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Mirador
Los cien días de Obama
Carlos A. Lozano Guillén / Miércoles 20 de mayo de 2009
 

Pasados los primeros cien días del gobierno de Barack Obama en Estados Unidos, los analistas no se ponen de acuerdo si en realidad se avizoran virajes en la política interna y exterior o si, apenas, son cambios superficiales, contrario a lo prometido en la larga campaña presidencial. Los balances son rigurosos y algunos columnistas, con cierta dosis de ironía, dicen que tiene mejor imagen la primera dama.

Por lo menos, los grandes cambios que anunciaron desde la Casa Blanca y que desataron la obamanía a nivel mundial, no aparecen por ninguna parte. Si bien, Obama anunció el retiro de las tropas estadounidenses de Iraq, aún no comienza a concretarse, aunque en Afganistán se quedan las fuerzas gringas de invasión, al alto costo de perpetrar masacres contra la población civil, como ocurrió la semana pasada sin el más mínimo pronunciamiento de Washington.

De otra parte, a pesar del anuncio de suspender la cárcel de Guantánamo, territorio cubano de ocupación desde antes de la revolución, donde se cometieron escandalosos atropellos a los presos políticos, la semana pasada Obama anunció que serán reanudados los juicios militares contra los detenidos, a través de tribunales creados en las leyes antiterroristas, en los cuales no se respetan el debido proceso y el derecho a la defensa de los acusados. Son procesos judiciales sumarios, por fuera de la jurisdicción ordinaria, a través de procedimiento retaliatorio después de los ataques a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001. Y como si fuera poco, el nuevo mandatario estadounidense desautorizó la publicación de nuevas fotografías que demuestran la degradación de las tropas de invasión en Iraq y las torturas infligidas a los retenidos en la cárcel de Abu Ghraib. Las fotografías fueron publicadas por el canal de televisión australiano SBS y escandalizaron al mundo, incluyendo a los norteamericanos.

Frente a Cuba la política no ha cambiado. Ningún compromiso sobre el fin del criminal bloqueo, exigencia de los gobernantes latinoamericanos en la Cumbre de Las Américas en Jamaica. Obama se ha limitado a decir que el fin del “embargo” dependerá de las señales de Cuba, como si este fuera un asunto de negociación. Las otras medidas, más que dirigidas a mejorar las relaciones con la isla, están destinadas a cumplir promesas de campaña con la comunidad cubano-americana, porque flexibilizan la posibilidad de viajar a La Habana o viceversa.

No hay cambios fundamentales, al fin y al cabo Obama tiene el mismo propósito de Bush, la hegemonía mundial imperialista, aunque, al menos por ahora, por otros métodos menos violentos que los del terrorista Bush.