“Los primeros en el trabajo. Los primeros en el estudio. Los primeros en la defensa del país” (Ernesto Guevara), ese es el reto que tenemos los jóvenes en este momento histórico para el pueblo colombiano.

La defensa del país es un objetivo primordial que tiene el pueblo colombiano, pero también es un deber de los jóvenes. Desde el inicio de los diálogos entre las Farc-EP y el Gobierno Nacional, hasta la firma definitiva del acuerdo de paz; los jóvenes han trabajado, estudiado y dedicado tiempo para que el sueño de paz y de una Colombia Nueva sea una realidad; la juventud continúa firme con ese loable anhelo. No renuncia, ni renunciará jamás a la tarea de contribuir en la construcción de una paz estable y duradera, y lograr el fin de la guerra.

Durante décadas la guerra ha dejado millones de víctimas y millares de muertos sobre el suelo patrio. El exterminio político de la Unión Patriótica, la persecución, amenazas y estigmatización por razones políticas, son el lastre de la horrible noche que ha padecido Colombia y los jóvenes no quieren que siga siendo el presente ni mucho menos el futuro de la generación actual de y las venideras.

Se rechaza rotundamente las recientes amenazas y atentados contra líderes y dirigentes juveniles, así como los asesinatos de los líderes populares de Marcha Patriótica. En este sentido, se manifiesta el temor frente al ejercicio político como organización juvenil que desarrolla trabajo en Barrancabermeja y el Magdalena Medio. En repetidas ocasiones Juventud Rebelde Magdalena Medio ha sido objeto de amenazas directas contra miembros de la organización y contra el proceso como tal.

Ante el nuevo panfleto que circuló por las calles de la ciudad y que llegó a las casas y oficinas de los integrantes de las diferentes organizaciones sociales -entre ellas Juventud Rebelde- declarando objetivo militar a Melkin Castrillón, secretario nacional de DDHH; la organización considera que está en alto riesgo para ejercer su deber histórico de contribuir a la construcción de la paz. Está en riesgo la vida y la integridad de los jóvenes que luchan por un mejor mañana y una Colombia Nueva.

La juventud no quiere más derramamiento de sangre, el gobierno de Juan Manuel Santos debe brindar las garantías de seguridad a quienes realizan trabajo político y de defensa de los derechos de los jóvenes, debe desmantelar eficazmente las estructuras paramilitares que están detrás del clima de zozobra y terror que rodea a las organizaciones sociales.

Es por todo esto que los jóvenes de Barrancabermeja y el Magdalena Medio se resisten a la guerra y a la muerte; se declaran rebeldes ante las imposiciones de los violentos, los enemigos de la paz. Juventud Rebelde quiere ser la primera en el trabajo por la paz, la primera en el estudio para el cambio y la primera en la defensa de la vida y la dignidad humana.