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Calarcá: maestro de muchas generaciones
Trazos por la vida (2019), el primer libro del maestro Calarcá representa un trabajo espectacular, como pocos en el lenguaje gráfico, ya que se arriesga a superar la lógica monotemática invitando al lector, bajo la mirada crítica, a una comunicación política que se diversifica en temas y técnicas del dibujo
Claudia Flórez Sepúlveda / Sábado 25 de mayo de 2019
 

Su nombre lo anuncia, Trazos por la vida, es un recorrido por la historia política del país. Allí Calarcá expresa su compromiso político con el Partido Comunista Colombiano abrazando las banderas de las y los trabajadores de los territorios rurales y urbanos. En el libro encontramos cómo el discurso político es dibujado desde diferentes técnicas, el pincel, los tonos y el papel lo vivifican, por medio de un lenguaje metafórico y satírico, que trasciende y toca la sensibilidad de hombres y mujeres. Este lenguaje se convierte en una manifestación de libertad y de pensamiento crítico genuino, cuya agudeza aborda hechos y acontecimientos de nuestra realidad, prevaleciendo la mirada crítica al modelo dominante y resaltando lo absurdo de dicho modelo explotador, al tiempo que transmite un mensaje de emancipación y de cambio. Es otra manera de contar, de explicar, de enseñar esta realidad.

Dedicado a las mujeres

El arte de pintar, como invitación a la defensa de la vida y de las mujeres, es uno de los principales ejes del libro. El capítulo “Mujeres de tierra y luna” hace un reconocimiento a las diosas olvidadas de las culturas indígenas en Colombia, quienes ofrendaron su vida en defensa de los derechos de sus pueblos, luchando sin ningún límite por una causa noble como lo representa la libertad y la justicia. Así es como este artista aborda una visión más amplia de la historia y centra su interés en resaltar la visión de las mujeres, como creadoras de vida y esperanza.

Rostros

El segundo capítulo, titulado “La risa al borde del espanto”, despliega la creatividad artística sin límites del maestro, a través del retrato al óleo, con un gran nivel estético, en el que plasma rostros de primates. Contempla una ácida crítica al sistema político comunicando la irracionalidad de los dirigentes políticos y del sistema, mostrando también, el verdadero rostro de quienes nos han gobernado, unos rufianes, personajes que representan la desmesura de la ambición capitalista.

El capítulo “Rastreando rostros” hace parte de la caricatura fisonómica, en la cual se ha destacado el maestro, a nivel mundial y nacional. Nos entrega tres planos de la técnica y la evolución de su trabajo: la caricatura fisonómica tradicional, cuya esencia es la sátira de sus personajes, manteniendo la crítica social; apoyado en el Cubismo evoluciona hacia una caricatura que rompe los esquemas, donde el espectador tiene mayor libertad en la interpretación; y, el tercer plano, sigue siendo una evolución de la línea cubista, allí expone una síntesis del personaje al materializar el retrato como conclusión, con el estilo peculiar de la sátira en la producción estética, bajo el tratamiento del acrílico sobre lienzo.

El trabajo titulado “Plumillas” revela en sus trazos su capacidad creativa, el dominio de la técnica y la paciencia necesaria para llegar a tan hermoso producto. El retrato en plumilla que encontramos en este apartado del libro, permite deleitarnos al plantear rasgos peculiares de los personajes que se registran en la imagen. En esta misma línea, pasa a la producción de retratos en pluma con acrílico y pincel delgado; en ella, producto de la reflexión política y vocación artística, el maestro plasma de manera gráfica personajes emblemáticos de la memoria colectiva del país.

En el siguiente capítulo “Caricatura política” nos muestra el proceso creativo que exige el humor, el cual invita a la reflexión política y a la crítica social. Calarcá pone en juego diversos códigos (verbales y visuales), que permite, en el marco del mensaje rebelde, una comunicación que insta a palpar, transmitir y concebir los problemas que aquejan a la sociedad, con un alto contenido fustigador del preciso momento en el que acontece el trasegar cotidiano. En la caricatura convergen significados políticos, que persuaden, mediante el mensaje, al tener una postura con acentos en el compromiso social y revolucionario de la causa, por sueños de libertad y justicia social.

Más allá de la locura

La última sección del libro, llamada “Corridos de la teja”, hace referencia a retratos de “locos”. Los rostros evidencian un trabajo investigativo, que le permitió al autor conocer a varios de los personajes. En ellos se registra su geografía en el rostro, sus arrugas, cañadas y delirios. Calarcá recuerda la historia del “Negro Chivas”, que “llegó joven del Chocó para estudiar derecho, salió de su tierra con el compromiso amoroso de casarse con su novia cuando se graduara, pero tiempo después, le informaron que ella se había casado con el dueño de una flota llamada Sol, situación que lo deprimió y lo volvió loco, él se levantaba a mirar el sol, lo desafiaba mirándolo fijamente, porque ese sol le había robado a su gran amor, con el tiempo, el sol le fue quemando la retina…”. Los retratos de la locura representan el sueño sublime inexplorado por la razón.

El libro del maestro Calarcá es uno de sus aportes al pensamiento crítico llevado al mundo de lo gráfico, en esa labor política de crear discursos desde el óleo hasta el dibujo, pasando por las diferentes técnicas empleadas. Especial enseñanza nos deja esta magnífica obra, que anima e invita a interactuar activamente con este oficio.

Invitamos a realizar los pedidos de Trazos por la vida, a través del semanario VOZ. Estaremos complacidos de difundir la obra como fuente de conocimiento y de aporte al debate sobre el país que soñamos.

Semanario VOZ