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“El fallo de la Corte no es jurídico, es político”
Entrevista con Héctor Orlando Zambrano, ex candidato a la gobernación del Tolima por el Polo Democrático Alternativo
Nelson Lombana Silva / Sábado 27 de mayo de 2017
 

Héctor Orlando Zambrano, ex candidato a la gobernación del Tolima por el Polo Democrático Alternativo, accedió hablar con la página web www.pacocol.org y el blog http://nelsonlombanasilva.blogspot.com.co/ sobre temas nodales del momento como la unidad de la izquierda, el proceso de paz y la decisión tomada últimamente por la Corte Constitucional sacrificando la vía rápida y, en consecuencia, colocando en entredicho el proceso de implementación de lo acordado en La Habana entre las FARC-EP y el Gobierno nacional.

Habla sin pelos en la lengua. Destaca que lo fundamental en el momento es el tema de la paz. En ese sentido, señala que es urgente la unidad de la izquierda y más allá de ella con sectores de derecha que estén por la implementación de los acuerdos de paz, como única forma real de cerrarle el paso a los violentos liderados por el Centro Democrático y su cabecilla máximo, Álvaro Uribe Vélez.

Indica que su tendencia Polo Paz se irá próximamente de este proyecto de izquierda que tantas expectativas generó en Colombia, según indica por el dogmatismo del MOIR y su principal vocero Jorge Enrique Robledo. Sin embargo, señala la necesidad de insistir y persistir en la unidad de cara al proceso de paz y al debate electoral de 2018. Hay que elegir un presidente amigo de la paz, un Congreso amigo de la paz y juntas de acción comunal amigas de la paz.

Acerca de la decisión de la Corte Constitucional sobre la vía rápida en el marco del proceso de paz, el doctor Héctor Orlando Zambrano señaló enfáticamente que fue un fallo político y no jurídico, que lo anunció Álvaro Uribe Vélez con antelación. “El fallo de la Corte no es jurídico, es político y lo anunció antes que saliera Álvaro Uribe Vélez”, subrayó.

Dijo que el movimiento guerrillero viene cumpliendo lo acordado, pero el Gobierno no. Denunció la presencia del paramilitarismo en el Tolima, especialmente en la parte norte y en el sur. Se mueve como Pedro por su casa en el país. Dijo que son vox pópuli planes de asesinato a los líderes de las FARC una vez entreguen las armas y se reintegren a la vida civil. Por eso es fundamental la unidad para que la paz sea una realidad en Colombia.

Hace un llamado a persistir en la unidad, a sobreponer la paz por encima de cualquier otra consideración y buscar un verdadero frente capaz de detener a los amigos de la violencia.

El reportaje completo es el siguiente:

—¿Qué pasó con el Polo Democrático Alternativo? Le pregunto esto por la decisión de Clara López Obregón de abandonar estas toldas.

—Creo que lo que pasa con el Polo es que entra en una crisis por efecto de la táctica política. En el Polo había tendencias y las tendencias tenían una organización política que era la que los dirigía. De tal manera que cuando las decisiones de los congresos del Polo iban en contravía de las orientaciones tácticas, políticas de cada tendencia se entraba en un choque, en un conflicto.

Entonces, el Polo poco a poco se va desmembrando porque no se supieron manejar las contradicciones al interior. Eso sucedió con Lucho Garzón, con Petro, con el Partido Comunista, con los senadores Avellaneda y los demás que salieron y ahora con la tendencia de Clara López.

¿Qué es lo que hace crisis? Hay un sentimiento generalizado que lo apoya la izquierda en general, que es lograr un proceso de paz. Un proceso de paz que tiene que tener un principio y tiene que tener un fin. El principio son los acuerdos entre los sectores armados y el Estado colombiano a través del Gobierno, y el fin lograr una paz estable, permanente y duradera.

Pero hay organizaciones políticas de izquierda que reducen la paz única y exclusivamente al desarme. ¿La equivocación en qué consiste? El desarme de una organización armada guerrillera en Colombia es ponerle fin a una guerra; pero ponerle fin a una guerra no quiere decir que ya se consiguió la paz, la paz hay que construirla.

