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Abya Yala
Edison Peralta Gonzalez / Domingo 10 de julio de 2016
 

Hace más de 500 años comenzaron a matarte, hurtar el nombre de Popol Vuh para ocultar el grito de la historia y la voz de la muerte en el boscaje.
Yo soy de la estirpe inmortal de los Cuindes y Gualíes atascada en la geometría de los signos, testigo mudo del invasor y la caterva que aún pervive en mi espíritu rebelde.
¿Cómo desguazar ese amo que campea intenso en el borde de mi cerebro ignaro y atreverme a desafiar la miseria de los dioses?
¡Oh!, brazo partido de Abya Yala si hoy te atreves a silenciar los chopos que entronizaron tu venganza y deshabitar tu cuerpo mordido por la lluvia, ¿qué hacer con ese monstruo infinito que legisla, amenaza y te muestra los dientes mientras firmas?
De tantos bandidos invasores no sé cuántos inmolaron la utopía de la fronda.
Oscuros estancieros de la cruz, saqueadores del oro, el agua y las raíces, tiranos grotescos, colonizadores modernos de conciencias. Cabrones de facto, energúmenos dioses despojadores de la tierra, engendros de Atila, malhechores del cielo y la tierra.
¿Qué otra cosa? Malditas piltrafas de la historia.