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Encuentran tres militares infiltrados en protestas en el Cauca
Portaban prendas de uso privativo de las fuerzas militares y granadas de gas pimienta en sus maletas.
 

El día 20 de marzo del presente año, en la vereda de San Isidro, resguardo indígena Nasa de la Concepción y territorio donde se efectúa la minga en resistencia de las comunidades indígenas y organizaciones sociales, fueron conducidos los señores: Maicol Muños, con documento de identidad No. 1063810296, de Timbío (Cauca); Manuel Enrique Gaspar, con documento de identidad No. 1064842507, de Chiriguaná (Cesar); Joahn Camilo Gaitán Gonzales, con documento de identidad No. 1109005394, de Ibagué (Tolima), que portaban granadas de gas pimienta y prendas de uso privativo de las fuerzas militares y de la policía, y que se identificaron como miembros activos de dichas fuerzas del Estado. La conducción fue realizada por la guardia indígena que desarrollaba acciones de control territorial para garantizar el carácter pacífico de la minga en resistencia, han sido puestos en manos de nuestras autoridades ancestrales, y en este momento se les siguen los procedimientos pertinentes en el marco de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario, para proceder a su entrega a los organismos humanitarios correspondiente: Defensoría del Pueblo y Organización de Naciones Unidas (ONU).

Desmentimos las afirmaciones hechas por medios de comunicación y miembros de la fuerza pública, en el sentido de que nuestra minga pacífica esté infiltrada por grupos armados: disidencias u otras organizaciones guerrilleras. Contrario a ello consideramos que es el ejército y la policía quienes están infiltrando nuestra minga con el fin de crear confusión, desorden y justificar las agresiones como la realizada el día de ayer, en que el ejército y la policía dispararon indiscriminadamente ráfagas de fusil contra nuestros comuneros y comuneras.

Nuevamente hacemos un llamado a las organizaciones nacionales e internacionales de Derechos Humanos para que estén vigilantes de nuestra minga y de posibles agresiones a la integridad física y psicológica de las comunidades participantes.