El no entendimiento de este problema y de este tema hace que entre en crisis la táctica política del Polo como partido y de organizaciones que al interior del Polo no comprenden el alcance lo que significa terminar la guerra e iniciar la construcción del proceso de paz.

Eso es lo que ha sucedido en el Polo. Nosotros aprobamos en el Cuarto Congreso una política a favor de luchar por la paz durante muchos años, toda la izquierda en su conjunto estuvo diciendo: abogamos por una solución política del conflicto armado.

Aquí ha habido experiencias de grupos armados que se reinsertaron a la vida civil y pusieron fin a la guerra. Eso no es la paz. Eso sucedió con el M-19, con el Quintín Lame, con el PRT, con el EPL, que entregaron las armas y se insertaron a la vida civil.

Lo nuevo de este proceso es que se logra un acuerdo entre las FARC y el Gobierno con base en los acuerdos de Ginebra, porque los acuerdos de Ginebra, en su artículo tercero, señalan que es posible hacer un acuerdo entre una organización armada que está luchando por el poder y el Estado colombiano.

Esos acuerdos tienen un procedimiento, tienen unos protocolos, y cuando se consiguió el acuerdo se llevó a la secretaría general de la ONU y se entregó en Suiza para que fuera conocido y se entregara como un complemento del desarrollo de los acuerdos de Ginebra.

Es decir, estamos frente a un acuerdo que obliga a las partes, obliga al Estado y obliga a la organización guerrillera que lo promovió. Esto es la primera vez que se logra en la historia republicana de Colombia. Nunca antes en la historia nuestra se había logrado firmar un acuerdo con un alcance de carácter internacional que obligara a las dos partes.

Entonces, cuando esto se logra, se pone fin a la guerra. Y fíjese usted que desde cuando se firmó el cese al fuego bilateral y definitivo y cuando se firmó el acuerdo hasta la fecha, no se ha vuelto a presentarse sectores de las Fuerzas Armadas de las Fuerzas Militares, de la Policía, de la Armada Nacional, etc., no se han vuelto a presentar muertos ni heridos por ataques de la organización que hizo el acuerdo con el Gobierno. Es decir, con eso se comprueba que sí es posible terminar la guerra.

—Excúsame, el tema del proceso de paz es importante y me gustaría que lo analizáramos más adelante. Insistamos sobre el Polo. Se entendía que era una confluencia de fuerzas con sus propias dinámicas, con su propia plataforma, etc. Había unos puntos en común. ¿Qué pasó? ¿No hubo grandeza para mantener la unidad? ¿Qué pasó con esos puntos comunes llamado ideario de unidad? ¿Qué pasó realmente, según su criterio?

—Lo que sucede es la crisis de la táctica política. Quién no comprende lo que sucede con el acuerdo firmado es el MOIR, por una razón sencilla, por su ideología política que es de derecha. ¿Por qué? Para ellos, aún en estos momentos, el enemigo a nivel internacional sigue siendo la Unión Soviética, para nosotros son los Estados Unidos; para ellos el enemigo interno son las FARC, el Partido Comunista, la UP, Marcha Patriótica, porque los coloca como agentes de la Unión Soviética, de Cuba, de Venezuela, de Nicaragua; para nosotros no: el enemigo interno es la oligarquía liberal-conservadora, las clases que nos han venido dominando, las familias que han venido usufructuando el poder. Esos son los enemigos internos nuestros.

Entonces ellos reducen el tema de la paz a la dejación de armas y con eso se dan ya por satisfechos porque para ellos que las FARC entregaran las armas o entreguen las armas es una victoria política, lejos de que sea la política aprobada por el Polo en los congresos a través de su ideario de unidad, a través de sus propuestas políticas sobre paz y sobre construcción de una nueva sociedad.

Entonces, cuando eso se presenta hace crisis. El congreso del Polo aprueba una política totalmente distinta a la política del MOIR. El MOIR al otro día de realizarse el Congreso empieza a jugar a romper el Polo. Y comienza a trabajar una política que lo lleva finalmente a que de manera irregular, ilegal, antiestatutaria, deciden que Jorge Enrique Robledo es candidato presidencial. Por supuesto que nosotros no vamos a votar por Robledo.

