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Vincenç Fisas, director de la Escuela de Cultura y Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona:
Señales de ’humo blanco’ en la resolución del conflicto en Colombia
"Un cese de hostilidades debe ser recíproco, simultáneo, paralelo". "No entiendo por qué después de hablar durante tantos años de miles de secuestrados, ahora el Gobierno dice que ha hecho un balance y que son 125", asegura el profesor catalán
Agencia Prensa Rural / Martes 12 de mayo de 2009
 

Por su importancia reproducimos esta entrevista aparecida originalmente en El Tiempo. La titulación es de Prensa Rural.

El profesor español Vincenç Fisas estuvo en Colombia para la presentación del Anuario de Paz 2009, apoyado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Alcaldía Mayor de Bogotá.

Actualmente participa en el proceso de paz de Filipinas, el cual busca acercar a distintos grupos islámicos con el Estado, que es de tendencia cristiana. Esa lucha lleva más de 30 años y ha dejado alrededor de 70 mil muertos.

Fisas ha escrito más de 30 libros sobre cultura de paz, desarme y reconciliación. Es director de la Escuela de Cultura y Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona, y fue ganador del Premio Nacional de Derechos Humanos en España.

Habla con pasión de Colombia, país que lleva visitando desde hace varios años. Dice que la democracia en el país está profundamente contaminada por la corrupción y el clientelismo. Cree que el tema de la parapolítica es devastador. "Es un terremoto político", opina. El Tiempo habló con él.

¿Por qué ha dicho que ve señales de ’humo blanco’ en la resolución del conflicto en Colombia?

En primer lugar hay iniciativas como Colombianas y Colombianos por la Paz. Ese liderazgo, que considero positivo, de la senadora Piedad Córdoba para intentar resolver uno de los aspectos, no es el único, relacionado con el secuestro, ha conseguido liberaciones y hacer entender a las FARC -y lo han entendido perfectamente- que eso se debe terminar, y creo que va a terminar a corto plazo. Creo que en este año 2009 las FARC van a liberar a todas las personas que tienen secuestradas. No me extrañaría tampoco que el nuevo secretariado, que es mucho más sensible a ese tema y no le gusta para nada, va a terminar con esto ya.

Otro elemento es el cambio sustancial en los últimos comunicados de las FARC, se nota que están otras personas. La frecuencia de estos mensajes, el abrir un canal epistolar no sólo con Piedad Córdoba, sino con la comunidad indígena, y pedirles perdón a los indígenas y decirles que no se van a repetir las masacres e invitarlos al diálogo. Todo eso antes no sucedía.

Otra señal de humo importantísima: las FARC tenía algunos inamovibles que han desaparecido. Ya no piden el despeje como los 42 mil kilómetros del Caguán. Ya no piden Pradera y Florida. ¿Qué quiere decir eso? Si no interpretamos que hay señales, estamos cometiendo un gran error, porque estas señales están indicando, poquito a poco, que se está abriendo por primera vez en los últimos tiempos una ventana de oportunidad que permitiría iniciar un diálogo en lo político, que no digo que se vaya a terminar durante el actual mandato presidencial.

¿Cree que regionalmente hay un panorama favorable para la paz en Colombia?

Uno ve también la generosidad de tantos países de América Latina en el sentido de apoyar y abrir un diálogo y finalizar, al menos, el conflicto armado en Colombia. Es importante que tanto el presidente de Ecuador, Rafael Correa, como el de Venezuela, Hugo Chávez, especialmente este último, finalmente la han mandado un mensaje muy claro y le han dicho a las FARC que no pueden intervenir en su soberanía. Y no sólo eso. Chávez les ha dicho que se acabó el tiempo de las guerrillas y que Chávez diga eso es muy importante y muy fuerte. Se está en otro momento en el continente. América Latina ya no es el patio trasero de Estados Unidos. Obama ya está diciendo lo mismo: vamos a tener otra relación y Obama se va a comprometer a la resolución del conflicto en Colombia. Estoy absolutamente seguro.

¿En qué sustenta esa afirmación?

Porque Obama, que tiene frentes mucho más complicados que la relación con Colombia, está lanzando mensajes al mundo musulmán para rebajar la tensión en Afganistán y en Iraq, y para reconocer el daño que ha hecho Estados Unidos en el mundo actuando como imperio. Esa actitud humana y de reconocimiento de errores de Obama, buscando un diálogo, es muy valiente. Una vez haya lanzado estos mensajes en sus frentes más complicados, y ya lo ha dicho, con América Latina establecerá otro tipo de relaciones. Fíjese cómo lo lograron hace pocos días Obama y Chávez. Eso son gestos que apaciguan las cosas y que van a ayudar mucho a Colombia. Hay un frente de amigos enorme que hay que aprovechar.

¿Cómo acercar la posición del presidente Uribe con la de las FARC?

