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Parte I
“Tenemos un compromiso con la paz, con el Catatumbo, con el país”: Excombatiente
En la vereda Caño Indio, municipio de Tibú, se encontraron diferentes organizaciones sociales, juveniles y políticas para apoyar los esfuerzos que están llevando a cabo las comunidades catatumberas en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación -ETCR- Negro Eliécer Gaitán, en el marco del Acuerdo de Paz.
Colombia Informa / Jueves 8 de agosto de 2019
 

“Había una vez, en una vereda llamada Caño Indio una finca, y llegaron unas personas y hablaron con el dueño de la finca, y les dijeron que si los dejaban quedar, el dueño de la finca dijo que sí. Y desde ahí, comenzaron a construir casas e hicieron el diálogo de paz.…”; así comenzó el escrito realizado por los niños y niñas de la vereda del ETCR Negro Eliécer Gaitán en el foro ‘Del papel al territorio. Retos y desafíos de la implementación en el Catatumbo’.

Se llevó a cabo desde el 2 al 4 de agosto y contó con la participación de distintas organizaciones juveniles sociales y políticas, así como con la presencia del Padre Francisco de Roux, integrante de la Comisión de la Verdad; Sandra Ramírez, senadora del partido Farc; y Jaime Zuluaga, asesor académico de la revista Indepaz; entre otros.

Jimmy Guerrero, excomandante del frente 33 de las Farc, realizó la presentación del espacio; en ésta afirmó que el gobierno no ha cumplido con gran parte de la implementación de los acuerdos en el ETCR de Caño Indio. La principal problemática está relacionada con los proyectos productivos, pues no existen terrenos propios y la tierra donde habitan no es acorde para siembra de otros cultivos diferentes a la yuca.

Asimismo, en el foro se discutieron ejes relacionados con derechos humanos, género, comunicación, educación, cultura, cultivos de uso ilícito, entre otros.

Por otro lado, los y las excombatientes han avanzado en el tema de educación con el proyecto ‘Arando la educación’. “Es un proyecto de educación flexible. Ya se han realizado tres ciclos: en el primer ciclo se graduaron cuatro integrantes, en el segundo seis, en el tercero más de dieciséis”, afirmó Alejandro Salcedo, excombatiente y responsable de este tema en el ETCR.

Actualmente cuatro de ellos realizan su etapa de homologación de salud oral en Bogotá. “Mi aspiración siempre era tener una profesión, solo pude estudiar hasta quinto de primaria. Por la violencia en el 99, nos desplazaron, perdimos todo, no miré otra salida sino ir a la guerra. Pero nunca perdí el objetivo de seguir estudiando, de seguirme preparando.”, afirma Rosaida Acevedo, una de las estudiantes de odontología, y excombatiente.

Por otro lado, la comunidad ha adelantado esfuerzos en el tema de género; según Katerin Avella Daza, excombatiente e integrante del Comité de Género del ETCR “venimos de una trayectoria del empoderamiento; en la época de la guerra, éramos mujeres empoderadas, líderes de nuestra organización, capaces de desarrollar las distintas labores que desarrollaban nuestros compañeros, ahorita no es el empoderamiento dentro de la organización en sí, sino mujeres que somos líderes y estamos dentro de la comunidad”.

Al igual que Katerin y Alejandro, la comunidad fariana del Espacio le apuesta a derrumbar esos estigmas que les han sido impuestos por los medios hegemónicos de comunicación. “Esto hay que lucharlo, no solamente nosotros, sino también las comunidades, el centro del proyecto son las víctimas, más que nosotros, el fin es que haya cambios en este país, que nos permitan en esencia no matarnos, sino unir fuerzas mediante el diálogo, para construir un país justo, digno, donde todos quepamos con nuestras diferencias, pero que no tengamos que utilizar las armas para imponer nuestra palabra”, reitera Katerin Avella.

Durante este gobierno, el Acuerdo de Paz ha sido incumplido sistemáticamente, así como se ha desatado una oleada de asesinatos hacia los excombatientes que decidieron dejar las armas y reincorporarse a la vida civil. Sin embargo, Jimmy Guerrero reiteró que “tenemos un compromiso con la paz, con el Catatumbo, con el país”.

Finalmente, se realizó una muestra artística en la que un músico y excombatiente reafirmó el compromiso de “cambiar el arma en sus manos, por una rosa”.