Pero, ¿para qué sacan la candidatura presidencial? Para quitarle unos votos a un bloque de convergencia que se está conformando, dejar la constancia histórica, y luego, mediante la figura del voto en blanco o cualquier otra decisión que tomen en ese sentido, dejan en libertad a la gente y votarían en la segunda vuelta por el candidato uribista.

Ellos son enemigos de construir un proceso de paz que implique y parta del cumplimiento de los acuerdos que se firmaron en La Habana y se ratificaron en Cartagena de Indias.

De tal manera que la táctica política es totalmente encontrada y lo que hace crisis dentro del Polo es eso. Ellos lograron que personas importantes como el renegado Dusán, como el señor renegado Borja, el señor renegado Bula, el señor Cepeda, en este momento, están en una coalición y tienen una mayoría espuria en el comité ejecutivo, porque el Congreso lo ganó limpiamente el sector que aglutinaba Clara López Obregón.

Los acuerdos eran otros. En este momento, entonces, la situación ha dado un giro muy importante, muy necesario en cierto sentido. De una crisis como la que se vivió en el Polo, pasamos a una posibilidad política muy importante que yo creo que nos va a llevar a comprender que es posible que las fuerzas de izquierda nos unifiquemos alrededor de los siguientes temas:

Primero, nosotros necesitamos construir entre las fuerzas de izquierda y de la derecha un bloque de defienda la paz, un bloque que lleve a la presidencia de la república un presidente amigo de la paz, que desarrolle los acuerdos, que implemente los acuerdos y que en un término de 20 años construyendo paz tener una Colombia en paz estable, permanente y duradera. ¿Quiénes entrarían a hacer una convergencia? Entrarían las fuerzas de izquierda, por supuesto que el MOIR no va a entrar, por supuesto que Uribe no va a entrar, por supuesto que las iglesias cristianas pro uribistas no van a entrar, pero ellos sumados todos son una minoría.

Nosotros podemos construir una propuesta mayoritaria entre las fuerzas de izquierda y sectores de la derecha que quieren y entienden la necesidad de la paz, como el Partido Liberal, como la U, como sectores conservadores, sectores de Cambio Radical, sectores independientes, fuerzas sociales y alternativas que existen en Colombia y en esa tarea estamos comprometidos todos los que hemos entendido el peligro y el riesgo que se corre si llega a triunfar la propuesta del enemigo número uno de la paz, que es Álvaro Uribe Vélez, cuando ya quitada la careta que tuvieron durante el proceso del plebiscito en el que decían que ellos sí estaban por hacerle unas modificaciones al acuerdo y que ellos eran amigos de la paz, eso lo dijeron para engañar al pueblo colombiano como lo hicieron, pero en este momento esa careta y ese disfraz se ha caído y hoy lo que ellos emblemáticamente ya han dicho es que quieren terminar el acuerdo, romper el maldito acuerdo, hacerlo trizas y lanzar otra vez al pueblo colombiano a una guerra. Eso no lo podemos permitir.

—Siguiendo con el tema del Polo. ¿Podríamos decir entonces que el Polo ha muerto? Es decir, ¿el Polo hoy es MOIR?

—El Polo se redujo al MOIR, porque Dusán y Borja no tienen estructura y Bula tampoco. Son unos zombis políticos, están al vaivén de donde suene la flauta, pero no más. Los que tienen estructura son los del MOIR. Pero eso va a ser insuficiente en la próxima campaña electoral de Congreso.

Por eso el MOIR está rogándole al presidente de la república que por favor le reconozca las curules que ellos tienen, así como las reconocieron a las FARC para dejarlos en igualdad de condiciones. Pero es que el MOIR está con la ultraderecha, ellos tienen acuerdos con la ultraderecha. Nosotros sacamos un documento,las andanzas del MOIR con la extrema derecha en Colombia, en donde demostramos todo lo que ellos han venido haciendo.

