Asociación Campesina del Catatumbo
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La Asociación Campesina del Catatumbo reafirma su voluntad de construir la paz con justicia social
Asociación Campesina del Catatumbo - Ascamcat / Viernes 12 de agosto de 2016
 

En la vereda La India, jurisdicción del municipio de Tibú, se realizó durante los días 3 al 10 de agosto, el balance organizativo de la Asociación Campesina del Catatumbo. En este espacio también se llevo a cabo la escuela de formación Mártires del Catatumbo, que contó con al presencia de líderes y lideresas de la región, la junta directiva y los equipos de apoyo de campo que realizan habitualmente análisis de coyuntura política regional, nacional e internacional. Este escenario sirvió para hacer el balance de las actividades realizadas en cumplimiento de los planes de trabajo de la Asociación. Así mismo, actualizamos nuestra lista de quehaceres con el fin de incluir nuevas tareas que permitan responder a los retos de la dinámica política.

En esta jornada hemos discutido la importancia de este momento histórico en el cuál se están gestando transformaciones positivas para la vida de todos los colombianos. Especialmente vemos con optimismo los avances en el proceso de paz de La Habana con las FARC-EP. Este proceso brinda un ánimo renovado a quienes anhelamos un Catatumbo próspero y en paz, donde los conflictos sociales, ambientales y políticos se puedan tramitar por medio de la política sin tener que recurrir al uso de la violencia; y como muestra de este importante avance y compromiso de voluntad, lo vemos reflejado en lo que se denomina la Zonas Veredales Transitorias de Normalización, en búsqueda de caminos que conduzcan a la solución política. Esta será ubicada en la vereda Caño Indio dentro de la Zona de Reserva Campesina, que fue constituida de hecho por la Asociación de la mano de aquellos compañeros y compañeras, que buscan fortalecer el progreso de la región construyendo la verdadera paz con justicia social. Al mismo tiempo nos alegramos de los acercamientos entre el gobierno nacional y la guerrilla del ELN mediante la mesa exploratoria establecida con esta organización, del mismo modo, deseamos que se puedan abrir espacios de diálogo con el EPL para que podamos garantizar que este proceso de paz sea completo, permanente y duradero.

Sin embargo, no todo es positivo. Dentro de este balance hemos identificado que el gobierno nacional ha implementado estrategias que buscan obstaculizar el derecho del campesinado a organizarse por medio de iniciativas propias. Para tal fin, el ejecutivo ha bloqueado la atención institucional a nuestras demandas, buscando con ello desincentivar la vinculación de campesinos a nuestra organización. Los agentes del Estado se niegan a atender las solicitudes del campesinado, creyendo que con esto pueden hacerle creer a la gente que la movilización no sirve para obtener soluciones eficaces a los problemas sociales que han aquejado la región; la táctica dilatoria del gobierno Santos en la Mesa de Interlocución y Acuerdo del Catatumbo ha sido, más que una simple falta de voluntad política, una estrategia para restarle quitarle credibilidad a organizaciones como la nuestra.

Tal ha sido el proceder del gobierno en el tema de sustitución de cultivos de coca en la región. Allí el gobierno, más que desidia, ha mostrado que quiere excluir a nuestra organización del proceso de formulación de la política pública que responda a este asunto. Lamentablemente los delegados del gobierno nacional han preferido que se bloquee la respuesta institucional a este problema, que aumenten los cultivos de coca y que se agudicen los problemas sociales que esto conlleva, antes que abrir espacios efectivos de participación política a los campesinos y campesinas representados por nuestra organización.

La segunda parte de esta estrategia gubernamental se enfoca en fomentar la creación de organizaciones sociales paralelas que, auspiciadas por agentes de seguridad del estado, buscan distraer al campesinado de la reivindicación de una transformación profunda en la estructura política y económica del país. Al contrario, estas organizaciones clonadas proponen débiles iniciativas asistencialistas con las que crean falsas expectativas al interior de las comunidades, mientras legitiman la expansión de los monocultivos y, en general, del modelo económico neoliberal que sumió al campesinado colombiano en la pobreza. Un ejemplo de ello se encuentra en la Resolución 3080 de 2016, donde como parte de una supuesta estrategia de lucha contra el narcotráfico, el Ministerio de Defensa en lugar de perseguir las redes financieras que garantizan las millonarias ganancias del narcotraficantes transnacionales, se enfoca en evitar la movilización campesina que se opone a la erradicación violenta de los cultivos de coca. En esta resolución, se orienta a los agentes del Ministerio de Defensa la creación de organizaciones campesinas que suplanten los procesos organizativos que se oponen a las agendas políticas y económicas del establecimiento.

Estas organizaciones artificiales promovidas como parte de la estrategia militar contra el campesinado, son un medio para capturar recursos destinados al desarrollo de los acuerdos de paz. Con estas estructuras, los políticos tradicionales esperan renovar sus clientelas políticas bajo la supervisión ideológica de la doctrina militar norteamericana. Ante el repunte de los procesos organizativos en la región, el gobierno pretende neutralizar la movilización popular abriendo el flujo de recursos a sus organizaciones fraudulentas, mientras cierra la puerta al diálogo directo con las comunidades.

Otra de esas estrategias que hemos diagnosticado se articula en los llamadas Zonas de Interés de Desarrollo Rural Económica y Social (ZIDRES) que representan un peligro para el agro colombiano y específicamente para el campesinado de nuestra región. Esto se asevera por el anuncio del gobierno nacional de promover esta figura en la región, toda vez que el propósito de la misma desconoce los derechos del campesinado y tiene por objetivo promover un modelo económico tan excluyente y tan depredador del ambiente como el del monocultivo de palma aceitera; la decisión unilateral del Ministerio de Agricultura de promover esta figura en la región demuestra el desconocimiento de las propuestas planteadas por la Asociación campesina del Catatumbo como por ejemplo la constitución de la Zona de Reserva Campesina, figura que permite generar las condiciones necesarias en materia económica para el goce de los derechos campesinos.

En este sentido, y como reacción a éste diagnóstico, los aquí reunidos declaramos que ante esta apuesta de clonación del movimiento popular en la región y la imposición de nuevas medidas de desarrollo rural económico, redoblaremos nuestros esfuerzos para seguir fortaleciendo los procesos organizativos del campesinado, pues entendemos que la mejor manera de hacer frente al difícil reto de construir paz con justicia social es a través de la participación directa de la gente en todas las decisiones que puedan afectarle. La orientación del Ministerio de Defensa para crear organizaciones campesinas dóciles y complacientes niega la posibilidad de ejercer democracia y gobernanza genuina, al tiempo que corrompe la legitimación constitucional de las fuerzas militares.

Por ultimo, reiteramos el llamado al gobierno nacional y a la comisión de garantes convocar de manera urgente la MIA Catatumbo con el fin de dar avance a este espacio de participación y darle agilidad a los demás puntos del pliego.