivelar a través de la redistribución y políticas sociales!

Fuente: Partei der Arbeit Österreichs
Traducción de David Moreno