El MOIR en la próxima campaña a senado y cámara no va a pasar el umbral. Eso es lamentable para el Polo como una organización política que fue una esperanza de los colombianos. Pero lo que se está construyendo es superior al Polo y es la única salida que tenemos los sectores de izquierda, los sectores de alternativos y los sectores que perteneciendo a partidos de la derecha entienden la necesidad de que Colombia no siga en un guerra, no nos volvamos a seguir matando y que podamos resolver eso mediante la implementación de los acuerdos a través de un presidente que respalde el proceso de paz.

—Según usted la postura del MOIR es cerrada. En esas condiciones concretas, ¿cómo ve el complejo camino de la unidad de la izquierda misma para ser opción de poder? ¿La ve muy distante, remota?

—Yo creo que lo bueno de todo este proceso de paz es que esto ha estado a punto de romperse varias veces, y tanto el Gobierno como las FARC han logrado resolver situaciones muy difíciles que se presentaron en el pasado.

Creo que la más difícil de todas fue cuando perdimos el plebiscito de la refrendación vía pueblo colombiano, gracias a las mentiras que ya se comprobaron de los sectores que ganaron el no.

Eso lo que mostró fue el talante, la voluntad real y política del pueblo colombiano de la paz. Cuando la gente se enteró que eso estaba a punto de hundirse, se realizaron todas las movilizaciones de masas que se hicieron la toma de la Plaza de Bolívar durante muchos días, tomas de plazas en los departamentos, movilización del sector estudiantil, de los sectores sindicales, de sectores políticos. Fue una lucha muy importante que permitió escuchar a los que ganaron con el no mediante trampa. Eso lo hizo el Gobierno. Y luego, la comprensión por parte de las FARC de la situación y permitir que lo que debería ser inmodificable se podía modificar y lo modificaron y se logró el acuerdo de Cartagena de Indias que es el que nos está rigiendo en estos momentos.

Ahora, ha aparecido la situación del fallo de la Corte Constitucional. Ese es un fallo político. Uribe lo anunció antes de que saliera. Mano de Uribe está metida ahí, eso es obvio.

Pero, ¿cuál fue el error que comete la Corte Constitucional? La Corte parte del principio de la tridivisión del poder. Es decir, en Colombia hay tres poderes: El Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, y que si se permite que el Congreso, que es el Legislativo, vote un proyecto que viene del Gobierno, en este caso referente al tema de la paz, a la consolidación de la paz, al cumplimiento del acuerdo de paz, al desarrollo de los acuerdos, a la creación de la infraestructura jurídica que permita desarrollar el acuerdo.

La Corte invoca la defensa de que existe una tridivisión del poder y que cada poder es independiente y autónomo y que no se puede permitir que en Congreso no se discuta, y resulta que a la Corte Constitucional se le olvida que, a manera de ejemplo, hay dos temas en los cuales el Congreso no puede mover ni poner una coma, ni un punto, si no es con el visto bueno del Gobierno: la ley de presupuesto y el plan nacional de desarrollo.

Fíjese que no es una experiencia nueva decirle al Congreso de la República que apruebe por vía rápida los temas referidos a la paz porque se le olvidó que la Constitución del 91 estableció la paz como un derecho y como un deber. Es decir, es una obligación del Estado, más cuando hay un acuerdo firmado que obliga al Estado a la luz de las normas de Viena de tener que cumplirlo y el Estado es la Corte Constitucional, y el Estado es el Congreso de la República y el Estado es el Gobierno nacional. Ellos tienen que cumplirlo. A la Corte se le olvidó la armonización entre los tres poderes que también lo ordena la Constitución.

Hoy no se puede decir que porque se está utilizando por vía rápida un tema acordado entre la guerrilla y el Gobierno, que es de obligatorio cumplimiento porque fue la Corte la que le dijo al Gobierno y a las FARC, mediante sentencia: ustedes pueden refrendar el acuerdo y el Congreso lo refrendó. Hoy la Corte, tenemos que reconocerlo, se equivocó de cabo a rabo en ese punto. Y uno entiende. No es una decisión jurídica, sino una decisión política. ¿Cómo la reversamos? Los únicos que la pueden reversar son dos partes: las FARC y el Gobierno nacional, si buscan fórmulas que permitan agilizar en el Congreso la salida de las normas que tienen que salir, y segundo, la movilización ciudadana.

