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Después de 20 años, Fiscalía afirma que masacre de Mapiripán fue crimen de lesa humanidad
Agencia Prensa Rural / Jueves 31 de agosto de 2017
 

Hace de 20 años, entre el 15 y 20 de julio de 1997, se perpetró la masacre de Mapiripan, Meta, por parte de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), quienes, por órdenes de paramilitares como Salvatore Mancuso y Raúl Emilio Hazbún, incursionaron con la ayuda de las fuerzas militares en esta población. Este hecho, entre otros, marca el despliegue nacional del proyecto paramilitar que llevaría a la fundación de las Autodefensas Unidas de Colombia.

Según el portal Verdad Abierta, en el año de 1997 se registraron más de mil masacres, despojos de tierras y desplazamientos de comunidades. “En abril de 1997, las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, las del Magdalena Medio y las de los Llanos Orientales se unieron para conformar las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

Carlos Castaño, jefe paramilitar y fundador de las AUC, logró de esta manera aglutinar a diversas organizaciones narcotraficantes y de delincuencia común, herederas del sicariato, en una organización de ultraderecha que tenía carácter contrainsurgente y fue la mano negra del Estado, en cuanto tuvo permanentes vínculos con funcionarios públicos, políticos y las fuerzas militares.

Este martes, 30 de agosto, a casi 12 años de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que condenaba al Estado colombiano por la masacre de Mapiripan y que fue ratificada por la Corte Constitucional, la Fiscalía la declaró como un crimen de lesa humanidad; con este hecho se garantiza que los crímenes no prescribirán al comprobarse que fue una acción contra la población civil.

Cabe resaltar que este acontecimiento coincide con la aprobación en la Cámara de Representantes de la prohibición al paramilitarismo, el pasado 29 de agosto, con una votación de 99 a favor contra 10. Esta acción se da en medio de la implementación del Acuerdo de paz con las FARC, vía fast track. Sin embargo, el reconocimiento de la masacre de Mapiripán como crimen de lesa humanidad y la proscripción del paramilitarismo llegan décadas después de su pico más alto.

La prohibición da luces jurídicas sobre el combate a las organizaciones paramilitares, o herederas de ellas, que en la actualidad buscan socavar el acuerdo de paz y su implementación.

En la actualidad, cientos de líderes sociales han sido asesinados por manos de los paramilitares, al igual que excombatientes de las FARC y sus familiares.