Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

Opinión
La convulsión latinoamericana y el decantamiento socio político venidero
Julián Granda / Viernes 11 de octubre de 2019
 

El título de este artículo quiere apuntalarse en los hechos de los últimos días; más aún, desea ubicarse en el momento en el que la prensa hegemónica, en especial la colombiana, comienza hacer visible lo que acontece en América Latina durante los últimos tres años.

Los gobiernos liberales de nuevo tipo, esos que vinieron y pretendieron superar el denominado ciclo progresista, renovando la política racial, colonial, burguesa y pro imperialista, hacen agua y están ante las cuerdas.

No es sólo Ecuador; un país y una ciudadanía popular a quien hemos visto recientemente en las calles disputando la dirección política al gobierno de Lenin Moreno; un líder que ha acumulado descontento desde principios de su mandato, apoyando el encarcelamiento a Jorge Glas y el exilio involuntario a Rafael Correa; e incrementando de de manera desmesurada, la capacidad de maniobra a los huérfanos de poder, la élite Blanca guayaquileña.

En Paraguay, Mario Abdo, descendiente de la línea dura del dictador Strossner es desafiado desde hace un año y medio por la ciudadanía, al punto que las quemas al parlamento se han hecho cotidianidad. Incluso en Argentina todo lo que ha sido el fiasco político y económico de Mauricio Macri; así mismo en el Perú con Vizcarra, un gobierno anti democrático que no logró unir la línea Keiko Fujimori y los reductos de Humala y Kuczynski aún con poder. Los peruanos marchan y se enardecen; Puerto Rico, con su desenlace aún por concluir; Brasil, con el peor presidente y un pueblo aclamando por infortunio la vuelta de Lula.

Hoy en América Latina estamos ante una radiografía de gobiernos impopulares, ineficientes, corruptos y abiertamente cínicos, pero todos ellos, incluido el colombiano; siendo confrontados y en las calles y sectores independientes de la opinion pública por trabajadores, estudiantes, desempleados, indígenas, líderes sociales y movimientos de mujeres.

En este intento de retorno y perpetuación de las élites en América Latina al poder, en lugar de la construcción social de la cohesión; se está ante la reedición de esos ecos de luminosidad popular que sacudieron a gran parte de la región entre 2003 y 2009, que culminaron con procesos destituyentes o cuantos menos reformistas como en Brasil, Ecuador, Bolivia, Argentina y Panamá.

Ahora, pero con relación al pasado, es decir al ciclo luminoso de lo popular, aún no se percibe un decantamiento claro. Si las calles están llenas de vida, esa vida aún no se ha manifestado en propuestas que busquen derrocamiento del gobierno, conformación de gobierno de transición, o una Asamblea Constituyente; además y con relación al pasado, los Partidos Políticos progresistas creados en ese entonces, han venido constituyéndose como maquinas electorales, incapaces de responder al hecho gravitacional.

Por lo anterior, y me atrevo a lanzar esta hipótesis, en los próximos meses estamos ante una solución: o son concesiones las que se presentarán en algunos países a la ciudadanía popular, caso Ecuador, Chile, Paraguay, Perú, Colombia, Puerto Rico y Brasil o la radicalización de un movimiento político que podría recoger la experiencia histórica de integración y lucha por una nueva nación, constituirse en partido y luchar por consignas destituyentes.

Desafortunamente, como percibo la realidad, esta última solución en particular es débil, porque no hay vanguardias y el carácter espontáneo de las masas tendría al reflujo; no obstante, también le concedo importancia a los imprevistos posibles, que en este decantamiento, daría soluciones inmediatas; esto es, si en alguno de los países se ensaya una fórmula que canalice la lucha en la calle y procure construir lo nuevo, esto repercutirá como faro en las demás naciones siendo Ecuador y/o Paraguay las naciones llamadas a tomar la iniciativa.

La tradición destituyente ecuatoriana del siglo XXI podría generar una formula política con influencia hacía la región, y el segundo, Paraguay, por el prolongando proceso de resistencia ininterrumpida, huelga de masas, de protesta, de fuerza podrían llevar a la derrota pronta al bonapartista Mario Abdo, así que, como ciudadanos tendremos que mantener los ojos bien puestos, acá y en estos países donde se ensaya lo novedoso, la luminosidad popular.