Por eso es que nosotros tenemos que solamente qué movilizarnos a defender la paz, sino a crear un mecanismo que nos permita que el próximo gobierno sea amigo de la paz y el único mecanismo es elegir un presidente amigo de la paz. El único camino que tenemos es volver a colocar mayorías en el Congreso amigas de la paz, y para ello tenemos que trabajar. Y en el caso de nuestro departamento Tolima, es muy bueno que las fuerzas alternativas miremos la propuesta de que tengamos una lista unificada de Cámara para contribuir a que un representante sea amigo de la paz.

Y a nivel nacional, podamos conseguir una lista única de senado de los sectores alternativos y que junto con lo que saquen los liberales, los de la U, los conservadores amigos de la paz y fuerzas independientes amigos de la paz, podamos construir las mayorías en el Congreso que impidan que se retroceda en materia de implementación del acuerdo y que garanticemos, por el contrario, con un presidente de la paz y un Congreso amigo de la paz, que el acuerdo sí se va a cumplir y que podremos tener de aquí a 15 años resuelto, con un tema máximo de tiempo, resuelto el tema de la superación de la pobreza absoluta en el campo que implica inversión en la educación, inversión en salud, inversión en vivienda, inversión en vías, inversión en la productividad y el conocimiento de quiénes fueron los que se apropiaron de la tierra de manera irregular en Colombia.

Es decir, conocer la mafia que se apropió de la tierra. Ahí, vamos a encontrar al señor Uribe. Ese es el gran temor que hay. El segundo temor que ellos tienen es que en la reforma política se pueda resolver una situación que se está presentando ahora: “Yo te elijo y tú me devuelves la plata con contratos y con puestos”. Eso tenemos que acabarlo. Tiene que haber financiación de las campañas electorales por parte del Estado, tiene que haber votación a través de la vía electrónica, tenemos que superar la corrupción en el Estado haciendo reformas, teniendo estatuto de la oposición.

La mejor manera de luchar contra la corrupción es cumpliendo los acuerdos de paz, porque luchando contra la corrupción a través del acuerdo de paz conoceremos las mafias que se apoderaron del Estado, las mafias que se apoderaron de la tierra, las mafias que aprobaron la organización de grupos paramilitares, vamos a conocer cómo funcionaban, qué hacían, quién daba las órdenes, quiénes eran los que financiaban, quiénes eran los que dirigían, quiénes fueron los que se encargaron de realizar las masacres.

Eso lo vamos a conocer si logramos implementar la justicia transicional especial para la paz que está consagrada en los acuerdos. Vamos a acabar con los grupos paramilitares, vamos a acabar con la mafia del narcotráfico que permeó todos los estamentos del Estado. Esa es la forma concreta de luchar contra la corrupción, no simplemente decir: “Ya como firmaron, listo ya quedamos todos en pie de igualdad”. No, nosotros tenemos por primera vez en la historia de la república de Colombia la opción de luchar por una reforma democrática implementando los acuerdos, que son de obligatorio cumplimiento por el Estado, y a eso no podemos renunciar.

—Álvaro Uribe Vélez es guerrerista por excelencia, seguramente va a morir en su ley. El problema es un presidente tan desprestigiado, tan débil, tan vacilante y tan de poca palabra como es Juan Manuel Santos Calderón. He ahí el problema. El fallo de la Corte Constitucional es un golpe bajo, incluso ha sido tipificado como traición por parte del Estado, habida cuenta que la Corte es Estado. ¿Qué lectura hace usted sobre el particular?

—Por eso te dije: el fallo de la Corte no es jurídico, es político y lo anunció antes que saliera Álvaro Uribe Vélez. Luego blanco es, gallina lo pone y frito se come. Desde que Uribe Vélez siga actuando en la política colombiana, él va a seguir oponiéndose a la paz, porque él es el primero y mejor beneficiado de la guerra.

—Excúseme, entonces el problema real es Juan Manuel Santos con su posición tan ambivalente y ambigua. ¿No le parece?

