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Cultivadores de coca, marihuana y amapola listos para la implementación
Agencia Prensa Rural / Lunes 30 de enero de 2017
 

Comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes cultivadoras y trabajadoras de la coca, marihuana y amapola, se dieron cita en Popayán los días 27 y 28 de enero de 2017 con el propósito de construir una ruta conjunta para la implementación del punto 4 del acuerdo de paz entre las Farc-EP y el Gobierno Nacional.

La jornada, que se desarrolló bajo el lema “Somos colombianos, trabajadores como tú”, contó con la participación de 800 delegados de los departamentos más afectados por el abandono estatal y el conflicto social y armado, divididos en cinco regiones: Nororiente (Santander, Norte de Santander y sur de Bolívar); Noroccidente (Antioquia, Risaralda, Quindío y Córdoba); Sur (Tolima, Huila, Putumayo, Caquetá, la Bota Caucana y región de Sucumbíos); Suroccidente (Cauca, Nariño y Valle del Cauca) y Oriente (Meta, Guaviare y Arauca).

La Coccam es un proyecto organizativo que lleva más de tres años en construcción y que hoy cuenta con cerca de mil comités veredales que constituyen las coordinaciones municipales; sin embargo esta fue la primera asamblea deliberativa que definió su representación en cinco delegados nacionales para hacer parte del componente tripartito en el “Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito” PNIS.

La ruta de implementación construida por las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes que hacen parte de la Coccam se proyecta a cuatro años en tres fases: alistamiento, con seis meses para la creación de los PNIS; tránsito, con 18 meses para el diseño de la implementación; y afianzamiento a dos años en los cuales las comunidades fortalecerán su economía propia a partir de las iniciativas puestas en marcha durante los dos años anteriores.

Esta ruta se construyó también a partir de cuatro ejes temáticos: organizativo, relacionamiento interinstitucional, técnico (equipos y asesorías) y sustitución y producción. La Coccam le insiste al Gobierno Nacional que “las medidas de seguridad y protección para las comunidades son una condición para el éxito de la sustitución y favorecen los compromisos de no resiembra. Para lo que es urgente avanzar en el desmantelamiento de los grupos paramilitares y otras estructuras criminales como está acordado.” [1]

Por su parte, las mujeres cultivadoras y trabajadoras de la coca, marihuana y amapola de todo el país exigen “una solución integral y diferenciada al problema de las drogas ilícitas que sea sostenible en el tiempo y que contribuya a la recuperación y fortalecimiento de la identidad y la cultura campesina y étnica” e insisten en que “no se limite a cuotas femeninas en los puestos de representación, sino que se avance hacia un equilibrio en la dirección de las organizaciones. [2]

A este encuentro asistieron delegados del Gobierno Nacional, de las Farc-EP y organizaciones internacionales, quienes saludaron el acompañamiento de la Coccam al proceso de paz y su compromiso con la implementación. Así mismo, acogieron la iniciativa de las comunidades para la sustitución gradual y concertada de los cultivos declarados de uso ilícito.

La asamblea finalizó con una masiva movilización por las calles de Popayán. Más de 5.000 indígenas, campesinos y afrodescendientes marcharon para recordarle al país que no son criminales y que su trabajo, alrededor de estos cultivos, es la única forma de sustento que encontraron millones de personas a raíz del abandono estatal sufrido por décadas en los territorios.

Así, estas comunidades reiteran su compromiso con la sustitución gradual y concertada de los cultivos de uso ilícito, reconociendo que el uso ancestral de estas plantas no debe ser para enriquecer al narcotráfico y que se necesita de todos para fortalecer la economía propia del país.