Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

Ejercicio democrático en el sur de Córdoba
Ascsucor eligió su nueva junta directiva
Agencia Prensa Rural, Cindy Lopera / Martes 7 de junio de 2016
 

Así como reza la melodía del maestro Leandro Díaz: “Un mediodía que estuve pensando. En la mujer que me hacía soñar. Las aguas claras del Río Tocaimo. Me dieron fuerzas para cantar” (...), así al mediodía se reunieron alrededor de 300 campesinos del sur de Córdoba a orillas del río San Jorge. La mañana del lunes 30 de mayo, e incluso el día anterior, fue usada para transportarse desde diferentes veredas para llegar a la cancha deportiva de la Institución Educativa de Juan José. La cita era en este apartado corregimiento del municipio Puerto Libertador, en límites con el departamento de Antioquia. El objetivo de la reunión: llevar a cabo una nueva asamblea general de la Asociación de Campesinos del Sur de Córdoba -Ascsucor- para definir quienes conformarían la nueva junta directiva de la asociación que no se renovaba desde su fundación en 2013.

El sol inclemente calentaba sin piedad las trochas de acceso al corregimiento. Pero en moto, en carro, en mula, a pie... fueron llegando uno a uno los delegados de cada una de las Juntas de Acción Comunal de los municipios Montelíbano, Puerto Libertador y Uré en inmediaciones del Parque Nacional Natural Paramillo. Todos los delegados representaban la voz de sus respectivas comunidades para poder votar por el nuevo presidente, vicepresidente, fiscal, tesorero y secretario de la asociación campesina.

Los abrazos, los apretones de manos y los besos marcaban el reencuentro entre vecinos lejanos unidos por el amor a su tierra. El auditorio se puso en disposición entonces para comenzar dos días de deliberación que marcarían para siempre el futuro de su asociación campesina y de su región. La poesía de Rafael Núñez, acompañada con las melodías de Oreste Sindici, daban inicio a la jornada con su ¡Oh gloria inmarcesible! ¡Oh júbilo inmortal!. A continuación se escuchó el solemne himno del departamento de Córdoba, para finiquitar los actos protocolarios con una pequeña, y para muchos desconocida, canción que sin embargo ha sido entonada por miles y miles en la Plaza de Bolívar en Bogotá: el himno de Marcha Patriótica compuesto por el ex-preso político Carlos Lugo. A cualquiera se le erizaría la piel escuchando a Valeria, una pequeña de 11 años con una voz prodigiosa, entornar el “tralalalala tralalalala la Marcha Patriota viene, la Marcha Patriota va...”

Las costumbres campesinas son trasmitidas de generación en generación y son ley de arraigo en la región; por eso el acto político no podía continuar sin encomendarse a ese ser superior al que muchos ofrecen sus labores diarias. Este acto espiritual también estuvo cargado de simbolismo, por eso se unieron en un solo clamor un pastor evangélico y un sacerdote católico para pedir a un mismo dios la sabiduría necesaria para cada uno de los asistentes de cara a las elecciones que estaban a punto de realizarse.

El sol lentamente se ocultaba tras las aguas del río que traía una brisa fresca para amenizar la jornada de la tarde. La reunión debía aprovecharse también para hacer un balance de la gestión de la saliente junta directiva en cabeza del defensor de derechos humanos Arnobis Zapata Martínez: los logros en materia de relacionamiento con organizaciones sociales de índole regional y nacional, los avances en las negociaciones con el Gobierno Nacional tras el Paro Agrario de 2013 y el protocolo de alertas tempranas y denuncias ante la situación de derechos humanos en la región, así como el impulso de los comités anti-erradicación de cara a los nuevos acuerdos en materia de cultivos de uso ilícito que se están adelantando en La Habana, Cuba. Sin embargo, pesa sobre el defensor Arnobis otro tipo de responsabilidades que por sus capacidades ha ido asumiendo con el Movimiento Político y Social Marcha Patriótica. Por tal motivo debe dejar de lado la presidencia de la asociación, pues es un compromiso de tiempo completo que implica recorrer la región y estar al tanto de las problemáticas de las comunidades, que por ahora no podría asumir. Arnobis agradeció, con la voz entrecortada, la confianza depositada en él y en los demás miembros de la junta directiva saliente durante sus años de gestión; también recordó que seguiría siendo parte de la asociación y que no se alejaría de su gente y de su tierra.

La oscuridad que deja ver la luz de la región

La noche llegó intempestivamente. Pese a lo que se podría esperar en un corregimiento alejado del bullicio y las luces de la ciudad, a orillas de un majestuoso río, ninguna estrella se asomó en el firmamento. El canto de las ranas, según las creencias campesinas, anunciaba la proximidad de la lluvia. Los habitantes de Juan José se preparaban para una larga noche, pues sabían que un simple aguacero cortaría la electricidad del corregimiento y nunca se sabe cuando puede regresar la luz. Esta es otra de las problemáticas que vive la región por cuenta de la empresa Electricaribe. Uno de los jóvenes egresados de la Institución Educativa, con desilusión, afirma que “de Juan José sólo se acuerdan los políticos en época de elecciones”.