—Santos también es neoliberal. Es que apoyar a Santos en el tema de la paz no significa que uno apoye las medidas económicas y políticas de Santos. Esa es una gran diferencia que hay. Nosotros cuando votamos por Santos por el tema de la paz, única y exclusivamente por eso, lo dijimos: Nosotros no compartimos la política económica y social de Santos, no la compartimos por una razón muy sencilla: porque él es neoliberal, pertenece a la oligarquía de este país, pero se la jugó con el proceso de paz, que a nuestro juicio es el tema fundamental de los colombianos en estos momentos y lo debe resolver.

Y como es fundamental, le apostamos a la paz, porque es que, a través de la construcción del proceso de paz, podemos resolver todos los demás problemas. Fíjese ahorita el paro del magisterio. El paro es una reivindicación justa, pero uno no puede compartir que el señor Robledo se pasee por todas partes, hablando contra el proceso de paz. Ahora se corea las consignas de que si hay plata para la guerrilla, debe haber plata para el magisterio.

Es decir, echándole la culpa a la guerrilla que tiene un proceso muy complicado en este momento, como si ella fuera la causante de que al magisterio se le incumplieran sus acuerdos económicos, olvidando que los que hoy critican ese proceso fueron los que iniciaron la política neoliberal en Colombia.

Andrés Pastrana Arango la inició con el acto legislativo número 01, le quitó nueve billones de pesos a la educación y a la salud, que fue la rebaja de las regalías que se dan a los departamentos y a los municipios. Luego, Uribe a 27 billones de pesos y Santos lo subió a 30 billones. Entonces, Uribe y Santos son igualitos. La única diferencia está en el tema de la paz.

Si uno vota por Santos por el tema de la paz, uno no puede hacerse la ilusión de que fue que ahora Santos se volvió amigo de las ideas no neoliberales. No, él sigue impulsando su política neoliberal.

Aquí lo que tenemos que entender es que la jugada política de Santos en materia del proceso de paz tiene unos propósitos, y las organizaciones guerrilleras que se van a beneficiar con el proceso de paz también tienen unos propósitos, y nosotros que no estuvimos con Santos en su política y que nos alejamos del tema de la lucha armada, tenemos que comprender la necesidad de que en este momento en que las FARC se van a convertir en un partido político legal, tenemos que buscar acercamientos con ellos, acercamientos con todos los sectores de izquierda que estén por la paz, acercamiento con las fuerzas alternativas y democráticas y acercamiento con fuerzas de derecha que estén de acuerdo con la paz, porque la paz es el primer problema fundamental.

La paz está por encima de todo, está por encima de la lucha contra el neoliberalismo. Así de concreto. Si no lo sabemos y no lo entendemos, nos equivocamos en la táctica política. Primero la paz, construyamos paz, que construyendo paz apocamos la política neoliberal. Y eso no lo vamos a vivir con el gobierno de Santos. Tenemos que jugárnosla toda para que en el 2018, que es cuando se va a iniciar en serio el tema de la construcción de la paz, podamos tener un presidente amigo del desarrollo de los acuerdos. Y eso para lograrlo implica lucha política, implica ganar las elecciones, porque está claro que si la guerrilla regresa a la vida civil, mediante un acuerdo de la naturaleza del que tenemos, tenemos que aprovechar este espacio.

No existe otra posibilidad en este momento. La única posibilidad legal que hay es la lucha electoral, el cumplimiento del acuerdo que es de obligatorio para el Estado y para la guerrilla. La guerrilla lo está cumpliendo, el Gobierno no le está cumpliendo. Las zonas veredales de transición y normalización no tienen toda la infraestructura necesaria, no han llegado todos contenedores, están en situaciones difíciles, los paramilitares se siguen conformando en todo el país.

Hoy tenemos paramilitares en el Tolima, todos sabemos dónde están. Todos lo sabemos dónde están en el Tolima: están en el norte, el centro, se pasean como Pedro por su casa por todo el país, están matando a los dirigentes sociales, sabemos que hay planes contra la guerrilla de las FARC tan pronto se reinserten a la vida civil.

O sea, estamos en unas dificultades que tendremos que saber superar si logramos que se desarrollen y se implementen los acuerdos de paz.