La respuesta es muy sencilla: se sentarán a dialogar el día que ambas partes tengan la absoluta convicción de que necesitan sentarse a dialogar sin trampa. La experiencia del Caguán, que ha sido criticada por todo el mundo, fue una metodología nefasta. En ningún país del mundo se había hecho algo tan raro.

¿Cómo califica la propuesta del presidente Uribe de que las FARC cesen sus actos violentos durante cuatro meses?

Tengo que decir, como profesional de este tema, no solamente porque me dedique a analizar procesos de paz sino porque intervengo en algunos, que un cese de hostilidades debe ser recíproco, simultáneo, paralelo. Es imposible que un grupo armado diga ’sí, vamos a estar cuatro meses cruzados de brazos para que ustedes continúen sus operaciones militares y nos vayan matando poquito a poquito’. Esto no se puede aceptar y es la lógica de la guerra. Yo me dedico a la paz, pero tengo que ser muy realista de cómo se hace esto, y en ningún lugar del mundo hay un cese de hostilidades unilateral si la otra parte no hace un gesto similar, o sea, si paraliza sus operaciones. Las FARC no van a aceptar esta propuesta, es imposible.

¿Por qué existe tanta confusión en las cifras de los secuestrados en Colombia?

No entiendo por qué después de hablar durante tantos años de miles de secuestrados, ahora el Gobierno dice que ha hecho un balance y que son 125. ¿Qué ha pasado? Estamos hablando que se habían multiplicado por 10 o por 20 las cifras reales. Quiero decir que aquí ha habido una manipulación. Con ello reitero lo que había dicho antes: no debe haber ni una persona secuestrada. De la misma manera que no se reconocen los datos que da la Fiscalía de los falsos positivos. No son nueve casos, la Fiscalía está hablando de cifras mucho más elevadas.

¿El tema del narcotráfico debe superarse antes de sentarse en una mesa de negociación, o debe estar en esa mesa?

Mientras persista el conflicto armado, el narcotráfico va a continuar alimentando a la guerra. Ahora, en otro escenario, en unos años, dentro de la hipótesis de que se hubiera acabado el proceso armado y se hubiera entrado en el diálogo político y las guerrillas dejaran de existir, el narcotráfico seguirá existiendo. No es solamente pensar que con la resolución de conflicto armado va a haber separación del narcotráfico. Para nada. El tratamiento al narcotráfico debe hacerse de manera aislada, aparte de un proceso de paz. Lo que pasa es que en la agenda de un proceso de paz tiene que estar el tema del narcotráfico. Mientras estás en la guerra buscas la financiación mediante extorsión y todo lo más berraco que uno pueda pensar. Todos los grupos armados en el mundo se financian de alguna manera, solamente los grupos pequeños pueden financiarse a través de donaciones.

¿Qué opina de las recompensas y los ’falsos positivos’?

Hay un problema con la Policía, en el sentido de algunas personas de esa institución están vinculadas con los ’falsos positivos’ a través de un mecanismo que es muy perverso y que debería eliminarse, que son las recompensas. Cuando tienes un salario adicional por poner muertos, los muertos te los puedes fabricar. Eso es muy perverso y hay que eliminarlo. Esto es un crimen de estado. Eso daña muchísimo a la Policía y a su imagen.

¿Cómo vio el proceso de paz con los paramilitares?

No es un proceso de paz. Primero porque no está terminado. Segundo porque hay estructuras que no se desmovilizaron. Ha habido algo que creo ha sido erróneo que es la extradición de los ex jefes ’paras’. Esto no deja de ser, como se utiliza en Colombia, una sujeción al imperio cuando ese imperio ya no quiere ser imperio sino quiere ser amigo. Creo que eso se debe replantear. El problema es que si el compromiso eran los tres vectores de verdad, justicia y reparación, y hay mucha verdad y reparación, la justicia es benevolente, y este esquema está bien, es mejor que la impunidad total. Ahora bien, ¿cuánta reparación ha habido? Nada, una miseria. Hay toda una estrategia a través de testaferros para continuar teniendo la posición de esas cuatro o cinco millones de hectáreas robadas a las personas que están malviviendo por las calles de las grandes ciudades. En Bogotá tenemos un montón. No ha habido reparación en ese sentido. El proceso con las autodefensas no va a finalizar hasta que no haya la posibilidad de que los campesinos y los desplazados puedan volver a sus hogares. La paz en Colombia vendrá cuando haya un pacto con todos los actores de poder, no solamente militares (guerrillas y ’paracos’). ¿Eso qué quiere decir? Que los empresarios tendrán que poner en la mesa plata. Hay grandes empresarios en Colombia que lo están diciendo: tenemos que poner el 20% de nuestro beneficio al país, para inversión social.

¿Cómo decirle a una víctima que su victimario pagará ocho años de prisión?

En otros procesos de paz en el mundo se maneja peor que aquí porque predomina la impunidad. Ni siquiera hay esos ocho años que contempla la Ley de Justicia y Paz. Nadie deja las armas para irse a la cárcel.

JUAN FRANCISCO VALBUENA
REDACCIÓN POLÍTICA