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Siguen entrando paramilitares al Chocó
Agencia Prensa Rural / Miércoles 25 de enero de 2017
 
Cacarica, Chocó

Desde ayer se prendieron de nuevo las alarmas en el Chocó por la llegada de grupos paramilitares.

La Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, quien recibe las denuncias de los Consejos Comunitarios envió un comunicado expresando que: “inicialmente dos hombres vestidos de civil, a eso de la una de la tarde llegaron al caserío Travesía, Cacarica, sobre el río Atrato, solicitando dos embarcaciones para transportar a integrantes de las autodefensas gaitanistas.

Horas después, según un poblador, cerca de 200 armados, vestidos de camuflado se ubicaron desde las cinco de la tarde en un punto conocido como Batatilla, a dos horas a pie de caserío de la comunidad de Bijao, territorio colectivo de Cacarica”.

Dieciocho integrantes del Consejo Comunitario de Bijao de Cacarica se han desplazado a la zona humanitaria Nueva Esperanza en Dios, por temor a una agresión.

Las primeras medidas que toman los Consejos Comunitarios es convocar reuniones con las comunidades “para que todos tengan el pleno conocimiento y así buscar estrategias para no dispersarnos mucho y lo segundo dar a conocer la situación a medida como vaya transcurriendo”, dice uno de los líderes de la región.

Hoy, algunos Consejos junto con comunidad, Defensoría del Pueblo y el Acnur, están haciendo un recorrido por la geografía del territorio colectivo para verificar las irregularidades. Debido a las denuncias que ha enviado la Comisión Intereclesial, cuenta la comunidad que la Fuerza Aérea ha realizado sobrevuelos por la zona, lo que también representa un peligro por los enfrentamientos que se puedan dar.

La gente en el Chocó sabe del interés de estos grupos paramilitares de apoderarse de una zona que ha estado protegida por la misma población y por las guerrillas. “Desde el 97 que nos desplazaron a todos, han querido tomar el control territorial, humano, político y económico. Sabemos que sus pretensiones no las han dejado”.

Otra estrategia que tiene la comunidad para defenderse y no dejar que su territorio sea arrebatado es “tener hermanamiento a nivel nacional e internacional y pues el sistema organizativo que hemos tenido nos ha permitido tener una buena resistencia desde las comunidades”.

El Estado es conocedor de la situación, pues las alertas las han hecho, sin embargo no ven que éste se apropie responsablemente de lo que está sucediendo en el Chocó.

Las comunidades de Bojayá, Consejo Comunitario de la cuenca del río Cacarica y la organización Cavida denuncian el aumento de pie de fuerza y accionar paramilitar en la región del Atrato. Tienen una lista de cómo han estado entrando estos hombres a la región y en qué lugares se están quedando.

Riosucio: Casco urbano, Belén de Bajirá, La Coquera, vereda San José de Balsa, con la presencia de más de 400 hombres armados y uniformados.

Bahía Solano: Casco urbano y Playa Guaca con más de 200 hombres armados y uniformados.

Carmen del Darién: Corregimiento de Brisas, cuencas de los ríos Curvaradó, y Juguamiandó, las Menas

Vigía del fuerte: Casco urbano

Bojayá está amenazado por un movimiento de tropas paramilitares ubicadas en Playa Guaca perteneciente al municipio de Bahía Solano. Ya la comunidad indígena Nuevo Olivo, ubicada en el río Uva, afluente del río Bojayá, vecina de Playa Guaca se desplazó en su totalidad.

Y agregan en el comunicado que “los atropellos a la población como amenazas, control social, extorsión, retenes ilegales y asesinatos y diversas violaciones a los derechos humanos individuales y colectivos de las comunidades, se realizan con la clara complicidad de autoridades locales y regionales, civiles y militares, pues se ubican cerca de puestos de control de la fuerza pública y circulan libremente en pleno día, en vehículos reconocidos sin que nadie parezca verlos”.