—Humberto de la Calle Lombana viene convocando al país a una confluencia de fuerzas alrededor de la paz. ¿Qué opina de esa iniciativa?

—Creo que es la única posibilidad que tenemos. Y no solamente Humberto de la Calle Lombana, están también Clara López Obregón y Piedad Córdoba. Hay varias personas. Está el sector de Fajardo, están los compañeros verdes, está Antonio Navarro, ya ha venido planteando unas posibilidades diferentes. El mismo Gustavo Petro ha dicho que hagamos una confluencia, una alianza para trabajar por la paz, contra la corrupción.

Todo eso es viable y es posible hacerlo. Necesitamos entender que en el momento actual es posible unificarnos alrededor de: elegir un presidente amigo de la paz, llevar congresistas amigos de la paz, en el Tolima y en las regiones elegir listas unificadas de Cámara para sacar un representante amigo de la paz. Luego vienen las elecciones regionales: necesitamos elegir gobernadores, alcaldes, diputados, concejales amigos de la paz. Necesitamos juntas de acción comunal amigos de la paz, porque lo que vamos a construir es poder popular a partir de la implementación de los acuerdos.

Imagínese que nosotros podamos vivir el proceso de que en las zonas campesinas para el Desarrollo Rural Integral, al contrario de lo que dice el MOIR, que es regresar al feudalismo, es fortalecer la producción familiar, de minifundios y la explotación de nuevas tierras de nuestro país para que podamos tener alimentación.

Si Colombia vuelve a producir alimentos, no tiene necesidad de importar. Eso va en contravía de la política neoliberal de los tratados de libre comercio. Imagínese que podamos construir poder popular creando organizaciones, cooperativas, asociaciones que viabilicen la comercialización de los productos, que puedan llegar a las grandes ciudades sin los intermediarios. Imagínese que les devuelvan la tierra a los campesinos que fueron sacados violentamente por la mafia que se apropió de la tierra. Imagínese que podamos entregarle tierra de la cual se ha apropiado la mafia de la tierra en zonas que son del territorio colombiano y que son de la nación, principalmente en los Llanos Orientales, etc.

Todo eso lo que implica es construcción de poder popular, que podamos tener acceso a una nueva forma de relacionarnos los colombianos. Por eso, el punto de partida de que dejemos el odio es básico, no podemos dejar pasar por alto que de la noche a la mañana, de manera fría y calculada, hoy nos estén diciendo que hay que romper, hacer trizas, el “maldito acuerdo” y lo dicen con tanta rabia que a veces se les cae la caja de dientes que tienen puesta, con tanta rabia que se olvidan que están frente a las cámaras de televisión y esa manera de sembrar odio nos lleva a muchas cosas negativas para el país.

La reconciliación y la manera de resolver conflictos en Colombia tiene que ser de acuerdo a como está planteada lo que se negoció entre el Estado colombiano y las FARC y lo que se va a negociar con el ELN.

—Finalmente, ¿sigue su tendencia en el Polo Democrático Alternativo? ¿Se retira? ¿Qué va a pasar?

—Nosotros estamos esperando que se desarrollen varios eventos: el Congreso de la UP, el Congreso de las FARC, a la cual amigos nuestros van a asistir en calidad de observadores; estamos esperando que se desarrolle el evento de los Verdes y luego se realizará la convención de Polo Paz, que es el sector que aglutina Clara López Obregón, para tomar una decisión.

Yo creo que la decisión va a ser simple y sencilla: Nos vamos a fusionar muy posiblemente con organizaciones políticas y vamos a pasar las cartas de retiro y de renuncia, no sin antes señalar que, independientemente que lo hayamos hecho ya, y estando aún dentro del Polo, nosotros desconocemos totalmente el comité ejecutivo por espurio, desconocemos y no votaremos jamás por Jorge Enrique Robledo, porque su candidatura es ilegal, antiestatutaria e ilegítima, es una maniobra para quitarle votos a la convergencia y les deseamos cristiana sepultura al Polo Democrático Alternativo, que es igual, única y exclusivamente al MOIR.