Una aguapanela con limón, mientras cae la lluvia en la oscuridad sobre los tejados, sirve como excusa para intercambiar historias entre el campo y la ciudad. Es mucho lo que tienen por contar los habitantes de Juan José, mucho lo que tienen para aportar a la construcción de la paz con justicia social, muchos los muertos que recuerdan día a día y muchas las necesidades que el Estado ha ignorado durante décadas. La falta de institucionalidad quizá ha generado que la justicia sea administrada por los grupos armados que hacen presencia en la zona. Fue así como ante la violación sexual hacia un niño con discapacidad congnitiva en el corregimiento y dadas las largas distancias que lo separan de las entidades estatales que investigan y castigan, un funcionario de la Fiscalía excusó su negligencia por no capturar al culpable, diciendo: “¿Allá (en Juan José) no hay paramilitares? ¡Qué se encarguen ellos de este asunto!”.

Un nuevo amanecer, una nueva junta directiva

El martes 31 de mayo para muchos era un día normal más. Antes de las 6:00 de la mañana el sol comenzó a despuntar sobre las colinas más allá de la creciente del río que dejó el diluvio de la noche anterior. Los primeros negocios en la zona comercial, la calle principal del corregimiento, comienzan a abrir sus puertas. El olor a tinto con aguapanela se confunde entre casa y casa. Niños pequeños intentan saltar de roca en roca para esquivar los charcos en las empedradas calles y evitar que se ensucien los zapatos negros que hacen parte de su uniforme. Con ese olor que deja la lluvia a su paso por la vegetación y con el canto de cientos de aves de múltiples colores, el auditorio comienza a llenarse de nuevo para el segundo día de la Asamblea.

Ahora sí a lo que vinimos: se hace una breve presentación por parte de los asistentes a la asamblea como invitados especiales. Los presidentes de asociaciones campesinas hermanas en Córdoba y Antioquia (Asodecas y Asocbac), representantes de organizaciones sociales de Montería y Sincelejo (Movice y Cordobexia), abogados, defensores de derechos humanos, periodistas... nadie quiere perderse la oportunidad de hacer parte de esta historia. Un saludo por parte de quienes conforman la saliente junta directiva de Ascsucor y el nombramiento de quienes serán el presidente y la secretaria ad. hoc. para los comicios; así como la designación del comité de garantes y de los jurados que velarán por la transparencia en las elecciones.

Un ejemplo de verdadera democracia viene desde un humilde origen. Campesinos, afrodescendientes e indígenas del sur de Córdoba le enseñan a todo el país cómo se viven unas elecciones sin clientelismo, sin corrupción, sin compra de votos, sin fraudes. En unas pocas horas se logra la postulación de tres planchas desde diferentes regiones que conforman a Asociación, la presentación de quienes componen estas planchas y finalmente las votaciones mediante voto secreto en urnas cerradas bajo la vigilancia del comité de garantes en uno de los salones de la institución educativa. Un último llamado desde la tarima principal para quienes aún no habían ejercido su derecho al voto, las urnas se cierran. Tras unos minutos para contar y recontar los votos, por fin los profesores que hacían las veces de escrutadores, comunican en medio de aplausos el abrumador resultado: la plancha número uno arrasó en las votaciones. Ratificando la confianza de los asociados en sus dirigentes, salen al frente Francisco Ozuna como nuevo presidente de la Asociación Campesina del sur de Córdoba, Over Pila como vicepresidente, Jorge Ricardo como fiscal, Jaime Fabra como tesorero y Yerlys Gallego como secretaria.

Con la satisfacción del deber cumplido, algunos deben regresar a sus veredas y tomar camino incluso durante dos días hasta llegar a sus hogares para compartir con sus familiares y vecinos las buenas nuevas, la noticia que muchos están esperando: la nueva junta directiva de Ascsucor. Otros pueden tomarse un espacio para festejar y hacer parte de la caseta popular que la asociación tenía planeada para sus miembros y para todo el corregimiento. Al son de vallenato, porro y cumbia, se ameniza la noche con el grupo de Yury Rhenals, las notas del acordeón sacan a flote las historias de la sabana.

Lentamente el corregimiento de Juan José vuelve a normalidad. Niños, jóvenes, hombres, mujeres, ancianos y hasta los perros regresan a sus tareas habituales. Cuatro hombres y una mujer retornan también a sus hogares, pero ahora con un gran peso sobre sus hombros: hacen parte de la nueva junta directiva de Ascsucor y tendrán para los próximos años la responsabilidad de dirigir a su asociación y a las comunidades campesinas de cara a la nueva etapa de pos-acuerdos que estamos próximos a iniciar. Serán los encargados de recorrer cada una de las veredas del sur de Córdoba para recoger las inquietudes y propuestas para el desarrollo de la región y serán reconocidos en cada lugar que lleguen como sus voceros y representantes. Recuerdan estos hombres y esta mujer de nuevo las notas Leandro Díaz cuando dice: (...) “Es elegante, todos la admiran. Y en su tierra tiene fama. Cuando Matilde camina. Hasta sonríe la sabana” Cuando la Ascsucor camina, hasta sonríe la sabana.